jueves, 20 de febrero de 2014

RONDA.... Y SUS TOREROS ( CAPÍTULO IX )



En 1959, percance grave en Aranjuez, con reses de Barcial, toreando con Jaime Ostos y Chicuelo II.
Esta corrida corresponde al capítilo de " El verano sangriento ".
Hemingway es cronista de este suceso. En el primer toro piden orejas para Antonio, y la presidencia no las concede. Antonio, indignado, dirigiéndose al escritor le dice : " ¿ Qué debo hacer para que me concedan orejas en esta plaza ?
Los presagios no eran buenos. El coche que conducía Hemingway atropelló a un viandante, dejándole mal herido.
Al salír el segundo toro de Antonio, se lanza un espontáneo, Antonio lejos de indignarse, le dió un abrazo cuando fue reducido. Cuidó al máximo el toro y pidió permiso para poner banderillas, cosa inhabitual en él.
Contaba Hemingway : Tomó el toro con tanta suavidad y con tanta elegancia que cada pase semejaba una escultura. Era un toro grande y Antonio llevó a cabo la más clásica faena que jamás se ha visto. Cuando de espaldas, realizaba una giraldilla, el toro resbaló y , al revolverse, el cuerno derecho se hundió en las carnes de Antonio, trataron de introducirlo en la enfermeria pero él se revolvió y le pregunto a su hermano Pepe, si él se consideraba un Ordóñez, volvió al toro le cuadró y apuntando bajo se lanzó a la perfección por entre los cuernos.
Ordóñez vió rodar a su enemigo y el presidente le concedió las dos orejas y el rabo, no pudo dar la vuelta al ruedo, cayó desmayado. Lo examinaron en la enfermería y le enviaron a la clinica Ruber, de Madrid.
Así es cómo Hemingway siguió paso a paso la temporada de Antonio 1959, salvó en la plaza de Albacete, donde se produce un incidente que bien pudo haber sido el que pusiera fin a los mano a mano de Antonio con Luis Miguel Dominguín.
El corresponsal de " El Ruedo ", con la firma de Reverte, informaba así :
En Albacete se comenta mucho que Hemingway que sigue a Ordóñez a todas las plazas en que actúa, no viniera a Albacete, precisamente un día de tantas consecuencias. Estuvo en Murcia de donde marchó a Ronda, y desde allí ante un ajetreo tan intenso, decidió ir directamente a Salamanca para esperar a su torero.
La  revista Life le había encargado un gran reportaje de la temporada de Ordóñez, y el ilustre premio Nobel se ha perdido un capítulo interesante.
Antonio chocó con la autoridad. La misma sancionó a los dos picadores de su cuadrilla, los hermanos Manuel y Enrique Silvestre, y a otros dos picadores de Miguelín, condenándolos a no actuar en espectáculos taurinos durante dos meses, por los abusos cometidos por ellos al picar, en contra del reglamento.
Unas veces presentándoles en los carteles con nombres supuestos, actuaron sancionados en Bilbao, Mérida, Linares, Ronda..... Hasta que al llegar a Albacete y querer la autoridad mantener a rajatabla la sanción decretada. Antonio se presentó en la plaza, a la hora del paseillo, sin picadores. Sólo estaban sobre sus jacos dos de Pepe Luis Vázquez y uno de Miguelín, que eran los espadas del cartel. El presidente preguntó a los picadores presentes si picarían los toros de Ordóñez y éstos se negaron.
Antonio y Miguelín fueron condenados a una multa de cincuenta mil pesetas e inhabilitación para torear en un mes en todo el territorio nacional.
Pasaron la noche en los calabozos del Gobierno Civil.
Hemingway pasa sobre el tema como sobre ascuas.
Tras esta temporada, Ernest deja España y poco después escribe su gran reportaje que provoca la réplica de Corrochano.
En la temporada de 1959, concretamente el 15 de septiembre Antonio estaba anunciado en Jérez con seis toros de distintas ganaderías, en corrida concurso, pero el cartel primitivo se vino abajo por aquello de la inhabilitación de Albacete.
En Enero de 1960 al regresar Antonio Ordóñez de tierras de América, en una entrevista para la revista " El Ruedo ", Santiago Córdoba le preguntaba :
¿ Cuántos años llevas de torero ?
- Vistiéndome de luces, diez : " queriendo ser torero, tres años " .
- Al hacer balance, ¿ te arrepientes de algo ?
- Los toros es un mundo muy enloquecido y en él se cometen muchos errores.
- ¿ El mayor que cometiste ?
- El " caso " Albacete.
- ¿ Y qué repetirías más a gusto ?
- Firmar otras nueve ferias en Sevilla.
Así terminaba la entrevista Antonio, pero el " caso " Albacete le caló hondo. Un año después seguía en su mente como el mayor error cometido.
En cuanto a Sevilla en :
1950, toreó una novillada.
1952, toreó 3 corridas de toros.
1953, toreó 5 corridas de toros.
1955, toreó 5 corridas de toros.
1956, toreó 5 corridas de toros.
1957, toreó 5 corridas de toros.
1958, toreó 5 corridas de toros.
1959, toreó 6 corridas de toros.
1960, toreó 2 corridas de toros.
Esas cifras demuestran el buen sabor de Antonio hacia la feria de Sevilla.
Antonio - que ha sabido y querido matar toros a la perfección, muy clásicamente, y practicó en rectitud la suerte de recibir pasará a la historia del toreo como descubridor del " rincón de Ordóñez ", equivalente a la ubicación propicia en la anatomía del toro para dejar estocadas desprendidas, de efecto rápido. Esto según el propio torero era injusto pues afirmaba que el descubridor del famoso rincón no fue él, sino el crítico don Antonio Díaz Cañabate, quien por primera vez lo describió ; más como lo cierto es que el diestro buscó el alivio tantas veces, que sería difícil remover la imputación que le hicieron.
Ordóñez, decía - ¿ El rincón ? Pero .... ¿ es que van a reprocharme que hago uso del tranquillo que don Gregorio Corrochano aconsejo y enseñó a mi padre ?
Pero lo cierto es - que nos hallamos ante un diestro con tan rara perfección plástica, de tan recio dominio, tan esencialmente torero, y con esa estirpe rondeña -, tan vital en su arte.
Esta evidencia hizo, que después de su primera retirada. Antonio reconsiderada su toreo y volviese a los ruedos, con una mayor madurez, con un supremo magisterio, en las varias temporadas gloriosos que le siguieron.
Termina Antonio 1960 con la lidia de 56 corridas de toros. En San Isidro concede la alternativa a Juan García Mondeño, testigo Manolo Vázquez. Antonio cortó dos orejas del Atanasio que le correspondió en primer lugar. Arreció la lluvia y la corrida se suspende en el tercer toro.
( Continuará )








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