Las lluvias que normalmente aparecen a mediados de Septiembre que unidas al calor que mantiene la tierra en esos momentos, hacen que la hierba nos acompañe en unos días y el campo se vista de verde, ornamento que le favorece muchísimo y que da a los ganados vida, y esperanza a los maltrechos bolsillos de los ganaderos.
Para mí la " otoñá " es ILUSIÓN. Después de cuatro áridos meses pensar en la otoñá te da la vida, pero por desgracia este 2011, se ha olvidado por completo de la citada otoñá, que como estación dura hasta Diciembre. Lo bueno es que se anticipe, no que se retrase como este año, pues el retraso privará a los animales de su esperada " hierba " tan importante para su alimentación y castiga a los ganaderos con más gasto de piensos a los altísimos precios que tenemos en los últimos años.
Las bellotas se nos caen de las encinas y los alcornoques, pues llovió un día a primeros de Septiembre, un poco, se hincharon con el calor y se caen sin llegar a su sazón, por tanto de momento no tienen alimento, este 2011 nos dejará sin hierba y sin montanera.
Confirman el todavía verano las avispas que siguen totalmente activas.
Las lagunas para beber el ganado empiezan a dar señales de agotamiento de agua, la tierra sedienta después de tantos meses secos se bebe lo que puede de las mismas.
La bellota tanto la de encina como la de alcornoque sirve de alimento a todos los animales presentes en la dehesa, ovejas, caballos, toros, vacas, todos la comen, y cuando está en su total sazón constituye un buen alimento, sobre todo en años abundantes de hierba, pero en este 2011, no tenemos ni lo uno ni lo otro.
La ILUSIÓN, al menos yo pienso así, alarga la vida de quien la tiene, y la otoñá siempre venía acompañada de muchas ilusiones.
La primera, empiezas a ver comer del campo a los muchos animales que te rodean, que en otoño con hierba suelen pastar ocho horas diarias, en estos momentos en Encina Hermosa solo pueden comer lo que les echamos diariamente sin tener nada más en el campo para complementarse.
La segunda, el efecto balsámico que te produce mirar a todo lo que te rodea y alcanza la vista y ver el color verde por doquier, si encima en esa mirada la vista tropieza con una vaca y su becerro con su hocico entre la hierba fresca y las flores percibiendo la suave brisa de la dehesa, es indescriptible.
No hay día que no mire en internet varias veces, el tiempo, y además la predicción con 14 días de antelación, y en Malpartida de Plasencia, sólo anuncian sol y calor.
¿Cómo echarán de menos la hierba los animales? Las vacas para sus recién nacidos becerros que les daría una mayor riqueza a los calostros y a la leche posterior.
Cuando otros años a estas alturas teníamos otoñá me viene a la memoria el recuerdo de esas mañanas antes que salga el sol, cruzar un arroyo y escuchar el ruido del agua a la luz de una templada mañana de otoño, sólo interrumpido por algún mugido lejano.
Las añoranzas me invaden, era algo tan normal que teníamos todos los años que para nada me hago a la idea de lo que sucede este año.
La parición comenzó sobre el veinte de Septiembre. Tenemos en estos momentos veinticuatro becerros nacidos entre machos y hembras, becerros que han tomado el día de su nacimiento el calostro, es el primer liquido elaborado por la ubre de la madre ; es una leche muy rica en inmunoglobulinas, vitaminas y minerales. Cada becerro ingiere de dos a tres litros de calostro en sus primeras horas de vida, esperemos que pronto haga su aparición la hierba y los calostros tengan más vitaminas.
Las inmunoblobulinas inmunizan al becerro contra posibles enfermedades.Las vacas están pariendo bien sin ningún problema de retención placentaria, lo que vulgarmente llamamos retención de las pares, estos años pasados los tuvimos, y si ocurre es conveniente actuar provocando la expulsión de las mismas, de lo contrario pueden producirse infecciones que degeneran en septicemia puerperal.
Este año, con la sequía, no hemos registrado hasta ahora ninguna baja de becerros por parir la vaca sobre un arroyo y ahogarse la cría por este motivo, están todos secos.
La vida del hombre del campo, siempre se ve abocada a mirar para el cielo, unas veces por que no llueve, otras porque llueve mucho y la más de las veces pidiéndole al cielo, por una u otra cosa.
ResponderEliminarSiempre escuche en casa, la misma cantinela, que no llueve, la otoña se atrasa, los bichos no tienen comida, los campos están anegado ó ni lo uno ni lo otro.
Pero a pesar de todas las penalidades, lengua azul en las ovejas, peste porcina en los cochinos y una y mil penalidades, se sigue amando al campo, se disfruta de ese manto verde, de ese arroyo cantarín, de ese monte bajo que con las primeras aguas, huele como el mejor perfume.
Tristezas y alegrías, todo un compendio de la vida, y hay que saberse adaptar a las circunstancias.
Saludos de Gabriel.