martes, 18 de enero de 2011

EL TORO.... LA LIDIA



Este fin de semana recibimos en Encina Hermosa, la visita de nuestros amigos de la Cabaña Brava, de Zaragoza, encabezada por su Presidente D. Emilio Pérez y Señora, asi como por varios componentes de la misma.
Visitaron el Museo, nos entretuvimos mucho con los carteles antiguos de Zaragoza, años 1918 a 1935, a continuación visitamos las vacas, así como los erales que se lidiarán en Septiembre en el coso de Pignatelli o "La Misericordia".
Tuvimos suerte porque después de tres días ininterrumpidos de niebla, esa mañana del domingo, nos acompañó el sol y los pasodobles, y el paseo resultó de lo más agradable, con el campo todo verde.

Los nacimientos de los becerros continúan y de momento con una clara victoria de los machos, al día 16 de Enero de 2011, 41 machos y 31 hembras, espero que cuando terminemos en Abril, la diferencia sea tan clara a favor de los machos.

Es en la lidia donde se comprueban las actividades mentales desplegadas por el toro en la defensa de su libertad, y sobre todo es en la misma donde se pone de manifiesto la deficiencia y sobre todo el automatismo del instinto, que, en este caso, resulta inútil al perder el toro la vida en el juego.
La lidia definida y estudiada como un arte, el arte de torear, es la manifestación dramática en la lucha del hombre con el toro, donde un gran número de aficionados les sirve de motivo de fiesta, espectacular y grandiosa.
El toro héroe supremo de la fiesta, cuando los recursos utilizados en la lidia se ajusten más a su perfil, dará un mayor juego en el desarrollo de la misma.
El torero, si los recursos especiales empleados para aprovechar la acometividad y la bravura del toro los utiliza debidamente con estímulos en su arte conseguirá lances de una gran belleza plástica.
El toro se debate y lucha contra la excitación hostil del redondel, la actividad que desarrolla el toro durante la lidia a base de una energía de reserva.
Los toros se excitan principalmente por la vista.
De los cinco sentidos corporales, el ojo es el órgano receptor de mayor número de excitaciones; el oído goza de una categoría inferior.
El oído en el toro representa el primer sentido para atraer la atención y escuchar el peligro lejano.
Con silbidos y gritos fuertes, se avisa y azuza a los toros, pero éstos sólo se arrancan mediante la excitación visual.
En la práctica, el sonido estimula su atención desde lejos ; después de cerca, acude a la excitación visual.
El toro es animal miope, y no ve bien a larga distancia. El color, la movilidad, son los dos estímulos básicos del arte de torear.
Si confirmamos la miopía del toro, es por tanto que en la lidia se recurre a estímulos muy fuertes, tonalidades, contrastes, el color y el movimiento se asocian.
Sabemos que el toro no embiste, ni acomete a los objetos parados ni a personas inmóviles, acuérdense de la suerte de Don Tancredo.
En cambio, el desplazamiento rápido, la movilidad acusada de personas, animales o cosas, un sonido, un olor fuerte extraño, impresionan los sentidos y transmite la sensación al cerebro, el toro está en alerta y trata de localizar el origen de la excitación recibida.
El arte de torear aprovecha unos y otros, juegan ambos a la vez, varían el ritmo y el estímulo para dar paso a la excitación.
El toro en la dehesa a campo abierto no embiste, solo lo haría el toro "abochonado", que se separa del resto después de una pelea, en la que sale perdedor.
También se arrancan las vacas paridas si te acercas a sus crías.
El toro, animal de suma sensibilidad, vive y se desarrolla guiándose por su instinto rutinario.
La expresión emocional del toro aparece con detalles bien perceptibles, el respingo que sucede a toda extrañeza brusca, la mirada retadora, el amagar las orejas, son indicios, muestras del expresivo lenguaje mímico utilizado por los toros.
Esto lo saben interpretar perfectamente las personas que conviven diariamente con los toros.
Así como las contracciones crónicas de los músculos, (temblores), relajación del esfínter anal, erizamiento del pelo, síntomas que rellenan el cuadro de estados emocionales del toro.
El esfuerzo de la lidia resulta enormemente agotador para el toro, su dinamismo actúa a fuertes presiones y obligado a contracciones violentas, al defenderse agota toda su energía vital.
Toro noble, es el que embiste con energía y sigue constante el juego engañoso del torero.
Durante la lidia, el torero ha de actuar con tenacidad y autoridad, con dominio total en el arte, sobre el toro.
El torero ha de reunir temperamento, confianza, sangre fría, convencimiento íntimo de que el animal representa una estructura más simple, inferior, montada en un organismo más robusto, potente y bruto.



3 comentarios:

  1. Oportunisimo su relato y opinión sobre la lidia, comporta-miento y reacciones del toro teniendo en cuenta el 1º Curso de Aficionados Prácticos en Encina Hermosa, nos viene muy bien para meditar sobre ello antes de pueda llegar la posibilidad de ponerse ante una becerra, como dice el refrán " nunca es tarde si la dicha es buena".
    Como siempre agradecido por el aporte de sus conocimientos y vivencias del Campo Bravo.

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  2. Juan :
    Una vez más, y son muchas, mi más sincero agradecimiento por su generoso comentario, que le agradezco profundamente.
    Del Curso siguen los preparativos, nos faltan 36 días solamente. Cordiales saludos.

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  3. El fin del toro llega a su fin, camino de la plaza donde deberá demostrar su bravura, casta, fijeza, bondad, humillación, recorrido, nobleza, de frente su matador, valiente con ganas dispuesto a llevar a cabo la mejor obra de arte, TORO Y TORERO, donde la vida y la muerte andan en paralelo, por esto es tan grande, ambos dispuestos a interpretar su obra bajo la atenta mirada de un público, el que premiará al TORO ó al TORERO, todos estos motivos es porque es tan grande esta Fiesta, ver la fiereza bruta de un animal dominado por la inteligencia de un hombre, gracias D. Mariano por creer en el toro bravo alma y base de la Fiesta.

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