martes, 22 de enero de 2013

IGNACIO SÁNCHEZ MEJÍAS ( CAPÍTULO VII )



- Encantado ; cuente usted con la plaza. Yo soy Empresa a la fuerza, por lidiar los toros de la ganadería de mi madre, que es lo único que tengo interés.
Y quedó convencido el traspaso en estas condiciones : Rafael " El Gallo " y Sánchez Mejías, con los toros de la Viuda de Ortega.
Y en esta creencia se marcho Ortega a la ganadería.
Don Leandro Villar, íntimo amigo de Joselito al encontrarse le comunico sus planes a éste :
¿ Y por qué Rafael y no yo ?
- Porque tú eres muy caro para Talavera.
- Yo soy el torero más barato - dijo Joselito -, porque soy el que lleva más público a la plaza.
Y como entre Leandro Villar y Joselito había una estrecha amistad, se concretó la corrida, con el mano a mano entre Joselito y Sánchez Mejías.
Cuando se enteraron en Talavera, no lo creían, y se hicieron apuestas sobre si iba o no Joselito. El entusiasmo del pueblo no tuvo par.
Éste fue el proceso que siguió esta desdichada corrida de Talavera.
La ganadería de la Viuda de Ortega era una ganadería corta, la tenían por afición, por lujo, no por lucro. Era un cruce de vacas de Veragua y un semental de Santa Coloma. La corrida a pesar de ser chicos los toros, salió difícil y bronca y tuvo mucho poder.
El toro " Bailador " quinto de la tarde, era negro, tenía cinco años, era muy chico, muy corto de pitones.
Joselito brindó con la plaza con un lleno impresionante al público diciendo : " Brindo por el presidente, por su distinguido acompañante  y por el pueblo de Talavera adonde tenía muchas ganas de torear, porque esta plaza la inaguró mi padre, por cuya memoria brindo también ".
La cogida es conocida de todos. Sus intimos amigos Leandro Villar salió hacía Madrid en busca de los doctores Mascarell y Goyanes.
A Sánchez Mejías le ocultaron la gravedad de la cogida de Joselito, y lidio al sexto toro, y le lidió rabioso, vengativo, haciendo tantas y tan temerarias cosas, que se temía por el segundo percance.
Cuando Ignacio, entró en la enfermería, corriendo, una vez muerto el sexto toro, ya alarmado por el rumor de la plaza y el ir y venir de la gente por el callejón, expiraba Joselito, de shock traumático.
En ese momento le quitaban del cuello un retrato de su madre y una medalla de la Macarena, deformada por el pitón de un toro en San Sebastián. Parecía dormido.
Ignacio, con palabra torpe y velada por el llanto, recordaba los sucesos de este día siniestro.
Momentos antes de salir de Madrid se le acercó a Sánchez Mejías un grupo de trasnochadores en plan agresivo por el resultado de la corrida del día 15 de mayo en Madrid ; le dijeron insultos y aquello acabó a golpes.
Al llegar a Torrijos, como el tren iba muy retrasado bajaron los dos cuñados a tomar algo. Nuevo incidente.Una persona trató de arrebatar a Joselito un pan : lucharon, y Joselito le tiró contra un velador que se rompió.
Joselito pagó 40 pesetas por los daños. El empresario acompañaba a los toreros en el viaje y como lloviera durante el mismo, le animó diciendo : No te apures, que para que se suspenda tiene que caer el diluvio. Para un superticioso el día no podía amanecer peor.
De la corrida en la biografia de Joselito, en el blog, se dió detalle de la misma.
En Madrid, Manuel Soto, que el día anterior estuvo con Joselito en su casa de la calle Arrieta, a las nueve de la noche salía del hotel, el aspecto de Madrid era silencioso.... de pronto oye :
- ¿ A Joselito le ha matado un toro en Talavera ?.
Se quedó frío..... No, no puede ser..... Debe ser una broma de mal gusto...... ¿ Matar un toro a José ?.
Serán rumores, pero el mismo crece, avanza y anega la ciudad, de la calle, de plaza en plaza.
¡ A Joselito le ha matado un toro en Talavera !
Se dirige a Telefónos a adquirir noticias. En la puerta se encuentra a Rafael " El Gallo ", que sale llorando. Al verle le abraza Manuel Soto, y descompuesto y nervioso, le pregunta :
¿ Verdá, Soto, que é mentira que a " Oselito " lo ha matao un toro ?.....
La emoción no le dejo contestar. Un grupo de amigos cogen a Rafael, que está como sonámbulo. Lo meten en un coche y salieron a prisa a Talavera.
Fué Ignacio Sánchez Mejías quien aquel día descubrió en Joselito, en el tren, camino de Talavera, una preocupación extraña y no coherente con la alegría con la que emprendiera el viaje, y quien le advirtió en el redondel. al oir que un espectador le recomendaba que muletease con precauciones aquel toro burriciego y bronco : " Todas las preocupaciones que tomes seran pocas le dijo Ignacio a José ".Y fue también Ignacio quien tuvo que dar muerte a " Bailador " que había herido de muerte a su cuñado Joselito.
Su dolor por la trágica muerte de Joselito se reflejaba en sus conversaciones. Y los tristes episodios de aquella corrida en que sucumbió el mayor ídolo de la afición taurina, tenía que hacer verdaderos esfuerzos para que no se ahogara su voz y asomaran las lágrimas.
En la enfermería entre los recuerdos, las quejas, y el llanto, y las lamentaciones, se hizo media noche.
A las dos de la madrugada llegó Rafael en un automovil, se negó a entrar en la enfermería, muy excitado por una especie de terror superticioso, del terror de los muertos. Rafael regreso a Madrid al amanecer. Dijo que por ahora no volvía a torear.
Ignacio, tuvo que hacer de tripas corazón y cumplir su próximo compromiso en la feria de Córdoba los días 25, 26 y 27 de aquel mes de mayo, y siguió como pudo con el alma partida.
Ignacio, cierra la temporada de 1920 con noventa corridas toreadas. Y hubieran sido más si no hubiera tenido los percances de Murcia y Bilbao que le hicieron perder algunas fechas.
( Continuará )














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