miércoles, 6 de febrero de 2013

LOS TOREROS... Y EL CAMPO



Cuando han nacido las primeras flores y los días se van alargando un poquito, los toreros salen del letargo en que los sumió diciembre, y, venga o no venga a cuento, todos dicen, " me voy al campo ".
Según Rafael " El Gallo ", hay dos meses que no tienen lidia: diciembre y enero. A finales de enero, el planeta de los toros va saliendo, de su letargo invernal.
En estos días los toreros empiezan a pensar en el toro, y en cuanto un torero empieza a pensar en el toro, se marcha al campo. No a buscarlo, no se ha dado jamás el caso de que un torero busque a un toro, ni que un toro busque a un torero. Los toreros se van al campo a hacer piernas. A lo que va al campo - por lo menos en teoría - es a fortalecerse, a prepararse físicamente. Pero sin olvidar " la línea ", el torero si engorda está perdido.
Aparte del saludable ejercicio, la reclusión campestre les beneficia mucho, porque les aparta de los peligros de la ciudad. La ciudad es muy peligrosa para los toreros.
La idea que los toreros tienen del campo es muy singular. Casi todos, la mayoría, no les gusta el campo. En el fondo torean para huir del campo.
Su gran aspiración es afincarse en las grandes ciudades plenamente. Y comprarse buenos coches, buena ropa, y lucirla.
Pero, claro, al público esto no le convence, y si los toreros quieren ganar dinero tienen que torear.
Esa es la dificultad, torear. La verdad que si no hubiera que torear todos seríamos toreros.
Un torero, al decir " me voy al campo ", está completamente seguro de que a los toros, los verá montado a caballo. En el campo le esperan las becerras en los tentaderos, que es el ideal.
En los tentaderos se hartan de hacer locuras, ellos dicen cuando reciben las felicitaciones : " Esta es la cosa : torear ; lo mismo se torean las becerras que a los de cinco años, que salvo que se pasa un poco de más miedo ; casi embiste mejor y más cómodo el cinqueño."
Rafael " El Gallo ", cuando le preguntaban de como se entrenaba contestaba siempre diciendo " ¿ Yo ? fumando puros ".
El irse al campo de los toreros en invierno es un poco parecido con la gente en verano con el veraneo, que lo bueno es poder decir que se marchan y después contarlo al regreso al vecino, al amigo, y a todo el que se encuentra en el camino.
A la mayoría de los chavales que militan en las Escuelas Taurinas y que por tanto aspiran a ser toreros, les falta lo principal, " ambición ".... mucha ambición, sin este requisito se quedan la mayoría en el camino.
¡ Torerillos soñadores : irse al campo de verdad, hartaros a torear becerras y vacas, y si no sacáis más que una temporada al aire libre del campo, lo ganarán los colores de vuestros rostros y la fortaleza de vuestros pulmones.
Y como de " ambición " hemos hablado, eso sí, todos los toreros tienen esa ambición por comprarse un cortijo y un Mercedes para que lo publiquen las revistas y enseñarlos a sus amigos.
Es tan importante para los toreros " la ambición " que si nos acordamos de Juan Belmonte, señor de cortijos, que fracasó rotundamente en sus comienzos como vimos en el blog en su biografía, nada menos que en el ruedo de su Maestranza, pero remontó gracias a su ambición que pudo más ella que todas las adversidades de sus principios, y como todos sabemos tuvo varios cortijos.
Esos días que el torero pasa en las dehesas extremeñas, salmantinas o andaluzas, con el capote y la muleta en la mano, el torero es incansable, infatigable.
Rinde a todas las becerras torea y sueña : " ¡ Ay, si toreara así un toro en Las Ventas " !
Cuando comienza la temporada, si te encuentras con un torero amigo y le preguntas " ¿ Qué hay ? te contesta : " Pues nada que mañana me voy al campo. Y si a los quince días te lo vuelves a encontrar te repite al pie de la letra que se va al campo, si reincides con él en poco tiempo te dirá ; " Llegué ayer del campo " y me vuelvo en unos días. No hay más remedio ; la temporada está encima.
Pero como no hay regla sin excepción, a muchos toreros si les gusta el campo.
Decía Rafael " El Gallo " : "El que era un genio para cuidarse, como en todo, era Joselito, se refugiaba en el campo."
José, en el Corpus de Sevilla, cerraba la puerta de las distracciones y los placeres y ya no volvía a abrir hasta que terminaba, en las fiestas del Pilar, la temporada. Entonces, al llegar al hotel, después de despachar la última corrida del año, le decía al mozo de espadas : " Guarda todo esto bien y ......¡ a Madrid !.
" Todo eso " eran los capotes, los trajes, los estoques...
Los trastos y avíos de torear. Sólo después de haber liquidado las ochenta o noventa corridas que despachaba por temporada aquel coloso, se permitía pensar que en el mundo había otras cosas además de las plazas. Para un hombre que había tenido la fortuna a sus pies. Y al que rondaban todas las tentaciones, por eso José, era Joselito en todo, y a él le gustaba irse al campo siempre que no tenía que torear.




6 comentarios:

  1. Hoy e vuelto a recordar su casa su finca y aquellos intensos momentos que vivir y disfrute en su Ganadería, mientras viva serán inolvidables un respetuoso Abrazo Mariano y familia.

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  2. Juan Hidalgo :
    Lo pasamos tan bien aquellos dos días que pienso que nos acompañaran siempre. Un abrazo.

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