LA IMPORTANCIA DEL TENTADERO

A las vacas se les hace la lidia en el tentadero igual que al toro en la plaza.

Se le torea de capote, se pone en el caballo, se ve si se arranca de lejos, fija, y se pone tantas veces como el ganadero necesite para calificarla, después se le torea de muleta, el torear mucho a las vacas nos descubrirá cuanto "fondo" tienen y si con la duración se aprecia algún defecto.

La tienta es una prueba tan necesaria, porque el ganadero necesita comprobar en su laboratorio que es la plaza, el índice de fijeza, humillación, desplazamiento, repetición de embestidas, duración, casta, fuerza y nobleza. Con esa ficha bien valorada con un criterio de mucha severidad y conciencia, el ganadero, el único juez en ese momento aplica sus conocimientos intentado aproximarse lo más posible a la realidad, pues de él dependerá la calidad de las siguientes camadas, y si su criterio fue acertado su ganadería conquistará fama para poder lidiar sus productos tanto en el presente como en el futuro.

Por eso el tentadero conviene realizarlo con la mayor intimidad posible, los invitados que lo presencien deben conocer a la perfección la importancia del comportamiento en el mismo y por tanto permanecer quietos y silenciosos; factores muy importantes sobre todo en el momento que se realiza la suerte de varas, para no distraer la atención de las reses.

El tentadero consigue su máxima eficacia cuando sobre el animal no actúan estímulos extraños ; cualquier ruido, la simple conversación de algún espectador, determinan en la becerra reacciones más o menos manifiestas.

El ganadero en el momento de la tienta, tiene ante él la historia del animal, de toda su familia, por tanto puede establecer todas las condiciones de la prueba de la forma que opine salva las mayores causas de error.

Todos sabemos que la primera vez, la vaca acude al caballo a ciegas sin saber que le espera en el encuentro con el picador. Cuando la becerra vuelve a repetir la arrancada, el instinto de liberación es superior al efecto del puyazo.

Cuando dos estímulos atraen a un animal, persiste el de mayor firmeza, y en este caso la liberación le importa más a la vaca que el dolor al puyazo.

Las vacas eralas, utreras, según la edad cuando se tienten, las que no pasan la prueba del tentadero las mandamos al matadero, para conservar lo más puro posible el encaste Coquilla.

Otro factor importante digno de reseñar en los tentaderos es la necesidad de vacas que tenga la ganadería, si te sobran vacas, cada vez se aprietan más las tuercas y la que dejas tiene que ser  "perfectas" pues de lo contrario no te interesan.

Existen diferentes criterios en cuanto tentar las vacas de eralas, de utreras. Lo lógico es hacerlo a los tres años, porque mientras más edad tenga la vaca mejor desarrolla lo positivo o lo negativo; inconvenientes, que no todos los ganaderos pueden tenerlas sin tentar tres años.

El "criterio" es fundamental a la hora de regir una ganadería, aún con él, todos sabemos de la dificultad de ser buen ganadero.

Un año se lidia un novillo de tal padre y de tal madre si es bueno su comportamiento, en el momento que te encuentras de nuevo otro del mismo padre y de la misma madre te acuerdas del anterior y te atreves a pronosticar que será bueno y no siempre se acierta.

El ímpetu de la arrancada denota complexión muscular que corresponde al tipo atlético y mecanismo adecuado al derrote ; la energía en la forma de acometer comprueba si además de poder, tiene astucia en el ataque.

La calificación de la tienta tiene que ser por parte del ganadero muy minuciosa, aquilatando mucho los matices.

Hoy día los tentaderos se diluyen a lo largo de todo el año, también influye en ello, los saneamientos, donde el ganadero tiene que acoplarse a los mismos, olvidándose a veces de los tentaderos.

Hace años, donde los medios de locomoción no eran tan fáciles se tentaba una camada de vacas en dos, tres días.

El ganadero cada año una vez lidia su camada, hace balance no de pérdidas y ganancias, lo hace de aciertos y desengaños, y esto le hace ser cada vez más selectivo, fiarse menos de las casualidades y emitir un juicio lo más crítico posible para que la partida de aciertos supere con creces a la de los desengaños.

 Otra de las cosas que se procura en los tentaderos es poner las vacas de distintos sementales, entre otras cosas con ello se previene de la monotonía y se van viendo los resultados de cada semental, observando los defectos y virtudes que transmite a su descendencia.

Les puedo asegurar con el corazón en la mano, que para ser ganadero tienes que cargarte de unas dosis tan grandes de ilusión que por mucha que se pierda por el camino venza siempre la ilusión al desaliento y seas capaz de superarlo año tras año, aspirando siempre a conseguir la satisfacción personal y el triunfo de la ganadería, nada fácil. Tengan en cuenta que en genética por mucho que avance la ciencia, no podemos saber lo que es necesario hacer bien para prevenirlos o para hacerlos más frecuentes.

Después de todos estos comentarios les puedo decir, y asegurar con bastante certeza que las más de cien personas que tuvimos la suerte de presenciar en el 2º Curso de Aficionados Prácticos la actuación del matador de toros IVAN VICENTE, como toreó a dos vacas en Encina Hermosa, con una conjunción tal de toro- torero, creo que todos al unísono coincidiríamos diciendo....... La importancia del tentadero en las ganaderías de bravo, sin ellos, las vacas del citado día no hubieran sido lo que fueron, ni tampoco lo serán las de otro cualquier día.