Los Gallistas, el 28 de septiembre de 2.012 celebraremos los cien años de la alternativa de Joselito, en Sevilla de manos de su hermano Rafael.
Somos de los que creemos que la fiesta de los toros aún anda con las tocas de la viudez, que se encendieron como llama funeral de ébano una tarde en Talavera. Aquella tarde se perdieron con Joselito muchas cosas que no han vuelto a aparecer por las arenas donde los toros salen a poder a los toreros. Una de ellas el freno sabio, la contraposición que hacia que la revolución del otro gran torero de la mejor época que conoció la fiesta, fuese positiva y se cuajase de adiciones.
Belmonte había descubierto que la teoría de los terrenos admitía un plus ultra. Pero allí estaba José para que esa adición no se sumase al toreo, restando, al par, sus dimensiones inmutables, ¡ qué gran pareja de toreros !
José era alegre sin exageraciones, muy serio para todas sus cosas, con un corazón que no cabía en el pecho. Fue un gran torero, si señor..... pero como hombre todavía valía más.
Una vez llegó a Sevilla un empresario de una plaza del Norte de España dispuesto a contratarle. Que concepto del compañerismo tendría Joselito que le dijo :
"esa Empresa le debe a Juan Belmonte un dinero y hasta que Juan no cobre yo no toreo en su Plaza". Tuvieron que pagarle a Belmonte para que Joselito volviera a estar en los carteles de ésa plaza.
Después de cien años de alternativa Joselito sigue haciendo creyentes, previlegio de grandes héroes.
Quería más que nadie a la Macarena, una medalla de la misma evitó una cornada mortal en San Sebastián.
El 30 de septiembre de 1.915, cortó en Sevilla actuando como único espada en la muerte de seis toros del Conde de Santa Coloma, en el quinto de nombre " Cantinero ", la primera oreja que se daba en la Maestranza de Sevilla, actuaba de presidente don Antonio Filipo, ilustre abogado sevillano.
" Don Modesto " publicó en " El Liberal " , de Madrid, sobre la oreja concedida a Joselito lo siguiente :
" No se arrepienta señor presidente de lo hecho al público de Sevilla. Ha roto su tradición ; pero bien rota está, pues lidiador tan extraordinario merece ser premiado con algo extraordinario y ese algo tenía que ser una oreja en la Feria de Sevilla."
Joselito cobraba entre doce y catorce mil pesetas. En una corrida de la Prensa, fueron a pagarle los directivos. Traían veinte mil pesetas en billetes y preguntaron a José cuánto quería cobrar. " Echen ustedes billetes sobre la mesa, les dijo en broma. Y cuando llevaban doce mil pesetas, les detuvo con un gesto " ¿ Les parece a ustedes bien ? " " Hombre José...... " " Pues para mí ya esta bien...... y cóbrense de aquí las entradas que yo mandé retirar "
Los directivos de la Prensa se negaron, pero Joselito insistió : " O toman ustedes el dinero de sus entradas o se lo llevan todo..... " Y no tuvieron más remedio que cobrarse las entradas que sumaban unas quinientas pesetas. Así era José. Al dinero no le tenía gran aprecio. Cuando empezó a ganarlo él se hizo cargo de su casa, sin permitir que Rafael, que para todos había sido como un padre, pagase nada.
Un día toreaba José con su hermano Rafael, en Valencia, Rafael el día anterior estuvo muy mal, y el público al hacer el paseillo con José empezó a gritarle a Rafael. ¡Mucho, sabe usted!
En el primer toro de Rafael no le dejaron hacer nada en medio de una fenomenal bronca. Pero lo bueno vino en el segundo toro, primero de José al coger la espada y la muleta, se fue al tendido de las broncas a su hermano y llamó a Rafael que acudió con mucho miedo, le dijo con mucho cariño : "Brindo este toro por el torero más grande que ha habido y que habrá nunca."
Las palmas echaron más humo decía Rafael que los cigarros que yo me he fumado en mi vida.
Joselito se hizo ganadero, adquirió la ganadería de Benjumea para extinguirla.
Era una vacada un tanto peligrosa y se propuso evitar a sus compañeros y a él mismo los frecuentes riesgos que esos animales tenían.
Sólo tuvo José una novia de cuyos amores contadísimas personas tuvieron noticias. Una infranqueable barrera de linajes se interpuso entre los enamorados y la torquedad familiar hizo imposible la santificación de aquella relación.
Después de la tragedia de Talavera, don Manuel Pineda se hizo cargo de un paquete de cartas amorosamente guardadas por José. Tal y como estaban, las puso en manos de un venerable sacerdote que tenía a su cargo la dirección espiritual de la mocita.
Y la que no pudo ser ante Dios y los hombres inseparable compañera del ser querido, ha consagrado a su memoria toda su vida, negándose a aceptar las peticiones de matrimonio que de otros hombres partieron.
Así fue Joselito, un gran torero.
unas fotos espectaculares! felicidades!!!
ResponderEliminarUn saludo para el blog!
Muchas gracias, Manipulador de Alimentos por su amable comentario. Cordiales saludos.
ResponderEliminarMuy interesante. Siempre habia leido sobre el toreo de Joselito, pero no conocia estos detalles de el como persona.
ResponderEliminarJim Verner