El 16 de mayo de 2020 se cumplen 100 años de la muerte de Joselito en Talavera de la Reina.
En una corrida de toros, lo que está previsto es que un hombre, con su inteligencia, supere un peligro, el instinto de una fiera . un toro bravo que encarna la muerte.
Todos estamos condenados a la muerte, de nuestra propia muerte, con la que hemos de convivir desde que nacemos hasta el incierto y último instante de nuestra vida.
De ahí, posiblemente, el que algunos seres humanos les guste correr riesgos voluntarios y, como se suele decir, jugarse la vida en escaramuza con la muerte, y a otros, acudir a verlo para comprobar que es posible vencerla.
A las corridas asistimos plenamente convencidos de que tendrán un final feliz, a pesar de que el duelo del hombre con la muerte sea real, y haya sido preparado para que se produzca dentro del mayor equilibrio de fuerzas.
Todos tenemos vocación de inmortales y nos emocionamos cada vez que la muerte es burlada.
Cuando un torero le pierde el respeto a un toro con poder, se enciende la chispa de la inspiración que escamotea el riesgo, y todo se convierte en emoción estética, alegría, gracia, elegancia, sabiduría,.. Arte en suma.
Así se dijo entonces que la lidia antigua se fue con Joselito y vino una nueva con Belmonte, dos épocas que se suceden, separadas por la ruptura, la revolución del trianero que dio paso al toreo estático frente al toreo dinámico,
Para comprender el esfuerzo que debió suponer el cambio para los viejos aficionados, apegados a su tradición, hay que tener en cuenta que Juan, corto en facultades físicas, tuvo como antagonista a José, un auténtico atleta,, si matizamos que su preparación en las dehesas, montando a caballo, y disfrutaban viéndole perseguir al toro hasta que conseguía dominarlo, sobre todo cuando en las plazas corría hacia atrás para ganar distancia sin perderle la cara, o verle saltar la barrera al salir de un par de banderillas.
La cogida y muerte de Joselito abren un paréntesis en la historia del toreo. Centrada la afición en la competencia entre José y Juan es lógico que se inicie un periodo de desorientación. Los aficionados vuelven la vista a los toreros que quedan, y buscan uno que sea el contrapunto de la supremacía de Belmonte.
Joselito nació en Gelves (Sevilla) el 8 de mayo de 1895.
A su muerte, acababa de cumplir veinticinco años, hacia una semana. Hijo del gran torero Fernando Gómez, y hermano de Rafael " El Gallo " - al padre también se le conocía por el mismo apodo.
La primera vez que toreó, apenas contaría cuatro años de edad. Y por cierto resultó cogido, se levantó sonriente.
A los ocho años mató el primer becerro de una manera magistral, en una fiesta taurina que se celebraba en la finca del ganadero Anastasio Martín.
Vistió por primera vez el traje de luces el 19 de abril de 1908 en la plaza de Jerez de la Frontera.
La novillada fue un exitazo y de ella, por inspiración de " Panita " se formó aquella cuadrilla Limeño - Gallito que había de recorrer en triunfo casi todas las plazas de España.
En Madrid toreó por primera vez, como novillero el 13 de junio de 1912 y alternando con Limeño.
Aquel mismo año, el 28 de septiembre, le dio la alternativa su hermano Rafael, en Sevilla, con toros de Moreno Santamaría y Antonio Pazos de testigo. El toro de la cesión se llamaba " Caballero ". Y tres días después, el primero de octubre, se la confirmó el mismo Rafael en Madrid con toros de Veragua, en cuya corrida tomó también la alternativa Vázquez II de manos de Vicente Pastor.
Joselito, torero extraordinario desde sus principios, sintió el orgullo de su profesión; rindió a tal actividad un culto inigualable; pudo con todos los toros, cualesquiera que fueran sus condiciones, e igual ejercía su dominio con los bravos y poderosos que con los cobardes, con los primeros para reducir su pujanza y con los segundos para convertir su mansedumbre en aparente bravura. Si nadie le ganó en amor propio, nadie tampoco, pudo permanecer indiferente ante las proporciones asombrosas de su personalidad artística. Por la extensión y por la hondura de su Tauromaquia el torero-tipo a los Romero, Montes o Guerrita.
La persecución a Ricardo Torres " Bombita " fue implacable.
Joselito afrontaba en 1917 su quinta temporada completa como matador de toros en plena competencia con Juan Belmonte.
¿ Que le pasaba a Joselito ? El peso organizativo del toreo gravitaba sobre sus hombros pero la enfermedad de su madre, la bailaora Gabriel Ortega, terminó de sumirle en una honda postración que se acentuó con el fallecimiento de la matriarca de los Gallos en enero de 1919.
En abril de 1917 en los salones altos del Ayuntamiento de Sevilla se había inagurado una exposición con el título de Primaveral, reunía a las primeras firmas del momento. Lo organizaba El Ateneo por la sección de Bellas Artes. En el extenso catálogo de más de cuarenta cuadros firmados por García Ramos o los expuestos por Gonzalo Bilbao. Entre tantas obras, había una, pintada por Miguel Angel del Pino y Sardá, que retrataba a las señoritas María Hermosa, Leonor y Guadalupe Pablo Romero.
Eran las hijas de don Felipe de Pablo - Romero y Llorente heredero del primer ganadero de este apellido. Pocos sabían - o no lo decían - que en aquella sociedad de la Sevilla de comienzos del siglo XX que Guadalupe era pretendida por Joselito. Pero aquel amor, correspondido por la joven, contaba con la firme oposición de la familia, don Felipe no podía consentir que uno de los suyos llegara a emparentar con un simple matador de toros, por famoso que fuera.
José asistió a la citada exposición y se hizo sacar una fotografía junto al retrato de las tres hermanas Pablo - Romero.
Resulta paradójico, cuando menos, que con la amistad que le unía a don Felipe de Pablo - Romero con José, aquello fuera infranqueable en aquella época. Joselito lo tenía todo menos a la mujer que amaba.
Al comenzar la temporada de 1920, el sentimiento de soledad de Joselito, es cada vez más notorio. La marqueda de Valparaiso le ayuda a instalar y decorar la nueva casa de la calle Santa Ana.
El 15 de mayo de 1920, fiesta del patron de Madrid, alterna con Belmonte y Sanchez Mejias. Los seis toros de Albaserrada son sustituidos por reses de doña Carmen de Federico, pequeñas. El público está de uñas.
Antes del paseillo les increpan enseñando sus entradas. José propuso a Juan dejar de venir a la plaza de Madrid durante algún tiempo. Les decían ¿ Fuera ! ¿ Que se vayan !
En la cena en su casa, José, apenas habló; la cena se prolongó. Pero a las seis de la mañana pidió a Petra, la sirvienta, una taza de manzanilla.
José, acepto el contrato de Talavera, para congraciarse con don Gregorio Corrochano, el influyente crítico del momento. Pero el toro " Bailaor " burriciego de la Viuda de Ortega, se cruzó en su camino aquel 16 de mayo de 1920.
A Joselito le perdonaron pocas cosas en vida. Pero tampoco lo iban a hacer en su muerte. La nobleza y la poderosa burguesía agraria de la época, de alguna manera, se vengaron de la osadía de José, ese torero gitano que había desafiado a la mismísima Maestranza alentando la construcción de la efímera Monumental de San Bernardo o pretendiendo casarse con una niña de clase. Aristócratas y labradores pusieron el grito en el cielo por la organización del funeral del diestro en la Catedral de Sevilla.
Muñoz y Pabón, el imprescindible canónigo de Hinojos, los puso en su sitio con otro de sus memorables artículos publicados en el Correo de Andalucia en el que no dejó títere con cabeza. Aquel artículo le valió el regalo de la famosa pluma de oro sufragada por cuestación popular que entregó a la Virgen de la Esperanza Macarena, la misma que Rodríguez Ojeda había cubierto de gasas negras a la muerte del torero de Gelves.
Guadalupe de Pablo - Romero sobrevivió 63 años a José. Falleció el 5 de abril de 1983 en su casa de Los Remedios y nunca dejó de llevar flores a la tumba de Joselito. Jamás se casó.
Gracias, por recordarnos la historia, triste centenario.
ResponderEliminarGracias a usted Unknown por su comentario.
ResponderEliminarD. Mariano Cifuentes lo que se dice en este articulo es cierto. Gracias por su blog. https://www.mundotoro.com/noticia/mi-objetivo-es-que-coquilla-no-desaparezca/1278354
ResponderEliminarAnónimo :
ResponderEliminarMuchas gracias por su cordial comentario, que le agradezco mucho, Saludos.