sábado, 18 de junio de 2016

VICENTE PASTOR ( Capítulo II )



En enero de 1959, en una entrevista en el diario Pueblo, a Vicente Pastor, que lleva una vida de torero retirado, le preguntaban : ¿ como no se ha casado ? - empezó a encontrar que su libertad le venía demasiado ancha y buscó un techo bajo el cual pudiese frotarse las manos a su gusto, fumar un pitillo de tabaco picado y de cuando en cuando jugar una partida de tresillo. Se hizo socio del Círculo de Bellas Artes.
- ¿ Quién le puso a usted el nombre de el Chico de la Blusa ?.
- Eso fue el público. Y la cosa empezó porque, al ver aquello de los toros embolados, me dió la calentura de probar. Entonces me tiré al ruedo como estaba, con la blusa que gastaba para ir al taller y con la tela vieja que llevaba como capote. La gente dijo después que yo toreaba con la blusa, y eso no es cierto. Yo torée con la tela. Me hice popular entre el público, y como nadie sabía quién era yo ni donde venía, empezaron a llamarme el Chico de la Blusa. Mi debut como novillero en la plaza vieja de Madrid lo hice alternando con Félix Velasco y Antonio Olmedo ( Valentín ), en la lidia de novillos de Bertólez.
- Oiga usted Vicente, ¿ que toreros de renombre toreaban entonces ?
- ¡ Hombre muchos.....! Mazzantini, Fuentes, Algabeño, Reverte, Bombita. Éstos estaban en candelero.
- ¿ En su casa no se opusieron a que fuese usted torero ?
- Si, tuve muchas contrariedades con mi padre, Y algún pescozón. Pero cuando le aconsejaron que no me pegara y me dejara torear, lo hizo pensando que ya me desengañarían los toros.
Tomé la alternativa el 21 de septiembre de 1902, me la dió Mazzantini con toros de Veragua.
La tarde de la alternativa fue una buena tarde, y le anunciaron para el domingo siguiente con Mazzantini. Don Modesto, revistero taurino de El Liberal, escribió aquella crónica titulada : Embajadores, siete, hay ascensor. Vicente vivía en la calle Embajadores,7 y tenía ascensor.
Cuando no quedaba bien, al día siguiente salía Don Modesto diciendo en el Liberal " Ayer el ascensor no funcionó bien........"
- Fue a la escuela Vicente.
- Si, fui a la escuela, a las Escuelas Pías de la calle de Tribulete, hasta que al cumplir los once años me pusieron a trabajar de carpintero y zapatero. Estos oficios tuve que dejarlos en seguida, por no tener edad ni juicio para ellos. Entonces me llevaron otro año a un colegio de los Padres jesuitas en el barrio de Peñuelas. Este colegio se convertía los domingos en Patronato para los que lo abandonábamos cuando nos poníamos a trabajar en algún oficio.
- Cuantas cornadas recibió.
- La primera, en Santander, el año 1911, el 30 de julio, con toros de Miura, se arrancó, ya casí muerto, y me dió una cornada en el cuello, me dijo el médico que en este sitio, pudo haber sido mortal.
A los veinte días en Bilbao, un toro de Urcola le dió una cornada en un muslo. Siguió la lidia como pudo cuando volvió a ser cogido.
- La segunda cornada fue terrible ; me atravesó el brazo izquierdo. Entonces las curas eran peor que las cornadas. Traían malas consecuencias. No había adelantos. El peligro estaba en la gangrena y en las infecciones, que hoy con los antibióticos, se evitan.
- Compañeros de cartel :
- ¿ Rafael " El Gallo " ?
- Bien, yo venía toreando con él desde novillero.
Tomó la alternativa ocho días después que yo, en Sevilla.
- Recuerda alguna tarde sobre todas las que ha alternado con él.
- Pues le diré una cosa. A los públicos les gustaba más cuando estaba mal que cuando estaba bien. La gente me dice todavía : " Explique usted cómo era una espantada de " El Gallo ".
Yo contesto siempre que si los demás hiciesemos eso nos hubiesen escabechado.
Mire usted, las cosas como son. " El Gallo ", cuando estaba bien, estaba bien bien. Era muy desigual. En el primer toro estaba bien y en el segundo se tiraba de cabeza a la barrera.
Yo creo que fuera y dentro de los ruedos he sido el más amigo de Rafael " El Gallo ".
Cuando fue a torear a Barcelona en el año 12 ó 13 estaba herido su hermano Joselito. Al salir del tren fui derecho al hotel Oriente, donde se hospedaba para verle. Subí a la habitación y me abrió una señora. Era la madre de los Gallo, la señora Gabriela. Me dijo : " Lo siento mucho, pero está durmiendo ". Yo le contesté : " Bueno, pues haga usted el favor de decirle que ha venido a verle su compañero Vicente Pastor ". Abrió la puerta muy sosprendida : " ¿ Ah, pero es usted ? Tenía muchas ganas de conocerle porque sé que es usted el mejor amigo de mi hijo Rafael ".
" El Gallo era muy desigual es sus " espantadas ", desde luego no eran, como ha creído la gente, por supertición. Una vez fue a torear a Cartagena, a una plaza donde años antes había recibido una cornada El Bete, torero cordobés, al dar un cambio de rodillas. Le tuvieron que amputar una pierna,  y la noticia fue muy comentada entonces, ¿ Qué dirá usted que hizo " El Gallo " ?. Pues pedir que le señalaran el sitio en que había pasado la cosa. La gente dijo que " El Gallo " no iba a pisar aquel terreno en toda la tarde ; pero al torear al día siguiente de decirle esto, se hincó allí de rodillas.
Aquí puede verse que no era superticioso.
" Bombita " y " Machaquito ", plantearon la cuestión de los miuras, que consistió en exigir una mayor remuneración para lidiar los toros de esta ganadería.
- A más peligro, más dinero.
Al retirarse los dos, que eran la pareja fuerte de primera fila, quedamos " El Gallo " y yo.
" La vida taurina de Vicente Pastor estuvo a caballo entre los viejos toreros clásicos, y aquel renacimiento que tuvo la fiesta con la llegada de Joselito y Belmonte.
- Vinieron como una novedad, que levantó mucho a la afición. La base de los carteles fue desde entonces " El Gallo " y yo con José y Juan. Bueno, y también con Bienvenida padre, el Papa Negro, y Cocherito de Bilbao.
- Pero usted ha toreado con Rodolfo Gaona.
Si, Gaona empezó a torear con " El Gallo " y conmigo el año 9, cuando vino de México, en invierno, como base del cartel de la temporada mexicana. Después volví a la temporada del año 12 al 13, cuando un toro de Tepeyahualco me dió una cornada grande en un muslo.
Un toro de esta misma ganadería había matado en México a Antonio Montes.
- De verdad, de verdad, ¿ a qué torero admiró usted más ?.
- No tengo inconveniente en decírselo. De todos los toreros con quienes alterné he admirado más a Joselito, por su completa personalidad.
" Una tarde, al hacer el paseillo Vicente Pastor vió a la infanta Isabel en su palco. Cuando la lidia iba por el segundo toro, alguien se acercó a las tablas para decir :
" La infanta, que suba Pastor al palco, con la espada y la muleta.
" El torero, con su arraigado sentido del deber, contestó :
- Yo no puedo abandonar el ruedo hasta el final de la corrida, porque soy el primer matador. Entérese bien de lo que ha dicho la infanta. ¿ Ha dicho, realmente, que suba con la espada y la muleta ?.
Se fue el hombre del mensaje y al poco tiempo se acercó a las tablas de nuevo.
- Pastor, dice la infanta que le espera con sus acompañantes en el palco. ¡ Ah, pero que suba usted con la espada y la muleta.
- La infanta le dijo a Vicente Pastor : Mira, estos principes son extranjeros y no han visto nunca una corrida. Me estaban diciendo que comprenden que con el capote no cojan los toros a los toreros ; pero les extraña mucho que al entrar a matar no os cojan de todas todas. Quisiera que les explicases cómo matas sin que te coja el toro, para que ellos lo comprendan.
Quiero que hagas aquí una demostración. Tú explicas en castellano y yo me encargo de traducírselo. Yo cogí una silla que había allí, como si fuese el toro. Hice los movimientos de la suerte de matar y la infanta fue diciendo en otro idioma lo que yo explicaba. Entonces, aquellos principes se marcharon convencidos de que no le cogiera el toro. Yo les decía que había que echar la muleta por delante, y que cuando el toro se arrancaba, fijo en ella, aprovechaba este momento para entrar a matar.
( Continuará )





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