Los quince años que duró la " Edad de Plata " tiene varias características, la más dramática es el enorme censo de víctimas mortales del toreo. Algunas explicaciones pueden ofrecer algún tipo de aclaración a tan trágico fenómeno.
El modelo Joselito- Belmonte, era muy difícil de copiar y de seguir. Existía un gran número de profesionales en todas las categorías.
Muchos trataron de sacar la barbilla como Juan Belmonte, imitaban sus andares incluso la forma de ir al toro, otros se creían llamados a ocupar el puesto de Joselito por su parecida figura, su agilidad.
El gran Manolo Granero, fué el que más cerca estuvo de ocupar la sede vacante de José, hasta que el toro " Pocapena " lo mató en la plaza de Madrid.
Los diestros de la " Edad de Plata ", tenían dos salidas : esperar que llegara su toro ideal dejando pasar la mayoría sin hacer faena o arrimarse todas las tardes pasara lo que pasara. En la primera opción muy pocas figuras lo pudieron llevar a cabo, salvo los que caían en gracia a los públicos.
La segunda opción conducía directamente a la enfermería.
La " Edad de Plata " que empieza el 17 de mayo de 1920 termina el 17 de julio de 1936.
Otro factor, más sutil, más brutal explicaba la cifra tan alta de cornadas en aquellas décadas.
La situación social y politica de los años veinte- treinta estaba cargada de tensiones que a menudo estallaban en las plazas de toros.
Los curiosos por conocer los resultados de las corridas coincidían al atardecer de los domingos en el edificio de Teléfonos en la calle de Alcalá cerca de la Puerta del Sol. Apoderados, periodistas, simples aficionados. A Joselito le ha matado un toro en Talavera.
Parece que se viene abajo la fiesta : el torero más seguro que ha habido, el más competente ; quien conocía absoluntamente todos los defectos y cualidades de los toros, no puede dejarse morir de una cornada.
Belmonte recibió la noticia en su casa de Madrid, no toreaba hasta el día siguiente, estaba jugando al póquer con unos amigos, y los despidió y se quedó solo en la habitación se echó a llorar y se dijo : no vuelvo a torear en mi vida, porque si un toro ha matado a José, a mí me toca pasado mañana.
El 17 de mayo de 1920 comienza la " Edad de Plata ".
A Belmonte se le llama " el Fenómeno ", porque ya el público adivina que después va a ser casí imposible torear como él. Otros le llaman " el Galapago ", porque no sale del burladero más que a torear ; otros " Rigoletto " , pues es un poco chepudo y de estética deficiente, pero cuando está delante del toro se transfigura de forma inexplicable.
Su toreo resulta asombroso, apasionante ; pero en el fondo la afición de comienzos de la " Edad de Plata " ven que el toro puede apuntar hacía una cierta decadencia, cuando en el escalafon pretenden hacer algo parecido, sin ser, " Joselito " ni Belmonte.
Hoy les traigo la biografía de un torero de la " Edad de Plata ", Francisco Vega de los Reyes " Gitanillo de Triana ".
Francisco Vega de los Reyes " Gitanillo de Triana ", fué figura en una etapa difícil de la Fiesta de toros.
Se iba Juan Belmonte, tras la que se ha llamado su segunda época, y es verdad que los nombres de Marcial Lalanda, " Chicuelo ", " Litri ", Nicanor Villalta..... se prodigaban en los carteles, no es menos cierto que el legado belmontino parecía no tener continuadores. Juan había llevado a los ruedos un sentido de renovación. Y unos modos revolucionarios que venían a tirar por tierra muchas cosas. Su continuador y discípulo - puesto que alternaron juntos en muchas corridas - fué " Gitanillo de Triana.
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La muerte de Francisco Vega de los Reyes en aquel turbulento verano de 1931 - entre huelgas revolucionarias, devolvió a la Fiesta de toros su más sentido trágico, tal vez un poco olvidado, en aquellos días. Hacía algo más de diez años que en Talavera de la Reina " Joselito " había caido victima de " Bailador ", después le había seguido Manolo Granero y " Varelito ". En 1926 en Málaga había muerto " El Litri ".... Pero, a pesar de tan cruento balance, la gente parecía no creer en ese mensaje mortal que cada toro - incluso el más aparentemente inofensivo - lleva sobre los cuernos. La cogida de Francisco Vega de los Reyes el 31 de mayo de 1931, y su muerte, tras larga agonía, el 14 de agosto de 1931, fueron como un clarinazo en el ambiente un tanto desinteresado de la Fiesta. Conmovió el suceso y tuvo auténtico e intenso eco popular. La figura lo merecía. Rodó el nombre de " Gitanillo de Triana " en romances y coplas, y su rostro, silueteado en negro, se prodigó en una tarjetas, que servían para sobre el azul del cielo - tras una fija comtemplación del dibujo - la sombra de " Curro Puya ", como le llamaban los aficionados, el torero gitano que había nacido en una fragua.
Era gitano por los cuatro costados, la fragua es trabajo que - sin saber la razón - gustaba sobremanera a Curro.
" Curro Puya " nació y pasó los primeros años de su vida muy cerca de una fragua trianera. Su padre se dedicaba a ese duro trabajo en la casa nº 120 de la calle Pagés del Corro, en algunas reseñas se indica fué en la calle Rodrigo de Triana. El 23 de diciembre de 1904 vino al mundo Francisco Vega de los Reyes. La niñez de Francisco no se diferenció gran cosa que la de los demás chavales gitanos del barrio, aunque el chico, porque la fragua daba para ir tirando, no veía en su casa los graves apuros que otros compañeros de aventuras infantiles padecían. Bien pronto comenzo a trabajar Curro en la herrería. A veces, iba a cobrar facturas que el muchacho " redondeaba ", gastandose unos céntimos.
- Mi padre - explicaba años después " Gitanillo " - me quería mucho y me perdonaba esas licencias. Pero siempre intentaba averiguar en qué me había gastado el parné. Porque no toleraba que sus hijos se aficionasen al juego. Entonces frecuente entre los chavales. Yo prefería decir que me había gastado las perras en aguardiente. Y hasta procuraba beberme unas copas para hacer mejor el papel.
Nada de particular tiene que Curro se aficionase a los toros desde pequeño. Y que en unión de otros chicos simulara en cualquier corralillo, ante la improvisada cornamenta montada sobre un tablero, las más diversas suertes del arte de Cúchares.
Pero si fué así el comienzo de su afición, su vocación, en cambio, tardó en manifestarse algún tiempo. Porque hasta los quince años no se le ocurrió a Curro ponerse delante de un becerro.
( Continuará )
Don Mariano, a modo de apunte, la historia "oficial" nos dice que Granero fue el más firme candidato a ocupar el abismo dejado por José, si no llega a ser por su prematura muerte en las astas del toro Pocapena, pero aquello no era otra cosa que el deseo de aquella afición que andaba huérfana y añorante de una figura de la talla del menor de los Gallo, tras su desaparición en Talavera.
ResponderEliminarPero sí que hubo un torero, que pudo ocupar y de manera muy legítima, el trono vacante, pues al igual que el mencionado Maestro de Gelves reunía todas las condiciones necesarias para ello, afición, valor, conocimiento del toro y de las suertes, amor propio, inteligencia y sobre todo, grandes dosis de vergüenza torera, pero al que su prematura muerte lo impidió, este no es otro que el gran Manolo Bienvenida.
La Historia y no pocos autores han pasado como de puntillas por este personaje, pero no me cabe duda que es merecedor de todo un tratado y los hechos están ahí para confirmarlo.
Enhorabuena por este blog.
Saludos.
Pablo Galán Espadas.
Pablo Galan Espadas :
EliminarMuchas gracias por su estupendo comentario lleno de sabiduría taurina y que completa mucho más mi descripción de la " Edad de Plata". Estoy totalmente de acuerdo con usted y le prometo que hablaremos largo y tendido de la dinastía Bienvenida, sobre todo de Manolo. Quizás a mí me vino a la memoria en ese momento Granero por estar más próximo a esos años de la Fiesta.
Cordiales saludos.