miércoles, 13 de abril de 2016

GANADERÍA " AVE MARÍA "



Cuando doña Ana Orta García, la viuda de Javier Molina falleció con 102 años, sus 35 herederos acordaron vender la finca El Sardinero, que, desde 1949, había constituido el neurálgico de la familia. Como todos sabemos El Sardinero es una playa de Santander y la finca se llamaba igual porque así lo quiso un propietario anterior, de origen norteño.
Gracias a la ganadería que creo comprando Guardiola Soto, puro Parladé a traves de Gamero Civico, don Javier Molina enseño a los suyos los autenticos valores del campo bravo. Marcaba sus toros con un hierro similar al que utiliza Daimler en sus coches Mercedes Benz. Durante muchos años don Javier vendía en su red de sucursales los Mercedes que circulaban por Andalucía.
Con el tiempo, al casarse Javier - uno de sus nietos - con una hija de Borja Domecq, los ejemplares que se encontraban el El Sardinero fueron refrescados con sangre Jandilla y Fuente Ymbro, como sabemos Javier Molina, nieto, maneja las riendas de la ganadería de El Parralejo.
Pero al fallecer doña Ana Orta, El Sardinero se vendió a puerta cerrada, es decir, con todo lo que había dentro.
Su nuevo propietario, Philippe Pagés, confiesa que El Sardinero es una casa hiper-mistica, su dueña tenía imágenes de la Virgen y rosarios por todas partes. Dicen que el Papa Juan Pablo II durmió en la habitación principal de la finca. Philippe Pagés lo ha dejado todo como lo encontró. Hay que respetar el espíritu del lugar.
Después de un trato cortés Philippe se hizo con la finca, sus 900 hectáreas, la ganadería brava, los muchos caballos domados para acosar, los trofeos de caza, el personal, las vacas de carne. Acepto la petición de Javier Molina, nieto, de quedarse con el hierro de su abuelo, a cambio de otro que permitió a Philippe ingresar en la Unión.
Y de la noche a la mañana, El Sardinero, pasó a llamarse Ave María, merced a un bonito azulejo que doña Ana había colgado en una pared exterior, donde se ve a tres angelitos revoloteando por las nubes alrededor de esta inscripción. Para su nuevo hierro, Philippe utilizó la silueta de la Virgen del Rocio.
Philippe Pagés, nacido en el seno de una familia de industriales provenzales, supo desde muy joven que la vida nunca resulta un largo río calmo, sino un torrente lleno de peligros. Miembros comunistas de las Brigadas Internacionales que se habían refugiado en los montes de las Cevenas durante la Guerra Mundial raptaron a su abuelo porque era el " rico de su pueblo ". Y para salvarle la vida, la familia tuvo que pagar por el rescate 4 millones en oro, lo que provocó la desaparición de todas las fábricas. Philippe vio entonces como su padre salía otra vez de la nada, fabricando tiritas. Se matriculó en Farmacia y, cuando su padre le ofrecio trabajar a su lado, la experiencia duró un único día, al final del cual Philippe le dijo a su padre que sus caracteres eran imcompatibles. Éste último propuso entonces jubilarse para dejar libertad a su hijo, con el fin de que reformara el negocio familiar. Y así se hizo. Tenía 30 años. Tiempo después, en el 96, creo la empresa
" Hygiène Difusión ", con 2500 trabajadores, la cual vendió tres años más tarde por 158 millones de euros. Compró entonces diez clinicas. Con 43 años, decidió jubilarse para criar vinos en Salinelles, bajo la denominación " Château La Clotte-Fontane ".
En el 2000, decidió criar toros y compró una punta de los antiguos " Arranz " a César Chico, a la que, hace poco, añadió 70 vacas de origen Fuente Ymbro y dos sementales del mismo hierro.
Fue cuando un amigo de Philippe, le preguntó si no le daba vergüenza disfrutar así de su jubilación con todo el paro que había en Francia. Y le retó a ver si era capaz de empezar otra aventura industrial. Se dieron la mano y le mandó poner una fábrica en el Norte de Francia, donde el paro llegaba a más del 40%. La construyo entre unas antiguas minas de carbón y altos hornos para fabricar productos farmacéuticos, un mercado copado al 95% en Francia por empresas alemanas y filandesas. Al principio, durante dos años, perdió el valor de un Aston Martín cada semana ( 200.000 euros ). Luego, sólo perdía un Aston Martín cada mes. Luego cada trimestre. Los banqueros le preguntaban si esto iba a seguir mucho tiempo y él les decia que si. Y después de tres años y algo, las cuentas se equilibraron por fin. De hecho, su director financiero le comunicó que después de pagar impuestos, el mes pasado han conseguido un beneficio de un millón. Piensa abrir otra fábrica en España pues manda cada día dos trailers de mercancia.
En la fábrica de su padre la actividad principal era la fabricación de algodón hidrófilo y de tiritas para los hospitales. Cuando los tunecinos y luego los chinos se metieron en estos mercados, vieron que iban a quebrar. Fue cuando empezaron a fabricar los primeros pañales para adultos. Les fue de locura. Y ahora fabrican dos millones diarios.
Philippe tiene asumido que, con la nueva ganadería, no ganará dinero, y hasta le puede costar bastante dinero. El mercado no pinta boyante, y aunque a comprado las mejores semillas, la cosecha no brotará antes de que pasen varios años..... A pesar de las guasas de sus amigos, que predicen su ruina, ha cogido confianza gracias a la ganadería que tiene en Francia, la cual va bien.
El éxito o fracaso posterior depende de las bases que sientas al principio.
En los carcados de Ave María quedan tres camadas de los machos marcados con el hierro de Mercedes, es fácil adivinar el futuro que aguarda a sus madres.
Asegura Philippe : " Lo que tentamos no me gustó, salen violentos y luego se vienen abajo, sin raza ni clase, sin definirse. Justo lo contrario de lo que se pide al toro hoy ".
" Aquí vienen a tentar las figuras, y cuando se pasean por los cercados, es importante que vean las vacas de Cuvillo con el toro de Cuvillo para entender que lo que tenemos aquí es una sucursal.
Robert, hijo de Philippe que dirige la ganadería que tiene cerca de Béziers. vive en Ave María entre 15 y 20 días al mes.
Philippe fue al Grullo de Cuvillo, pensando que sería donde mejor le podrían atender. Y en noviembre de 2015 les dejo Cuvillo 52 vacas preñadas con notas excepcionales, y 30 eralas sin tentar.
Quizás pediran algo a Santiago Domecq. En Francia tiene el 50 que le compró a Santiago. ¡ Con él le tocó el Gordo ! Le dio vacas excepcionales y aprobó cuatro de sus hijos aún mejores que él.
Va a traer a España a Ave María unas treinta vacas de estas familias para disponer de una reserva de casta que tiene muy controlada por si la necesita.
El toro estrella de Ave María es Lanudo 238, que le dejó Cuvillo, y que tiene una genealogía importante.
Piensa tener unas 250 vacas, seis o siete corridas al año.
Afirma Philippe : ¡ Qué más queremos !  Vivir al lado del toro en este precioso entorno no tiene precio.





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