martes, 2 de noviembre de 2010

EL ADIESTRAMIENTO MUSCULAR EN EL GANADO DE LIDIA



Los becerros jugando ejercitan sus músculos y consolidan la osamenta en sus diferentes articulaciones. La osamenta es el conjunto de huesos de que se compone el esqueleto. El becerro es todavía un animal sin ajustar, se perfecciona moviéndose, y se mueve con violencia, corriendo, retozando y traveseando, cabe preguntarse. ¿ Con qué finalidad ?.
En primer lugar sacando conclusiones, observaremos que los juegos de los becerros están sujetos a una cierta evolución que se verifica al mismo tiempo con la edad.
De becerros muestran una exigencia difusa; conocer el medio que le rodea, la curiosidad instintiva en cuanto se halla establecida en el becerro, funciona automáticamente de forma inconsciente. El conocimiento supone experiencia propia, el becerro corretea, husmea y aprende pronto a utilizar los resultados de estas excursiones. Al principio predominan los retozos, con gran aparato de movimientos inútiles, esfuerzos no aprovechables, en los cuales se derrocha ciertamente un exceso de energía muscular ; los animales jóvenes se mueven con fuerte desarmonía y extrañas contracciones musculares por la intensidad del instinto motor global, que es tanto como ignorancia, torpeza muscular, precisamente en relación con la fuerza del músculo.
La actividad relativa a los juegos de los animales disminuye a medida que aumenta la edad de los mismos. El animal maduro es más fuerte y más diestro, cuenta con más resistencia, y, sin embargo, no juega; ha perdido el impulso motor global a cambio de adquirir movimientos coordinados, especializados y adaptados perfectamente a las necesidades vitales. Estos movimientos en los animales siempre entorno al mismo fin, la conquista del alimento diario, así como la hembra si llega a ser semental.
Durante el desarrollo de los juegos se comprueban en los becerros dos instintos motores de fácil discriminación: el instinto motor global que sirve a los becerros a la curiosidad innata, revelado por contracciones violentas, saltos, retozos, comunes a los animales jóvenes y un instinto peculiar, privativo de la raza de lidia  " la arrancada ".
Los becerros se arrancan a los pocos días, y a medida que el animal crece pierde vitalidad el instinto global y adquiere fijeza. No quiere decir esto que los dos no subsistan simultáneamente; el instinto motor global que lo exteriorizan espontáneamente, el animal juega como una necesidad orgánica  en cambio, el otro instinto motor peculiar necesita de excitaciones especiales.
Así el becerro se arranca con torpeza y sin ningún tipo de coordinación ; en cambio, la arrancada de un toro es más rápida y segura en su mecanismo muscular.
El juego de los becerros se reduce a considerar los juegos como la expresión del aumento del músculo, se fortifican las articulaciones ; con el juego se ejercita el sistema motor, y la repetición del ejercicio economiza el esfuerzo, adquiere brío y perfecciona el efecto.
La repetición del ejercicio no sólo adiestra al músculo, también regula la actividad nerviosa, y el movimiento repetido acaba por ser automático en cuanto lo hace con coordinación.
El toro tiene más poder y sabe más. Primero en los juegos y en sus luchas después aprendió a combatir, y sabe tirar derrotes y se defiende mejor, tiene su experiencia adquirida en sus cuatro años de vida. Así el mecanismo dinámico o motriz del toro es más perfecto, consigue con menos esfuerzo efectos más seguros. Los juegos no modifican el temperamento y menos despiertan intenciones e ideas incompatibles con su heroísmo rudimentario ; el toro es una máquina más perfecta, su lidia más peligrosa por el vigor, por la técnica, pero falto de intención y de malicia que en realidad existe desde su nacimiento en relación directa con la defensa de la vida.
En las luchas de los toros hay también mucho de juego, hay igualmente motivos de competición.
El toro se rige por el mando el más fuerte y astuto de la camada y que éste pierde el mando cuando otro le pega y pierde el combate.
Juegos y luchas son ejercicios naturales del toro, son fenómenos vitales, como la rumiación y el sueño.
El toro se prepara para la lucha mediante estos ejercicios y su triunfo depende principalmente de la fuerza y agilidad muscular y de técnica desarrollada en los golpes de ataque y defensa.
En relación con la utilidad práctica de los juegos de los becerros, podemos decir que los juegos son acciones preparatorias para su vida adulta de toro.
No hay en el juego un carácter especial, el animal solo emplea el exceso de su energía, y al mismo tiempo solo encuentra límite en la energía muscular, se cansa, no se aburre.
El animal tiene una tendencia muy marcada a jugar ejercitando los órganos en desarrollo muy avanzado.







3 comentarios:

  1. Don Mariano:
    Le podría echar unas flores por estas entradas, pero es que iba a parecer el jardín del Edén. Creo que valorará mucho más el que le diga que da gusto aprender de primera mano qué es el toro de lidia. Mientras siga usted ahí, los demás segiremos aprendiendo.
    Un saludo

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  2. D. Mariano yo no me habia fijado mucho en las consecuencias de los juegos de los becerros, si habia observado la fiereza sin ser una fiera, que son los animales que necesitan matar para comer y el toro no acomete por ese motivo, el ternero recien nacido ya enviste con la testuz, cuando son adultos en el campo cuando pastan tranquilamente y pasas entre ellos alzan la cabeza como diciendo quien anda ahi y se alejan con indiferencia de ti, en eso radica la gran belleza, bravura y nobleza de un animal que incluso su andar es majestuoso y por estos motivos gozan de la mejor vida animal que existe y gracias a las corridas de toro que hacen que vivan en libertad .

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