sábado, 31 de julio de 2010

LAS QUERENCIAS.... EN EL TORO DE LIDIA


Todos los animales especialmente los hervíboros de explotación, en rebaño sienten este complejo emocional destacándose vigorosamente el anhelo de revertirse a la tierra de donde fue arrancada su vida y que en español llamamos "querencia".
La tendencia del hombre corresponde muy bien a la querencia de los animales. Ningún animal muestra señales tan características de la querencia como el toro de lidia.
Las querencias en los toros son más ostensibles que en los demás animales, por el regalo con que se les cría y por la vigilancia con que se les atiende.
Cualquiera de las muchas acciones consiguientes a la cría y cuidado de los toros puede resabiarles. y en este caso, el animal tiene que mostrarse de suyo querencioso, y así, para andar entre él como para lidiarle, el conocimiento de las querencias es la mayor garantía de seguridad que pueden proporcionarse a ganaderos, toreros y los que conviven diariamente con él les resulta muy útil conocer las querencias de los toros, para aprovecharse de ellas de la forma más oportuna.
La querencia es un sentimiento, mejor un complejo sentimental, que se apodera del toro e impone deseos imperativos en su conducta, es fuerza creadora, impulso, torrente vital.
Los animales registrán, mediante los sentidos, las imágenes de los objetos circundantes, y  este registro puede efectuarse con rapidez sosprendente; con un solo paseo a caballo graba en su memoria el recuerdo del camino recorrido. El toro es un animal torpe en su aspecto intelectual; tampoco su memoria resulta muy sobresaliente; únicamente la larga convivencia en un corto espacio de terreno donde ha nacido le permite fijar sus impresiones en la memoria, principalmente por la sensación olfativa y visual.
Los toros ventean más que ven, los paisajes conocidos, los olores de sus pastos quedan impresos en su memoria.
Parado y tranquilo el toro en la dehesa, adquiere conciencia de las sensaciones que le rodean y constituye un valor práctico para el presente y una guía para fijo para el futuro y cuando por necesidad queremos forzar estos hábitos, el animal opone resistencia, se defiende en lucha tenaz, como defiende su vida.
Las querencias del toro pueden ser naturales y espontáneas o caprichosas.
La querencia natural la forman, donde comen la hierba, donde comen el pienso, donde duermen, donde estan sus compañeros y huyen de los sitios donde no estan acostumbrados o donde se les ha castigado. Las querencias naturales son conocidas, los vaqueros se defienden por este conocimiento, en la crianza del toro de lidia, se trata de conseguir un animal fuerte, de masas musculares enérgicas y de fuertes reacciones, es decir, instintos de defensa muy despiertos. Llevan un vida de reposo, de tranquilidad para el sistema nervioso: todo lo que se interponga entre el toro y su querencia constituye amenaza y castigo, molestia a su nerviosismo, y a ello responde acometiendo con tanta más energia cuanto mayor sea su bravura o el acoso de la excitación.
Las querencias espontáneas o caprichosas, son aquellas que desarrollan por ejemplo en la plaza de toros, en las barreras, puertas de caballos, burladeros, trajes de los toreros y hasta a veces cuando algún espectador de los tendidos, vocea o amenaza al propio toro o al torero que lo lidia.
Cuando el toro sale a la plaza ha sufrido un viaje encajonado y varias horas enchiquerado en un chiquero. El toro, animal sociable, con este aislamiento ha perdido el gobierno del sistema nervioso; su escasa inteligencia, sus facultades mentales se encuentran perturbadas. El toro tiene mucho oído y mucho olfato y un nerviosismo afectivo; al verse solo, impulsivo, emotivo, siente miedo, encerrado sin luz, su imaginación se deforma, se amplia o se desvía.
El toro se revuelve contra el torero porque lo excita, acucia sus oídos con voces y llamadas, le deslumbra con colores chillones, y embiste para destruir el obstáculo, para libertarse de todo eso.
El toro querencioso, cuando se pega a un burladero, imagina una mejor defensa, y con ello se le despierta un sentimiento, de deseo de tendencia, de no alejarse; los toros querenciosos han de ser toreados de un modo especial, porque la defensa se hace también de un modo distinto.
El toro arrancado de su ambiente de la dehesa, todo tranquilidad, placer, serenidad, al llegar a la plaza demuestra querencias casuales, colores, música y gritos, influyen directamente sobre sus sentimientos.
Por eso es importantísimo que los toreros conozcan hasta la saciedad las querencias de los toros, por el papel tan importante que juegan en la lidia, de lo contrario, a veces, las cogidas son consecuencia del desconocimiuento de las querencias o ignorancia de las mismas y cuando el torero las conoce a la perfección realiza a cada toro la faena que le corresponde obteniendo el triunfo correspondiente con su satisfación personal y la de los espectadores que la premian pidiendo las orejas al presidente.



Estando tan candente la prohibición de los Toros en Cataluña, les traigo una foto del Museo, que sobre 1.958, me mandó D. José Luis Osborne de su toro nº 164 "COQUINERO", que estuvo expuesto en el Zoológico de Barcelona varios años. Yo recuerdo que en un Ruedo de esos años publicaron las fotografías de Coquinero en un reportaje en el mismo.




 
Ya han acertado el torero de Albacete que figuraba en las fotografías de las dos últimas publicaciones, se trataba de Pedro Martínez "PEDRES", precisamente lo acertó una seguidora del blog, y que dirige "Mi Mundo por Montera". Por tanto hoy les muestro dos fotografías de dos niños prácticamente, que torearon en Encina Hermosa y que después el tiempo los ha transformado en Matadores de Toros, como pista, le puedo adelantar que el primero está en activo y el segundo retirado, espero que lo acierten rapidamente.


 

1 comentario:

  1. Que sabia verdad, es el tema de las querencias en el toro, el conocimiento de ellas por el torero como usted bien dice, hace que el lidiador utilice terrenos adecuados en la plaza ya que de ello dependerán entre otros factores el que triunfe o no.
    Seguramente pareceré adulador Sr. Cifuentes, pero
    la verdad es que me encantan sus relatos y sus opiniones que hace desde el conocimiento, la experiencia y la afición al TORO.
    Saludos

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