viernes, 7 de diciembre de 2018

LA ALQUIMIA EN LA DEHESA




                                        En primer lugar :

                                       Mis mejores deseos para estas entrañables Fiestas.

                                                                    ¡  Feliz  Navidad  !





El aficionado taurino suele pensar a diario en la bravura. Por qué esa corrida tan rematada, de tan buena ganadería, con un cartel tan rematado, no embistió e hizo cierto el aforismo de " ¿ corrida de expectación, corrida de decepción ? ". Que hacen los ganaderos para mejorar en sus ganaderías la      "bravura ".
Los avances de la ciencia permiten hoy saber porque aparecen sucesos que antes eran imposibles de comprender. Pero muchas veces no podemos saber lo que es necesario hacer bien sea para prevenirlos o para hacerles más frecuentes. En el caso del toro para hacerles dotados de características deseables, o por el contrario, toros llenos de los defectos que no quisiéramos tener. Es decir casi siempre podemos entender la razón por la cual aparecen ejemplares tan buenos o tan malos : ello se debe a la conformación del genoma la combinación aleatoria de los genes. Ello puede deberse a muchas causas y tomar formas diferentes, pero que tienen en común el obedecer casi siempre al azar, a la casualidad, a factores incontrolables y que por lo tanto no podemos predecir con toda certeza. No podemos tampoco impedir que ésos genomas se conformen en el momento de la concepción de una u otra forma. Lo que hemos tratado de obtener los ganaderos, es procurar eliminar mediante la selección los genes o las combinaciones " desfavorables " y hacer que predominen aquellos que estamos buscando y que significarán a la larga el mejoramiento de la ganadería.
El vocablo genética se deriva de la voz griega genesis, que significa engendramiento o producción. La genética es el estudio de los problemas de la herencia. Lo que la genética persigue es sistematizar los conocimientos sobre las semejanzas y diferencias y explicarlas de un modo racional.
Los genes determinan toas las características hereditarias de los animales, desde el tipo corporal hasta el color del pelo.
Seleccionar en ganadería es tratar de hallar caracteres para volverlos más positivos.
En el toro bravo, la selección no busca una sola calidad, sino un conjunto de ellas.
El toro de hoy es más dócil y más noble que nunca pero le falta " emoción ".
Los ganaderos, en su gran mayoría, han seleccionado la bravura exclusivamente al servicio de lo que demanda el torero, que no moleste.
Antes los ganaderos buscaban más el toro encastado y bravo, con unas embestidas menos refinada, pero llena de " emoción " ( cara más alta, menos recorrido, menos repetidor, menos suave ).
Hoy se busca más el tercer pilar del toro de lidia : la nobleza.
Se huye del toro encastado, del toro que molesta, del toro que hay que " torear " ( en medio de la plaza, cruzarse, no enganchar,) y no darle pases, porque aprende.
El toro de lidia es el único animal con libro genealógico, con carta de origen, que no tiene un modelo, un prototipo, que te digan lo que tienes que criar, como ocurre con las demás razas con libro. Por tanto cada ganadero tiene que crearse su propio modelo, su propio toro ideal.
En este " modelo " que cada ganadero cría se busca sobre todo la nobleza, olvidando que la nobleza excesiva está a un paso del toro manso.
El ganadero tiene que buscar nobleza con casta. Es la misma nobleza, pero en la nobleza con casta la tiene que sacar a flote el torero. Se está olvidando la bravura, a pesar que el toro actual ( humilla mucho, tiene más recorrido, es más repetidor, etc.).
El toro con clase no trota cuando se arranca, sino galopa. No cornea cuando llega al caballo ; se entrega, empuja con los riñones y no cede. El toro de clase mete siempre la cara en el capote, en la muleta, en el peto del caballo y hasta cuando se le banderillea.
La fuerza, consiste en el rigor para resistir cuanto haga falta. La alegría está unida a la clase y se le nota en la embestida. Un toro con alegría te levanta del asiento.
Trasmitir es otra condición propia del toro bravo con clase.
Movilidad será que el toro no pare, embista una vez y otra sin respiro, esté en todas partes con movilidad positiva, existe otra movilidad negativa, como es la de andar y trotar sin detenerse y sin dar seguridad en su embestida.
Codicia es empujar con empeño, con ganas de coger y de llevar en vilo la presa que coge.
Y una cosa muy importante en la selección es la fijeza, cualidad que se trasmite y que reune todas las buenas cualidades de la bravura, porque con ella está el toro atento a su embestida, no se distrae y está fijo en lo que tiene delante. Toros fijos en la embestida, cualquier torero puede con ellos.
La belleza de la selección reside en su dificultad.
Ser ganadero es tan hermoso como difícil.
Los toros de lidia son bravos por condición y varía en ellos la intensidad de esta. Así sin dejar de ser bravos, el toro puede tener embestidas rectas o irregulares, mostrar variaciones en su carácter, querencias o resabios, lentitud o rapidez, ser tardío o presentar medias embestidas. Para la lidia actual los toros deseados son los que tienen bravura con fuerza hasta el final de la faena acompañada de movilidad y trasmisión.
¿ Y qué es la bravura ? La bravura, primer instinto de defensa sublimada y, luego, casta, raza mantenida, prolongada y fortalecida, siglo a siglo, por la selección, ha terminado siendo una misteriosa propiedad, la misteriosa cólera que posean sólo los toros bravos de morir, embistiendo. Esto es, morir sin ceder y atacando. Por todo ello, la bravura se ha convertido en una fuerza ciega y sin el más leve atisbo de lo que pudiera ser un retroceso una debilidad : al miedo o al dolor.
La suerte de varas es un parámetro de gran relevancia para calibrar la bravura. En la tienta los ganaderos valoran la capacidad de la res para crecerse ante el castigo por lo que se le ha de infligir el máximo posible, midiéndole siempre dentro de las posibilidades que ofrezca aquello cuyo comportamiento esté siendo objeto de examen. Por lo tanto, el desgaste previo que supone para la res la suerte de varas condiciona o modula de forma determinante el comportamiento que pueda tener después en la muleta, por lo que no se puede prescindir de ella en absoluto. Por otro lado, a la suerte de varas se debería de recuperar su esencia a toda costa, sobre todo su espectacularidad, puesto que a buen seguro, ganaría un importante número de adeptos.
Pero el ganadero en la soledad de su dehesa no abandona en ningún momento, la alquimia de su ganadería, en las largas noches piensa en Genes, Crómosomas, Fenotipos, Genotipos, etc., y trata de completar a toda costa el puzle de la bravura de su ganadería, sin obviar a las dificultades complejas a las que se enfrenta.
Si preguntamos a ganaderos, toreros, mayorales y aficionados, constataremos la dificultad que conlleva definir qué es la bravura.




4 comentarios:

  1. Gracias D. Mariano, igualmente, un cordial saludo
    Pedro Garcia Macias

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  2. Muchas gracias Manuel Sánchez por su cordial comentario. Le deseo lo mejor para 2019. Saludos.

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