Habría que decir que aquél fue un toro muy mal falsificado. Pero yo estaba allí aquel día decia Luis Miguel Dominguín y si Hemingway no comprendió a Manolete, jamás podrá comprender nada de ningún torero.
En Lima, donde a la sazón participaba en la " temporada grande " de Perú, Ordóñez defendió a su amigo Hemingway de los ataques que le lanzó José Gómez " Sevillano ", banderillero de Manolete y apoderado entondes de Diego Puerta. En el vestíbulo de un hotel limeño, Ordóñez perdió de tal forma los estribos durante una discusión con Gómez acerca de lo que Hemingway dijo acerca de Manolete, que asestó un par de bofetadas a su interlocutor. Más tarde, restando importancia al incidente, Gómez Sevillano dijo : " A quien tengo que ajustar las cuentas cuando lo vea es al barbudo Hemingway ".
Ordóñez, por su parte, rehusó comentar su encuentro con Gómez Sevillano. Pero en una entrevista elogió al escritor - " mi amigo Hemingway " - por haber despertado tanto interés en la fiesta nacional española.
Mientras tanto. lo mismo en Lima que en Caracas y en Madrid como en México, la controversia " Hemingway " Dominguín - Manolete - Ordóñez apareció en las primeras páginas de diarios y revistas taurinas. Ejemplo típico de reacción moderada fue el comentario del crítico español Antonio Bellón acerca del juicio emitido por Hemingway sobre Manolete : " Yo diría que es un juicio bastante personal ; en España no hay nadie que pudiera darle la razón.
Por su parte el dramaturgo español Edgar Neville, viejo aficionado, mostró más emoción en su " Carta abierta a Hemingway " publicada por A.B.C., la cual decía : Hemingway tuvo la inmensa desgracia de perderse a Belmonte y a Manolete.
De Belmonte ha oido hablar mucho y, como ya es una figura del pasado, como Alejandro el Grande o Miguel Angel, nadie le discute ni nadie pretende echar sombra sobre el trozo de Campos Elíseos donde vive por derecho propio.
" Pero - agregaba Neville - con Manolete es otra cosa : está demasiado cerca la distancia que le separaba de sus comtemporáneos, el rencor a su figura gloriosa no cede tan fácilmente, y para disminuir el respeto y la admiración que le teníamos los que tuvimos la fortuna de verle tarde tras tarde, se lo presentan al bueno de " papa Ernesto " unido a los toros recortados y de poco peso.
" No, querido Ernesto : Manolete toreo los mismos toros que toreaban los demás, pero los toreaba más despacio, con más temple y más de cerca.
...Cuando un escritor de toros habla de Manolete se quita la gorra y luego se moja la pluma en tinta bendita ".
En cuanto a Hemingway, por el momento parece no estar mojando la pluma en ninguna clase de tinta, y menos aún para atizar la hoguera que él encendió. Metido en un refugio de las montañas del noroeste de los Estados Unidos, se dedicaba a la cacería. Repetidas veces rehusó propuestas de periódicos y agencias noticiosas que lo instalaban a contestar sus críticas.
Pero en una conversación con un amigo reveló no sólo que estaba enterado de la tormenta que había desatado, sino que hasta se sentía algo preocupado, y comentó que nunca había visto a Manolete, aclarando que había asistido a la última corrida de éste en México en febrero de 1947. También hizo notas que había pasado muchas horas estudiando películas de varias faenas de Manolete.
Hemingway consideraba sin duda que como escritor tiene derecho a criticar a Manolete, el artista del ruedo, cuyo estilo será siempre motivo de discusiones, como el Goya o el de Falla, en otros campos. Con toda seguridad no pretendió mancillar la memoria de Manolete, y en conversaciones íntimas ha declarado que lamenta mucho que algo de lo escrito por él haya sido interpretado equivocadamente como una blasfemia contra el héroe. Ya muerto. Persona que considera a España como el país que amaba más que a cualquier otro después del suyo, Hemingway siente tanto respeto por los muertos como cualquier español.
Esta defensa de Hemingway quizás no satisfaga a quienes se sienten agraviados. Y tal vez Hemingway haya contribuido a exaltar aún más la memoria de Manolete al hacer que miles de sus admiradores tomasen la defensa de " El Monstruo ". Es indudable que ha ayudado a salvaguardar la imagen de Manolete del peor de los destinos : el olvido.
El año 1961 será recordado por Antonio Ordóñez con amargura, a lo largo de sus días conoció el inquietante drama final de su amigo.
El hijo de Hemingway, John, le notificaba :
Se veía enfermo para escibir, y , al no poder hacerlo se negó a seguir viviendo.
Meses después fué su padre Cayetano quien hizo su primer brindis en el más allá. Dos pruebas que conmovieron a nuestro torero, hasta su más recónditas e íntimas raíces. Poco días después de la pérdida de su padre, su presencia como único matador en una corrida de cuatro toros de Fermín Bohórquez en Ronda se nos aparece como un homenaje a su memoria. Repasa, en una síntesis de urgencia, todo el repertorio legado al toreo por su padre Cayetano. Triunfa con el capote, pone banderillas, magistral con la muleta. Y entra a matar cuatro veces. Una por toro. Y la última lo hace con la mano izquierda, ya que se ha lesionado la derecha con la espada. Los trofeos, que le debordan, son dedicados al torero que " fue para siempre y a su doliente recuerdo.
Antonio Ordóñez tomó parte en las " goyescas " de 1957, 58, 59, 60, 62, 64, 65, 66, 67, 68, 69, 70, 72, su célebre mano a mano con Antonio Bienvenida - 73, 74, 75, 76, 77, 80.
Hay un trofeo que lleva su nombre y que, hasta ahora, únicamente fue ganado por Emilio Muñoz y por Paco Ojeda.
Antonio Ordóñez opinaba en aquellos años :
El toreo no es un oficio. Yo no toreo como pienso, sino como siento. Para mí torear es algo como la necesidad de exteriorizar un sentimiento interior. Pienso que el toreo en un arte, un gran arte. Y el arte es algo que va de dentro afuera y no al reves. Se dice que soy irregular y es debido a esa manera que tengo de entender el toreo. Yo creo que el toreo, para ser bueno, tiene que sentirse en el momento en que se realiza..... A veces sentimos el toreo y entonces la faena es grande, luminosa y honda. Y otras veces, aunque el toro no sea malo, no estoy en vena, no siento nada, y es entonces cuando no estoy lo bien que quisiera estar siempre.
Hay otras efemérides en 1959 dignas de ser reseñadas :
Como la corrida extraordinaria que torea, mano a mano, con su cuñado Luis Miguel, con motivo del centenario de la plaza de Valencia. Tuvo lugar el 30 de julio y se lidiaron cuatro toros de Sepúlveda y dos de Baltasar de Ibán. Hay una fecha en medio, desde la primera corrida que el 28, habían toreado los dos cuñados.
" Aquel día Luis Miguel toreó en Palma de Mallorca y me alegré de que no presenciara lo que hizo Antonio. Le hubiera inquietado. Y le apreeciaba, pero después de lo que vi aquella tarde tenía la certeza de que no iba a poder ganar el duelo que se estaba desarrollando " .
Pero el " punto redondo " se escribiría el 30 de ese mes de agosto. Ese día el mal protagonista fue el viento. Luis Miguel resultó cogido de gravedad, Ordóñez corto tres orejas. Las espadas continuaban en alto.
En Bilbao, Antonio en el momento de entrar a matar al tener lesionada la mano derecha, al novillo que lidió en un festival, mató con la mano izquierda, les muestro la fotografía, abajo. Su estocada fue tan certera que como premio le concedieron las dos orejas de su enemigo.
( Continuará )
Muy bien escrito, Don Mariano, da gusto leer todo lo que escribes con tanta sabiduria, quiera Dios que por muchos años podamos seguir leyendo tan interesantes articulos de historias del toreo de antaño y de figuras y no figuras que fueron, estos ultimos tan buenos como los primeros pero que no tubieron suerte, que es mucha la que hace falta para ser figura del toreo. Gracias y un abrazo. Paco Altarejos
ResponderEliminarMuchas gracias por tu cordial comentario amigo Paco Altarejos, leyéndolo sin querer me vienen en mente aquellas tardes de tentaderos compartidas en Encina Hermosa que llevaremos en nuestras mentes siempre. Un abrazo Paco.
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