lunes, 16 de abril de 2012

GANADEROS DE ANTAÑO: DON FAUSTINO UDAETA



Don Faustino Udaeta, ganadero de los 13 románticos, de regular estatura, pertenecía a una familia muy distinguida, dotado de relevante posición social, era un hombre afable, bondadoso, cortés, desprendido, exquisitamente correcto, culto e inteligente, gran caballista y garrochista.
Su ocupación principal era el cuidado de su hacienda, y nada  tan atendido dentro de ella como la ganadería de reses bravas, que tenía un rango de primera categoría, por el excelente juego que daban sus toros.
Quizá recogía los triunfos en donde otros habían sembrado, su vacada no le llegó por herencia, sino por vía de capricho.
Pero el hecho es que las Empresas se disputaban sus corridas que con divisa morada y blanca figuraban en los más atractivos carteles.
Con el achaque de pagar a sus empleados, pasaba inexcusablemente los días 1, 2 y 3 de todos los meses en su dehesa en Manzanares el Real (Madrid).
Transcurridos los tres días, terminados los quehaceres, dejaba minuciosas órdenes en relación con los sucesos previsibles en el mes recién estrenado, volvía a Madrid, a sumergirse en sus deberes sociales muy extensos.
Udaeta adquirió una muy acreditada ganadería, en marzo de 1883. Formalizó la compra de 400 reses a don Antonio Hernández y López, de la ganadería que fue de su padre Antonio y de su tío don Justo, que mezcló dos muy buenas la andaluza de Freire y la de origen manchego de Torre y Rauri, las vacas fueron fecundadas por cuatro utreros de Miura.
Debutó como ganadero en Madrid el día 6 de abril de 1.890, en la corrida inaugural de la temporada. El resultado fue regular, no fue buena, pero tampoco mala del todo. Sin embargo la crítica, con aquella seriedad que tan saludable resultaría hoy, llego a decir al nuevo criador que llevase al matadero su ganadería.
Lidió aquel año en la feria de Abril de Sevilla, considerable honor para un ganadero de Madrid, pues por entonces imperaba en la Maestranza el lema de " América para los americanos ".
El resultado algo mejor que el de Madrid, lidió otra en Santander y otra novillada en Agosto en Madrid, con buen resultado, la temporada fue de menos a más.
Pero los grandes triunfos llegan en 1.891.
En Madrid, el 31 de mayo logró un gran éxito por la presentación y bravura de sus animales.
Don Faustino estaba tan seguro de la pelea de sus toros, que no vacilaba en comparecer en Madrid cuantas veces lo demandaban la Empresa y la afición.
En 1.893 la ganadería de Udaeta estaba en primera fila, entre las cuatro o cinco más punteras. Recogía así el fruto de sus desvelos y de su gran escrupulosidad, que ponía en práctica al ser inflexible en los tentaderos.
En aquel invierno se recordó en varias tertulias que en 1.883, al comprar las 400 reses, las redujo a la mitad por su mano dura al seleccionar en sus tientas.
Pero la legítima satisfacción que don Faustino experimentaba fue por algunos espíritus mezquinos mal comprendida, achacándola a excesivo orgullo profesional, que siempre estuvo muy lejos de sentir el acaudalado propietario, el cual, no obstante su bondadoso carácter, tenía sus enemigos.
En Valladolid, en una corrida de Udaeta, uno de los toros lo condenaron a "fuego", dijo uno de los banderilleros de la corrida : ¡ Vengan, las calientes ! ¡ Que este señor presume demasiado !
Lo cumbre llegó el 13 de mayo de 1.894, se anunciaron en Madrid con seis de Udaeta, nada menos que Espartero, Guerrita y Reverte.
Don Faustino mandó bajar a "La Muñoza" treinta toros para que escogieran los seis para tan suntuoso festejo.
Más, ¡ ay ! que en esta, como en otras tantas ocasiones,se cumplió al pie de la letra el aforismo que dice : " Corrida de expectación, corrida de decepción". la corrida fue muy vulgar.
No había aún terminado el espectáculo, cuando don Faustino irrumpió inesperadamente en el palco del duque de Birona, su íntimo amigo.
" Vengo desolado..... ¿ Quién podía esperar esto ?."
¡ Bah ! No tiene trascendencia ninguna. " El que carretea, vuelca ".
"Pues mi carro va a funcionar durante muy poco tiempo. A estas horas he dejado de ser ganadero, prácticamente."
"¿ Estás loco ? ¡ El que tiene una onza, la cambia !"
"Yo no tengo la ganadería como negocio, sino por puro capricho, para satisfacer mi afición." "Esperaba mucho de estos toros..., y ya ves en qué ridículo me están poniendo."
" Quizá el sexto sea de bandera."
" Será un manso, como todos sus hermanos. Y a propósito, voy a decirte el objeto de mi visita, que no dejará de extrañarte. He subido aquí, temiendo que no coincidiéramos a la salida. Tengo que pedirte un favor."
"Concedido de antemano."
" Necesito que me prestes un par de novillos holandeses, para echárselos a las vacas horras ; si puede ser, mañana mismo."
" ¡ Tendría que ver ! Ya hablaremos después de todo esto, cuando se te pase el disgusto excesivo que te estás tomando."
" Mi decisión es firmísima."
" No lo parece. Más bien creo que tratas de provocar una situación que te fuerce a no volverte atrás..."
" Si piensas tal cosa, es que no me conoces."
De allí a pocos días, el proyecto se convirtió en realidad.
Llegaron los dos sementales holandeses, los vaqueros, con gesto de dolor y rabia presenciaron la escena y rodaron lagrimones por sus rostros secos.
Pero sus órdenes se cumplieron a rajatabla y deshizo inmediatamente su ganadería mandando la misma al matadero, por tanto don Faustino tuvo que tomar la amarga decisión de dejar de criarlos a pesar de su enorme afición que demostró en los años que tuvo en activo su ganadería.







5 comentarios:

  1. Tengo un pregunta indiscreta. En el supuesto de comprarte 5 sementales y 20 vacas de tu vacada coquilla, ¿cuánto costaría?

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  2. Jorge :
    Mandé toda la ganadería al matadero recientemente, solo tengo reserva genética. Saludos

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  3. Un estupendo relato Mariano, espero que los días vallan templando el disgusto con nuevos horizontes y como veo ya tiene la reserva genética.
    Recuerdos a la familia.
    Un abrazo.

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  4. Juan Hidalgo :
    Perdón por el retraso de vuelta de Encina Hermosa encuentro tu grato comentario, me alegra te guste. La reserva genética estamos en ello, ya tenemos alguna pero tendrán que pasar varios meses hasta completarla. Un abrazo.

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  5. D. Mariano ya mi abuelo lo decia: " En la dehesa no hay rentabilidad hay que conservarla porque si tiene plusvalia y se es ganadero por afición y por vocación pero no como negocio". Me encantan sus relatos de sabor añejo.

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