miércoles, 29 de abril de 2015

VERAGUA ( CAPÍTULO III )



 Domingo Ortega se ha vuelto el número uno de su generación gracias al dominio total que ejerce sobre los toros difíciles......, entre ellos los Veraguas de Juan Pedro Domecq.
Pero, a pesar del pedazo de la historia que constituye su leyenda y del prestigio que lleva aparejado su nombre, los días de los toros veragüeños están contados, pese a que están todavía presentes en algunas citas : " Hortelano ", gracias al hierro que lleva y a su antigüedad que supera a todas las demás, tiene el honor de ser el primer toro lidiado en la nueva plaza de las Ventas el 17 de junio de 1931. " Mocito ", un jabonero sucio lidiado en Barcelona el 25 de julio de 1932, da una vuelta al ruedo póstuma.
No obstante, el toro vazqueño, demasiado bárbaro de salida y menos alegre en el último tercio, no responde a las exigencias del toro moderno ; toreo del que Juan Pedro Domecq de Villavicencio, empujado por sus hijos, acelera la llegada. Como lo había previsto Joselito, el porvenir está en la raza vistahermosa, cuya bravura natural está acompañada de más nobleza...... Parladé, Tamarón Conde de la Corte, Domecq...... es ésta la genealogía ganadora que, en su apogeo, precipitará la desaparición de los Veraguas a los cuales ya no protege la corona ducal. Y Juan Pedro Domecq cruza a sus vacas veragüeñas con sementales de origen Parladé que le había comprado al Conde de la Corte.
La dilución sistemática se organiza las dos sangres se equilibran al 50% en los productos de la primera generación, pero la sangre Parladé alcanza el 75% en los de la segunda, cuando el ganadero cruza a las vacas de la primera con los sementales Parladé. Luego llega el 87% en la tercera cruza, después el 95%, y finalmente al 98%, porcentaje que reívindica el actual Juan Pedro Domecq.
En cinco generaciones, la sangre veragüeña fue absorbida. Del origen vazqueño no quedan más que las viejas vacas que venían del Duque, al igual que algunas familias que se conservaron puras, por si acaso, por precaución. Y mientras la ganadería de Juan Pedro Domecq se consolida con suma rapidez como el gran laboratorio de la bravura sotisficada, la casa Veragua capea el temporal.
En marzo de 1937, a la muerte de Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, sus hijos dividen la ganadería en cuatro lotes que comprenden cada uno un pequeño linaje de Veragua puro. Al de más edad Juan Pedro Domecq y Díez, le corresponde debido a su mayorargo el hierro de los Duques de Veragua, el cual fue heredado por su hijo mayor Juan Pedro Domecq Solis. Pero de los antiguos veraguas, Domecq y Díez no conservó sino algunas vacas excepcionales. Álvaro, buscador infatigable de la casta, conserva también algunas líneas puras aumentadas con una aportación de la casa de Braganza ( regalo de Fernando VII el rey Miguel de Portugal ), animales que se encontraban en la ganadería de Curro Chica luego de que éste se las comprara al Duque de Braganza. Pero, Salvador Domecq y Díez,, vende a José Enrique Calderón, ganadero de Marchena, el lote que le tocaba, Calderón, poco preocupado por la moda, decide de manera providencial dedicarse a salvar la ascendencia veragüeña, evitando así su total desaparición.
¿ Cómo darle a los veraguas las cualidades que les hacen falta ? La ecuación parece imposible de resolver a corto plazo. Sin embargo, en poco tiempo, Enrique Calderón va a lograrlo, ayudado por la " feliz " colaboración de una serie de circunstancias. Al finalizar la guerra civil, debido a las matanzas en masa, los toros que se lidian no tienen más que tres años, están desnutridos y les falta raza. En 1943, una orden ministerial corrobora la situación : en las plazas de primera categoría, el toro deberá pesar por lo menos..... ¡ 423 kilos ! Al igual todas las ganaderías de la época, la de Enrique Calderón sufre una recesión.
Los Veraguas monumentales de principios de siglo están muy lejos, como atestiguan las fotografías del momento.
Pero al disminuirles el volumen y la edad, Calderón reduce también el resquemor de los toreros, los cuales ya no remolonean para lidiarlos, aunque sea en plazas de segunda categoría. Manolete los toreará también : en suma once toros, ni uno más. Cuando Manolete lleva un toro de Calderón para un festival en Córdoba y le corta una oreja. Calderón se presenta en Madrid el 19 de marzo de 1944 y vuelve con otra corrida en abril de 1945, para Colomo, Mario Cabré y Angelete, quienes no son figuras ni mucho menos. Pero en agosto de 1945, un año y medio antes de fallecer, Calderón, presintiendo que sus herederos no tienen su mismo interés en la vacada, le vende a Tomás Prieto de la Cal dos tercios de su ganadería : ciento veinte vacas de vientre y dos sementales Veraguas puros. Dentro de la cabaña brava contemporánea, no son más que unas manchas coloridas que emergen apenas de la marea negra, testigos melancólicos de un pasado fastuoso.
La Ruiza fue adquirida en 1945 por Tomás Prieto de la Cal para acoger a su ganadería. Desde ese tiempo, hace ya setenta años, nada parece haberse movido. Los recuerdos simplemente se han acumulado.
Tomás Prieto de la Cal y Divildos provenía de una familia rica castellana. Le pregunta a sus amigos los Pérez Tabernero, que ganadería podría comprar. Le responden que está a la venta una cuarta parte de la ganadería adquirida en 1930 por Juan Pedro Domecq se trata de la parte que en 1937 le correspondió a su hijo Salvador y que éste vendió al año siguiente a Enrique Calderón..... el cual era socio de Tomás Prieto de la Cal en varios negocios. En abril de 1945, Tomás Prieto de la Cal le compra a Marcial Lalanda el antigui hierro y la ganadería de Florentino Sotomayor, el cual había sido adquirido por los hermanos Martín Alonso con el dinero de la venta de sus veraguas en 1931 y que revendieron a Marcial Lalanda en 1935. Tomás Prieto de la Cal se deshace de inmediato de la flaca vacada de origen albaserrada que le vendieron con el hierro, y en agosto de 1945 le compra a Enrique Calderón los dos tercios de su ganadería. Uno es de origen Veragua puro : doscientas cincuenta cabezas, entre las cuales estaban ciento veinte vacas de vientre y dos sementales. Gran entusiasta de este encaste único, el nuevo ganadero, a contracorriente del movimiento general, va a dedicar su vida a afinar la pureza de la sangre vazqueña, de la que sus toros son los últimos portadores puros. Más
¿ dónde instalarlos ? Están en Andalucía. Prieto de la Cal se compra la finca  Los Alburejos, en el camino de Jerez a Algeciras. La finca es un habitat ideal para el ganado, no tiene sino una casa modesta.
" Quiero que mis toros vivan bien, dice el ganadero, pero ¡ Yo también quiero vivir bien cuando estoy junto a ellos ! "
Se presenta entonces la oportunidad de comprar La Ruiza, donde los duques de Amurrio ya no quieren vivir, y la vacada recorre a pie la distancia que la separa de sus nuevos dominios.
El nombre de los Veraguas y el don de gentes del nuevo ganadero convierten rapidamente a Prieto de la Cal en una ganadería digna de ser frecuentada, bajo el impulso de Luis Miguel Dominguín y Cayetano Ordóñez........ ambos pasan temporadas en La Ruiza.
El rey Pedro de Yugoslavia, Ava Gadner y Rita Hayworth hacen lo propio. El ganadero es soltero aun y una noche. Rita Hayworth se toparía con un becerro jabonero en su cuarto de baño...... del cual saldrá gritando, que era el objetivo que perseguían el anfitrión y sus amigos, quienes se interponen cual salvadores entre ella y el animalito....
( Continuará )





lunes, 20 de abril de 2015

MARÍA ANTONIA FONSECA ( CAPÍTULO VI Y ÚLTIMO )



Don José Rufino Martín es un ganadero de " reata ", con 22 años se convirtió en ganadero de dinastía, aunque ese estatus duro poco, y fue a su jubilación a los 65 años, cuando volvió a criar reses bravas.
Algún corredor de ganado que sabía buscaba ganado para mantener su recien comprada dehesa, le avisó que la ganadería de Peñajara propiedad de Manuel Rueda Morales, matador de toros, Manolo Peñaflor, en los carteles, nacido en Peñaflor ( Sevilla ), tomó la alternativa en Orihuela ( Alicante ), el 15 de agosto de 1973.
En citado año compró Manuel Rueda la ganadería de Higinio Luis Severino, suegro del matador de toros Paquito Muñoz, procedencia Contreras.
Después compra a don Baltasar Ibán y en 1997 vende a don José Rufino Martín la ganadería de Peñajara, el cual para quitarse de encima a los corredores de ganado les propone la compra con la condición que la cambia por un piso que tenía en Madrid en la calle Goya, y así se llevo a cabo la venta de la ganadería con vacas y utreros.
Se entera Miguel Potra, que tuvo la culpa que don José se hiciera ganadero de bravo otra vez. De joven, El Potra era pinche en una barbería que había en Sevilla, donde vivía su abuelo, quien iba todos los días a afeitarse al barbero. Y ahí estaba Miguelito. El abuelo le mandaba cada mañana a comprar dos puros.
Un día, le dice Miguel : Oiga, don José, búsqueme usted una colocación. Y lo colocó de pinche en la empresa de la plaza de toros de Sevilla. Y de ahí : mozo de espadas de Juan Belmonte, veedor, era genial.
Entonces cuando se entera de la compra de la ganadería de Peñajara, le llama y dice que quiere ver los utreros, al verlos le dice : Aquellos me los llevo para Madrid y aquellos para Pamplona.... Y así se metió en el lio ganadero don José de nuevo.
La dehesa que compró se llama Casas de Reinas, en el limite entre Extremadura y Andalucía. El embalse del Pintado, que nace del río Viar, separa ambas Comunidades : las tierra de don José representan las últimas de Extremadura, mientras que Andalucía comienza por la otra orilla.
Proviene de una dinastía ganadera : Anastasio Martín y Moreno Santamaria.. Su padre fue el último que llevo el hierro familiar, y a él le toco venderlo cuando llegó la hora de la partición. Un recuerdo amargo que le acompañó toda su vida puesto, que con la ganadería, desaparecieron a la vez su juventud y su modo de vida.
En las paredes del cortijo, algunas fotos que recuerdan ese glorioso pasado. En una aparecen Joselito y Belmonte junto al padre de don José, José también y dos tíos Francisco y Justo Moreno Santamaría, del año 1917, en el cortijo de " La Marmoleja ", vestidos de corto todos a caballo en un día de tentadero.
Don José Rufino se crió en una finca que ahora es un barrio de Sevilla ; lindaba con Gelves y la huerta de los Gallo. Allí su familia conoció a Joselito El Gallo, que tomó la alternativa con un toro de su abuelo, y a Rafael El Gallo, que compró una ganadería brava que le duró el tiempo que su abuelo la mantuvo. Creo que no llego a lidiar ningún toro.
Anastasio Martín y Moreno Santamaría fueron dos ganaderías muy distintas.
La de Moreno Santamaría procedía de Gallardo, como la de Pablo Romero, mientras que la de Anastasio Martín era Vistahermosa. El hierro de esta última se lo vendió don José a Sepulveda. Por eso la antiguedad que tiene.
En una hoja de El Constitucional, se lee la noticia del primer toro al que se indultó en Sevilla. Era de la familia de don José. A su padre no le dió tiempo de desarrollar su afición como ganadero : murió a los cuatro años de hacerse cargo de la ganadería, con 55 años. A los dos don José tuvo que venderla por no poder mantenerla, la tenían en la marisma de Cañanavarro. Guarda los recuerdos más bonitos de su juventud. Hacia la luna con algún vaquero para acosar vacas de noche, sin que lo supiera su padre. Sacaba malas notas en los estudios y el padre le castigaba prohibiéndole montar a caballo, que era lo que le apasionaba de verdad. Cortó de repente con esta vida al vender la ganadería y, durante más de treinta años, no tuvo contacto con el mundo ganadero. Asistía a los tentaderos de Miura, Pablo Romero y Álvaro Domecq, poco más. Y de repente también, volvió y tuvo suerte de triunfar.
Le gustaba mucho el acoso y derribo. En la dehesa de Casas de Reinas, no utilizan caballlos entre lo quebrado del terreno, la gente que no sabe montar y los que montan que no conocen al toro, lo hacen de otra manera, lo hacen todo en coche, despacio, sin molestarles.
Cuando compró a Manuel Rueda había vacas coloradas y poco más. Ahora tiene muchas sardas y ensabanadas que le salen sin saber el porqué.
Y lo curioso es que cada vez le salen más de familias muy buenas donde nunca han dado ese pelaje.
A don José no le importa que le salgan pelos raros, capirotes, caribello, muy frecuente en el encaste Vazqueño.
En el cerro que domina la dehesa, se encuentran las madres con sus crías, mientras que, para distinguir las añojas, hay que subir hasta lo más alto de la finca. Están totalmente asilvestradas. No se dejan ver, Para tentar las eralas tendrán que cortarles el agua para que tengan que buscarla, y poco a poco acercarlas al cercado más cercano a la plaza de tientas.
Trabajó toda su vida para el Banco Urquijo administrando empresas del grupo.
Conoció el mundo del toro cuando los empresarios iban en busca de los ganaderos.....  pero ahora esto es al revés. O peor : los ganaderos van en busca de los toreros para que les coloquen las corridas.
Lo que compró de Peñajara era una mezcolanza de contreras, domecq y herederos de Vicente Martínez, donde lo Jijón había sido absorbido, poco a poco, por el vazqueño.
En un estudio de la Unión, realizado por don Javier Cañón, no se explican por qué se aprecia ahora una diferencia entre las dos ganaderías , La de Ibán y la de Peñajara. En Peñajara salen toros blancos y en lo de Ibán, no.
Julio Fernández, veterinario, le dijo, tú tienes la ganadería de Ibán, pero te has separado tremendamente.... Y la diferencia radicaba en la mayor proporción de sangre Jijona.
De ahí que en los carteles Peñajara se anuncia como Casta Jijona.
Un salto atrás semántico, algo atrevido, que el ganadero justifica sin complejos : " Mendel dijo que todos los genes se mantienen siempre y no desaparecen nunca. Esto explica que quede casta Jijona a pesar de todos los cruces.
En los tentaderos encierra las becerras unos días antes en la plaza de tientas para que se orienten de las querencias. Las bravas de verdad se ven enseguidas. En algunos sitios las suavizan en exceso, en otros evolucionan respetando la ley de la selección natural.
Los Jijón de Villarrubia de los Ojos seleccionaron aquella rama, pero por los Montes de Toledo debía
de haber otra variedad muy emparentada con lo de la sierra de Guadarrama. De ambos troncos Jijones, el de Villarrubia y el de Valdepeñas, según los estudios del profesor Cañón, estos toros " tenian mayor alzada el cuello más largo y descolgado, menos papada y los cuernos  más gruesos y eran melenos y carifoscos.
Uno de los personajes más importantes de su época es " Gaviria " padre e hijo. De los años 20 a 40 ocupó el hueco entre Vicente José Vázquez, Veragua y Miura.






lunes, 13 de abril de 2015

VICENTE PASTOR ( CAPÍTULO I )



El 23 de mayo de 1918, Vicente Pastor toreaba la corrida de su despedida de los ruedos.
- Fue a beneficio de la Sociedad Benéfica de Toreros, en la que se lidiaron siete toros del duque de Veragua. Vicente Pastor mató el primero y los seis restantes los mataron Cocherito de Bilbao, Saleri II y Nacional.
" Cierra los ojos ; mueve la cabeza, como pensando en algo que está lejos de alegrarle. - ¿ Cuarenta años hace ?..... ¡ Hay que ver : cuarenta años !..... ¡ Ah ! Se me olvidaba decirle que el último toro que maté se lo brindé al rey, a don Alfonso XIII.
 Ya  se daba por terminada la entrevista cuando Vicente Pastor se colocaba sus gafas de leer y coge el libro de sus Memorias.
 - ¿ Ha visto usted el artículo de don Jacinto Benavente ? Lo publicó en aquella célebre sección que titulaba : " Sobremesa ", en el Imparcial. Le digo que no lo he leido. - Yo lo he copiado aquí. - Vicente Pastor lee. " Cuando Vicente Pastor, en sus años de desgracia, que fueron más de los debidos, y aporreando por esas plazas, y en la madrileña sobre todo : favorecido por los empresarios con todo el ganado de peor lidia, toros cornalones, resabiados, mansos perdidos, nunca dejé de ver y de apreciar en él lo que más tarde apreciaron muchos como un descubrimiento que Vicente Pastor es de los pocos toreros que saben para que sirve la muleta ; de los pocos que paran y castigan.
" El artículo de don Jacinto Benavente, es extenso y agudo ".
 Este es el mejor retrato que me han hecho . Por todo lo que le he contado a usted habrá podido ver que no me fue nada fácil llegar a ser matador de toros. En mis principios de novillero, y después de tomar la alternativa, necesité ayuda y recomendaciones que agradecí, para que me sacaran a torear incondicionalmente, sin cobrar, pero todo lo demás que alcancé en el modesto puesto que ocupé en el toreo me lo gané con mi afición y amor propio en los redondeles de las plazas de toros, sin propaganda de ninguna clase y sin haber puesto la menor dificultad a ninguna empresa en cuantos mano a mano les convino anunciarme, ni peros a ninguna ganadería......".
ABC ( 24 de mayo de 1918 ).
Esta crónica sin firma recoge elogios que cumplió dignamente la difícil misión de alternar con los diestros de la época.
Vicente Pastor consiguió atraer las simpatías del público, especialmente en Madrid, donde llegó a cortar la primera oreja que se concedió en este siglo. Conoció después el éxito y también el desvío de los espectadores cuando empezaron a flaquear sus facultades físicas para enfrentarse a los toros, que supo asumir con la misma dignidad.
¡ Qué tarde más madrileña ! En el ruedo Vicente Pastor, el héroe de la muchedumbre cortesana, lleno de majeza y valor como un descendiente de nuestros chisperos, Se decía en los corrillos de aficionados, en las peñas taurinas, en los tendidos, momentos antes de comenzar la corrida : ¡ Vicente Pastor se retira hoy !
Ayer no se retiró el gran torero madrileño. Se retiró silenciosamente y calladamente, el día en que notó flaqueza en las piernas, y se vio lejos de los toros, y escuchó la repulsa del público severo y tornadizo.... Había dicho Vicente a don Gregorio Corrochano : Si yo un día me viera sin facultades, si no pudiera con los toros, si tropezara con el desvío de los públicos, me iría sin anunciarlo ni despedirme que esto, al fín y al cabo, es siempre doloroso.
No se retiró ayer. Se había retirado después de las corridas de Santander y Bilbao. Y ayer salió para hacer el regalo de su valentía a los aficionados madrileños : para guardar su corazón, como una reliquia, aquellos aplausos entusiastas que le tributaron ; para irse dignamente, como había vivido en la profesión, y ofrendar, de paso, a sus compañeros desvalidos, un puñado de pesetas.
Saltó a la arena el toro de Vicente. No fue posible traerlo a los capotes. Manso para los caballos, manso para la cuadrilla de a pie, manso desde el rabo a las puntas de los pitones, Pastor no pudo ni quitar siquiera, porque el toro se quedaba oliendo la tela y no embestía. Parearon bien los banderilleros y Vicente brindó al Rey. Le brindó la faena del último toro que mataba.
Llegó con la muleta en la izquierda y se metió, con gran arrojo, en el terreno que el toro defendía, incierto y gazapeando.
En el primer pase sufrió una colada tremenda. Adelante. Siguió sobre la zurda temerario como un novillero ansioso de palmas ; castigó brutalmente, y en la lucha con el toro dio un pase forzado de pecho, lleno de emoción y de arte. En tercio de toriles arrancó por derecho y metió un pinchazo superior. Estalló la ovación larga y clamorosa y el entusiasmo no tuvo límites. Vicente, emocionadísimo, dio la vuelta, y luego tuvo que saludar varias veces desde el tercio.
Vicente Pastor se cortó anoche la coleta. Diversas circunstancias favorecieron los designios del pundonoroso matador de toros.
Los incidentes se sucedían y cada dificultad creaba un serio obtaculo a la comisión organizadora de la fiesta a beneficio del Montepio de Toreros. Vicente Pastor, presidente actual de la Asociación, se ofreció a sus compañeros, por si su nombre podía añadir algún aliciente al cartel. De este modo, el espada satisfacía dos deseos vehementes : el primero, cooperar con su personal esfuerzo a la obra piadosa ; el otro verse de nuevo y por última vez en el marco de sus grandes éxitos, de sus más personales triunfos, y dar el adiós a su público.
La noticia de la retirada de Pastor circuló rápidamente por el barrio. Los alrededores de la casa de Vicente fueron invadidos por convecinos y curiosos, que lamentaban la decisión del valiente torero, pues con ella deshacía su personalidad, esfumaba su figura. ¡ Y eso es tan doloroso para el amigo del torero ! Sus íntimos, sus incondicionales, lo celebraron, y acudieron en buen numero a felicilitarle. Vicente que se había acostado, con objeto de descansar, después de la corrida recibió a contadas personas. Entre éstas quedaron distribuidas pronto los alamares los machos, trozos de la guarnición del vestido que llevó ayer Vicente a la plaza como recuerdo de la despedida, y así quiso poner fin a su vida de torero.
Es el 2 de octubre de 1910, en la que se considera una de las mejores faenas de su vida torera, cuando el torero madrileño Vicente Pastor se le concede en Madrid la primera oreja en toda la historia del toreo.
Su segundo toro, cuarto de la tarde " Carbonero ", de la ganadería de Concha y Sierra, sale manso de tal naturaleza que tiene que ser fogueado. Vicente Pastor advierte en los primeros pases que, sin embargo - a pesar de su inicial mansedumbre y de los resabios que engendran las banderillas de fuego -, el toro embiste bien. Lo aprovecha y realiza con él una gran faena. La ovación que mereció su insuperable faena a " Carbonero ", valiente, expuesta y perfecta, en vez de decaer arreciaba en medio del entusiasmo del público. El teniente alcalde que preside la corrida le concede la oreja del toro, trofeo tan desacostumbrado y nuevo que inmediatamente da lugar a una fuerte polémica en la prensa. Los comentarios de la gente llegaron a atribuir la concesión de aquella oreja a la vecindad del teniente alcalde que presidía la corrida con Vicente Pastor, pues ambos eran del barrio de Embajadores, de la calle Santiago el Verde. Y el bueno del teniente alcalde, por madrileño castizo, tenía que ser " pastorista ".
Vicente Pastor nacio el 30 de enero de 1879 ; murió el 30 de septiembre de 1966, con 87 años.
( Continuará )






lunes, 6 de abril de 2015

URCOLA ( CAPÍTULO III ) Y ÚLTIMO



En los años cincuenta, Alonso Moreno de la Cova, el hijo menor de don Félix Moreno Ardanuy, frecuentaba la cafetería Tropical en Madrid, donde se forjaba una de las tertulias más taurinas de la capital. Ahí se daban cita ganaderos, toreros, periodistas, aficionados, el mundillo circulaba entre vinos, cañas y tapas. Los que conocimos ese Madrid hablamos de él con satisfacción, pues la cultura taurina de entonces era extraordinariamente rica.
Ocurría que en La Tropical solamente los iniciados tenían acceso a los secretos mejor guardados, que en su mayoría mentenían relación con el mercado de la venta de ganaderías, el cual en aquellos tiempos no era muy turbulento, y también versaban sobre otro mercado más floreciente, el del mercado de toreros entre las grandes casas de la época, que entonces eran la empresa Jardón, la casa Dominguín, la casa Balañá y las dos ramas de la casa Chopera.
En ese frente, las lineas casí no se han movido.
Sucede todo lo contrario en la venta de las ganaderías, gracias a que el mercado todavía no había sido fagocitado por el encaste dominante, y algunas ganaderías de origen prestigioso, aunque raro, todavía eran muy apreciadas, en la medida que sus toros aun no habían sido víctimas del ostracismo al que se le condenaría años después.
Hijo de ganaderos titulares de Saltillo, Félix Moreno Ardanuy y Enriqueta de la Cova, Alonso Moreno de la Cova buscaba adquirir otra ganadería para iniciar una nueva aventura al margen de la ganadería familiar de Saltillo. ¿ Deseaba tener éxito por si mismo ? ¿ Acaso no creía en el porvenir de los Saltillos ?.
Durante un tiempo acarició el proyecto de comprarle a Machaquito la ganadería de Contreras que este había adquirido a Sánchez Rico, pero finalmente fue don Baltasar Ibán quien se quedó con ella. Un poco decepcionado puso la mira en la que había puesto en venta Lucio Cobaleda, que tenía procedencia de don José María Galache y era puro origen Urcola. Si hoy esas dos ganaderías estuvieran a la venta, - los contreras y los urcolas - es muy probable que nadie las comprara. Pero en los años cincuenta, las oportunidades de comprar un hierro de primera eran escasas. Por lo tanto Alonso Moreno compró los Urcolas. Sabia decisión, pues en pocos años se convirtió en uno de los ganaderos favoritos de la afición madrileña.
Y en las Ventas, durante más de un cuarto de siglo, los Urcolas de Alonso Moreno fueron todo un acontecimiento.
En la finca de la Vega, cuya parte alta domina el rico valle del Guadalquivir al salir de Palma del Rio, desde hace ya algunos años la tendencia se ha invertido. Aqui las vacas saltillas, se vieron reducidas peligrosamente en beneficio de los urcolas.
En 1992 su hijo Joaquín Moreno Silva sucede a su padre Alonso Moreno y sucede entonces lo contrario se agranda los de Saltillo y se reducen los Urcolas, Joaquín lo explicaba fácilmente : no se pueden tener a dos vacadas tan distintas en la cabeza, y piensa que el futuro le pertenecen a los saltillos.
La consecuencia positiva de esta reducción de la base de las madres urcolas es que, sin lugar a dudas, la calidad de la vacada aumenta, pero lo malo es que, al no disponer de una población suficiente como para evitar una concetración excesiva de familias, su diversidad genética se empobrece. Menos individuos y cada vez más cercanos los unos a los otros, el peligroso mecanismo del cuello de botella se ha puesto en marcha, y con él el pronóstico vital de toda la ganadería, Joaquin lo reconoce de manera fatalista : se extinguira poco a poco, sin que así lo haya querido. Y la posibilidad de vender ese hato para salvarlo ni siquiera le ha pasado por la mente ; a sus alonsomorenos, que llevan el nombre de su padre, jamas va a criarlos alguien más que él.
Si bien los toros están en la Vega, las madres urcolas, y también las saltillas, pastan en otra finca situada kilómetros más arriba, escondida en las colinas de la Sierra de Constantina.
Si no fuera por los obligados saneamientos sanitarios que fuerzan a su dueño a encerrarlas dos veces al año, se volverían completamente salvajes.
Sus huesos se desarrollan mejor, al igual, por supuesto que los pitones.
Algo que explica las respetables arboladuras que poseen hoy en día los urcolas de Joaquín Moreno Silva, cuyo físico favorecedor influyó bastante, aunque en esa época los capachos eran más frecuentes que los veletos, en los formidables éxitos que cosecharon en las Ventas durante un cuarto de siglo.
Para numerosos toreros de esos tiempos, su casta noble supuso un tranpolín de lujo
Fue en Madrid donde Alonso Moreno obtuvo el último triunfo importante de sus Urcolas, cuando uno de sus pupilos fue premiado como el mejor toro de San Isidro en 1989, se suspendió la corrida en el tercer toro por fuerte lluvia. Al del triunfo lo lidió Ruíz Miguel en primer lugar.
Joaquín Moreno Silva dividido entre el deseo de salvarlos y de escuchar la voz de la razón que le aconseja apostar por los saltillos no es capaz de cortar las amarras que todavía le atan a ellos. Vestigio ya olvidado y que quiza pronto desaparezca, los urcolas son el lazo de unión más directo con el inicio de esta historia. Ellos tambien, sin duda alguna, han mutado, pero indudablemente menos que otros.
O en todo caso, no lo suficiente como para hallar un sitio en las ferias. Pues, sin que en realidad se sepa el motivo - su calidad no puede ser la causa -, han dejado de formar parte del circuito. ¿ Qué quedará de los urcolas de Arias de Saavedra dentro de veinte años, de estos supervivientes que proceden directamente de lo de Vistahermosa ? Quizá solamente un bello espejismo.
Bajo la sombra protectora de los Albaserrada que aseguran la viabilidad económica de las Tiesas, Victorino Martín, compró a uno de los herederos de Paco Galache los Encinas y en la compra entró parte de la ganadería de Urcolas.. Y Victorino se propuso salvarla también.
Pero las circustancias han cambiado mucho, son poco favorables y Victorino Martín se muestra prudente sigue el rigor de una selección.severa, apenas una centena escasa de vacas acompañadas de cuatro sementales, Victorino no se ilusiona y, confiesa que sólo es para sus Urcolas un ganadero temporal.
" El toro de Urcola se emparienta con el toro moderno.
Es un toro con trapio suficiente y mucha clase en sus embestidas.
Victorino no posee el tiempo suficiente para dedicarle. Son cuatro encastes diferentes y el de Urcola no estaba previsto inicialmente. Los tengo a un buen nivel sanitario. Si se presenta un comprador motivado, se los venderé.
¿ Que le ocurrirá entonces a este encaste histórico si los herederos de Paco Galache se cansan de los saneamientos, si Joaquin Moreno Silva se limita a acompañar la extinción progresiva de los suyos y si ningún comprador se presenta para tomar el relevo de Victorino. Los Urcolas desaparecerán como tantos otros encastes y con ellos un fragmento de la Historia.