viernes, 4 de mayo de 2018

ANTONIO BAÑUELOS




Antonio Bañuelos, nació en Burgos como toda su familia, sus padres le llevaron a los toros, de campo no eran. Un tío suyo por parte de su madre José Luis García Palacios, fue el primer ganadero de la familia, primero con Concha y Sierra y en la actualidad con Albarreal. Quiso ser ganadero desde muy pequeño. Tenía muchísima afición por el campo, más que por la plaza. Asistía a las visitas a las ganaderías charras en autobús. Allí procuraba irse con los vaqueros a echar de comer al ganado y preguntaba por todo : el manejo, la alimentación, las crías, preguntas muy básicas. El tentadero que organizaban a la visita a la finca era lo de menos, él tenía que ver el campo y hablar con el ganadero, y así empezó poco a poco, leyéndolo todo en las revistas y en los diarios taurinos...... Tenía verdadera pasión por la cría del toro bravo.
Trabajó mucho en varios sectores, era muy emprendedor : creó varias empresas en el sector de fabricación de piel durante 25 años a partir de una empresa de curtidos que venía de su padre. Importaba vison, astracán de toda la cadena escandinava.
Y durante muchos años, al mismo tiempo que trabajaba en sus negocios, iba buscando alguna finca, cerca de Burgos y Madrid. Nunca se le ocurrió irse a buscar a Andalucía o Extremadura, tampoco hasta Zamora o Salamanca. Pero todo lo que veía era caro para él.
Así que pasaron muchos años, vio muchas fincas, como aquella de Garzón en Salamanca, la del Viti.
Luego ya, con el paso del tiempo, le avisaron de que había una finca por la zona baja del Páramo de Masa, cerca de Bureba, que tenía mucha agua, muchas zonas de siembra, y fue a verla.
Marchó solo un día de niebla cerrada, de pleno invierno, sobre las cuatro de la tarde.
Era todo deprimente. Llegó al camino de entrada que estaba fatal, apenas se veía nada y comtempló unas casas viejas con bloque de cemento... Siguió adentrándose y vio un rebaño de ovejas con un pastor huraño ; al preguntarle que le habían dicho que esto se vendía y le contestó que allí no se vendía nada.
Volvió otro día esta vez soleado, y desde la carretera pudo ver el nombre de la finca : La Cabañuela, porque es una de las zonas donde los ancianos sabían el método de predicción de la climatología venidera, según las nieves de marzo y las lunas de agosto. Entonces los nativos del lugar, los pastores, hacían sus cálculos : Hay cuatro o cinco sitios así en España. Este es uno porque se ven muy bien las estrellas en verano, es muy nítido. Del método de las cabañuelas luego sale el Calendario Zaragozano en el que te viene todo el año por las lunas que va a haber, por semanas, y sabes si te va a entrar un anticiclón. Aciertan bastante. El nombre de La Cabañuela estaba pintado, pero medio borrado. Se leía " abañuel ". Y pensó : A de Antonio Bañuel.....¡ Si éste es mi nombre ! Pensó en una premonición, le habían ocurrido algunas veces en su vida y ya empezó a verlo con otros ojos.
A los pocos días volvió acompañado de Rafael Roca, que era en ese momento el empresario de la Plaza de toros de Burgos y le dijo : Oye, esta finca es muy buena vaqueria. Tiene zonas de resguardo para parideras, mucha agua, la tienes cerca de casa, pero claro, el invierno tiene que ser muy duro. Fue a hablar con la propiedad y llegaron a un acuerdo el 31 de diciembre de 1992.
El 22 de junio de 1993, llegaron las vacas. ¿ Que era lo suyo ? Matar el gusanillo, lidiar unas novilladas sin caballos por las portátiles en los pueblos de la zona.
Pero la gente le aconsejaba, come igual una vaca buena que una mala.
Como en aquel momento tenía bastante relación con Borja Prado, le vendió el hierro de su madre Paloma Eulate, en diez minutos se pusieron de acuerdo.
Compró 30 vacas viejas de Maribel Ybarra, que eran todas las que había, también compró 70 eralas y añojas de Torrealta y unos sementales.
Ya hace tiempo que Antonio Bañuelos no tiene relación con Torrealta, pues él sigue la linea Ybarra, endureciéndola gracias al manejo que tienen en La Cabañuela.
El problema de Bañuelos era la fuerza, y se decía : si yo consigo mantener esta calidad y le aporto fuerza gracias a la orografía de esta finca, que desde que nacen van musculando y respiran a mil metros de altitud, les doy a los animales una capacidad torácica superior.... Había que adaptar al toro los métodos de preparación de los atletas a alto nivel.
" Era una locura porque, en realidad no tenía ninguna base ni ningún fundamento. Pero cuando decidió ir en serio, se fue a las zonas de altitud donde existe la raza Avileña, anduvo por los pueblos, y en los bares hablaba con los ganaderos que, de padres a hijos, se iban transmitiendo el oficio de criar la vaca a esta altitud. Y a base de hacer amistad le dieron muchos secretos que luego Antonio los ha ido aplicando a su ganadería.
Cuando el 31 de diciembre de 1992, firmó Bañuelos la escritura de compra de La Cabañuela, todos sin excepción le dijeron que estaba loco y que iba a morir en el intento. Un cuarto de siglo más tarde, los toros de la nieve hicieron pleno : premio al mejor toro de la temporada madrileña 2016 por parte de los abonados de las Ventas y premio a la mejor corrida de la temporada por el Colegio de Veterinarios.
En La Cabañuela, por todas partes, el campo se encuentra invadido por las piedras. " Se aburren de quitarlas ". Al arar van saliendo con lo que arreglan los caminos, pero nada, siguen saliendo y saliendo.
La principal ventaja de La Cabañuela es que al no existir ganaderías cercanas no pueden traer contagios, con lo cual es muy sana en cuanto a parásitos.
Vivir aquí es muy sano. El frío es sano mata los parásitos. La nieve también es muy buena para luego la frescura de la hierba.
El mayoral Francisco y su mujer Lucía que hace de vaquero manejas las 700 cabezas de ganado.
Aquí van viendo como las vacas que vinieron de Cádiz van escarbando en la nieve porque saben que debajo hay algo que se puede comer. Luego con los cuernos bajan las ramas para que los becerros puedan mordisquearlas.
También les ha cambiado la morfología : los animales de sierra son más pequeños, más finos de cabos, de mazorca, son menos bastos. Veinticinco años es muy poco, pero los toros de aquí ya no tienen nada que ver con los de Torrealta.. Además seleccionan mucho para que sean bajos, y a veces tienen problemas con la báscula.
Pocas veces una ganadería ha conseguido romper con tanta fuerza, apenas empezada su andadura como es el caso de Bañuelos. " Todo fue muy rápido " : las primeras novilladas de erales que lidió salieron buenas, esto le animó para dejar utreros, buenos también. Y muy pronto dejó una corrida para Burgos que salío muy buena, en el 98, para Manuel Caballero, Pepín Liria y Víctor Puerto. Puerto le cortó las orejas al gran " Alpaca ".
Al año siguiente, fue un mano a mano entre Ponce y Juli. Ponce indultó al primer toro, " Gamarro " y salieron a hombros toreros y ganadero.
Francisco y Lucía vinieron de Portugal para ayudar a un pariente que tenía un restaurante cerca de La Cabañuela, al enterarse que Bañuelos buscaba gente allí acudieron, sabían algo pero de ganado manso, Antonio los fichó y, meses más tarde, las vacas llegaron.
Cuando Francisco acompaña a las corridas a las plazas donde se lidian, Lucía se queda sola para cuidar las setecientas cabezas.
Antonio Bañuelos tiene los deberes hechos : los mismos sementales siguen padreando en sus cercados.
Roca Rey, al visitar la ganadería y matar un cinqueño a puerta cerrada, al terminar Antonio le enseña los cercados llenos de animales. Se queda mirando a unos añojos recién destetados y que al oírlos se han asomado en lo alto de un cerro. Andrés los mira, despues de haber toreado a un hermano mayor se los enseña a Antonio. Ambos siguen soñando : uno con criarlos bien, y el otro con ponerse delante.





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