La vieja Plaza de Toros de Madrid, enclavada donde hoy se encuentra el Palacio de Deportes, torea Ignacio el 7 de septiembre de 1913, la temporada a punto de terminar. A esas alturas Joselito " El Gallo " había redondeado su primer ciclo triunfal como matador de toros, con más de 70 corridas; Juan Belmonte, preparaba su alternativa, Terremoto, el coloso trianero, se había presentado en Madrid el 26 de marzo de aquel año y armó un revuelo sensacional.
En el cartel figuraban Larita, Luis Suárez, Magritas, e Ignacio Sánchez Mejias, con novillos de Villalón.
Nuevamente es su valor lo que arranca los aplausos más entusiastas, Ignacio no consigue un triunfo como estilista pero sí logra que el público coincida en esta frase, que va de tendido en tendido, como irá, horas después, de café en café : " ¡ Es un valiente ! ". Y por añadidura, unos pares de banderillas que ha puesto con una gran maestría de acreditar ya para siempre como un banderillero extraordinario.
Y emparejado con Magritas, con él actua en Barcelona en dos funciones consecutivas. En ellas es también aplaudido, y confirma esa aureola de torero muy valiente que le acompaña desde que vistiera por primera vez el traje de luces.
Algunos aficionados creen que, pese a ese valor, Ignacio no llegará a ser una primera figura del toreo, porque para ello le falta calidad en la ejecución de las suertes.
Pero otros dicen que esa calidad la adquirirá a medida que vaya toreando más corridas, porque no es un torero rudo y cerrado a la técnica de la lidia, sino presto a dominarla con inteligencia y voluntad.
Y éste es el ambiente, tan contradictorio, que rodea al torero sevillano al comenzar la temporada taurina de 1914.
Torea en varias Plazas, y en todas ellas suenan fuertes las palmas, más para Ignacio. Una tarde, en Córdoba, brinda un novillo de Miura a Machaquito, ya retirado de los ruedos, que está presenciado la corrida, Sánchez Mejías torea y mata muy bien esa tarde. Las ovaciones son unánimes. Corta la oreja del Miura y da la vuelta al ruedo ante un agasajo de buenos cigarros.
El espada recién retirado lo felicita, lo abraza y le anima : "¡ Adelante, hombre ! ¡ Tu eres un torero !"
Aliento no le falta. Y lo que quiere ahora es torear en su tierra sevillana. Todo el radioso panorama de Sevilla se le abre en abanico con el aire de su mayor ilusión.
¡ Un triunfo en Sevilla ! Esto es lo que Sánchez Mejías quiere. Lo que ha querido siempre. Desde que se iba, al salir del Instituto, a jugar al toro.
Se presenta en la Plaza de Sevilla, mano a mano con el Alcalareño el 21 de junio de 1914. Sánchez Mejías busca aquella tarde su éxito mejor y las palmas más encendidas. Valiente y firme en la arena, ese éxito que él busca se inicia tal y como lo quiere. Más, de repente toda la ilusión se le rompe en el asta de un toro. La multitud grita empavorecida : "¡ Lo ha cogido ! " La asistencia lo llevan a la enfermería al herido. Va dejando un reguero de sangre. Lleva una brecha roja en la pierna, y en el rostro el coraje porque en su tierra sevillana no le han visto torear como él quería que le viesen. Aquel novillo de Carvajal le ha dejado como un pelele en mitad del redondel cuando él buscaba el mejor desplante y la más gallarda actitud.
La cornada le aleja de los ruedos durante varias semanas. Ha sido una mala suerte. Podía haber sido una temporada con mucho mayor número de novilladas toreadas. Y aquí acaba de nuevo el capítulo de Sánchez Mejías novillero. A la temporada siguiente, sin saber por qué Ignacio reaparece como banderillero.
- Pero - dicen -, ¿ no es éste aquel novillero tan valiente que empezó toreando con Magritas ?
Ignacio no quiere que le hablen de sus tardes de novillero. Lleva muy dentro de sí su desilusión de la Plaza de Sevilla.
Se casa Ignacio. Y por su matrimonio entra en la familia de " los Gallos " que es familia toda ella de toreros, Rafael, Fernando y Joselito. De las tres hermanas, la mayor Gabriela, se casa con su primo el banderillero " Cuco ". La segunda Natividad, contrae matrimonio con el matador de toros Manuel Martín Vázquez II. Y la tercera, Dolores es la que se casa con Ignacio Sánchez Mejías.
Quienes tienen a este torero por torpe para el arte a que se dedica propalan la opinión de que la boda de Ignacio con la hermana de Rafael y Joselito le asegura la protección de éstos y un puesto de peón que nadie podrá ya arrebatarle. Pero la verdad es que Ignacio está en ese lugar por meritos propios, porque tiene mucho valor y porque la brega que da a los toros es siempre eficiente para el espada.
Pasa así, gran peón al lado de Joselito, algún tiempo su estilo de rehiletero logra comentarios entusiastas cada tarde y un crítico escribe : " Este torero tiene coraje para hacer mucho más de lo que hace ".
Ignacio, torna a ser espada. Actúa en unas pocas funciones - en una de las cuales, en Ecija. tiene un percance grave - y el día 16 de marzo de 1919 toma la alternativa en la plaza de Barcelona. Figuran en el cartel de esa tarde, con ganado de los hijos de Antonio Martínez, los espadas Joselito, Belmonte y Sánchez Mejías. El toro de la alternativa se llamó Buñolero, y el nuevo matador de toros lo lidia muy bien y lo mata guapamente. Una oreja en medio de una fuerte ovación.En el otro toro tiene éxito y sale a hombros.
La confirmación de alternativa en la Plaza de Madrid, el 5 de abril de 1920, al día siguiente de haber toreado Ignacio la corrida de Beneficencia en Sevilla. Actúa de padrino de la confirmación Joselito con Belmonte y Varelito. El ganado de los herederos de Vicente Martínez y el toro de la confirmación se llamó Presumido, tuvo una buena tarde, lo aplauden mucho y se comenta con elogios su actuación, pero el éxito de Joselito fue tan grande que de él, más que del confirmante habla la gente al salir de la Plaza.
La temporada se le presenta cuantiosa de contratos. Ya la anterior llegó a firmar ochenta, aun cuando no pudo actuar en todas por culpa de las cogidas.
( Continuará... )
Joselito dando la alternativa en Barcelona A Ignacio Sánchez Mejías.
Me gusta mucho poder ver la Aficion Antigua, que creo era mas dura la vida que ahora y naturalmente tambien en la Plaza, suposto que toreros buenos puros de corazón hai pocos.
ResponderEliminarMario Manuel Ramusga :
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con su cordial comentario que le agradezco.
Saludos.