Noche de luna en Encina Hermosa, la paz es total, acabo de encender unas velas en la capilla, y después de deambular por el Museo, me centro en un cartel de 1926, con toros de COQUILLA, Marcial Lalanda, Nicanor Villalta y Martín Agüero, pienso el mostrárselo a ustedes :
Marcial Lalanda fue el torero de mayor extensión de este período, de la muerte de Joselito al triunfo de Manolete, son 23 años, en los cuales Lalanda sobrado de recursos, se enfrentó a todos, contendió con todos y con su arte vistoso y su repertorio escogido, su sagacidad, a todos supo aventajar con maestría.
Todo ello tiene más mérito por cuanto que Marcial tenía escasas condiciones físicas para triunfar. Su rostro cetrino y adusto y sus pies planos, sus hombros encorvados y su aire poco gallardo no inspiraban, de momento, esa simpatía precursora del éxito. Pero Marcial con una clara inteligencia, supo fabricar un toreo en el que los defectos de su figura se presentaban como méritos.
Lalanda usó inteligentemente todas las suertes conocidas y con la mayor brillantez posible. Su toreo forzado, amanerado y teatral. Sus verónicas retorcidas, su toreo al natural violento emocionaba al público. Con los toros difíciles y quedados usó todos sus resortes y logró faenas que difícilmente hubiese hecho otro torero en cualquier época. No perdió jamás la cabeza y conoció como nadie las llaves emocionales del público, completo en quites, banderillero facilísimo, torero largo. Matando fue hábil y eficaz durándole muy poco los toros.
Lalanda se pareció a Joselito en su repertorio variado, en su conocimiento de las reses y en su brillantez y valor. Se asemejó a Belmonte en la estética de su toreo.
Lalanda, si no el torero de una época, el más completo y sólido.Nació en Vaciamadrid (Madrid), en 1.903. Al retirarse en 1.942 de dedicó al apoderamiento.
Nicanor Villalta, hijo de un modesto novillero Joaquín Villalta, apodado "Castillejos".
Con su figura alta y musculosa, sus piernas inacabables y gruesas, con cuello largo y unos movimientos inarmónicos, Nicanor Villalta representaba el esfuerzo de la voluntad para evitar lo grotesco.
Toreaba con una muleta desplegada como una bandera, los pies juntos, las pernas apretadas y así daba su violento derechazo echando el cuerpo atrás. Este derechazo de discutible belleza era emocionante y el único pase en que lucía la figura del torero aragonés que debía imponerse, a pesar de poseer un amplio repertorio. Como estoqueador era notabílisimo, se perfilaba en corto y con una fuerza hercúlea se dejaba caer sobre el toro parado metiendo el estoque con una potencia fulminante. Era como un puñetazo fenomenal armado de un estoque.
Y era hermoso ver como Nicanor Villalta una vez clavado hasta el pomo el acero, se dirigía, sin mirar al toro, a saludar a la Presidencia como dando por acabada su labor, en tanto que el bicho todavía en pie, se bamboleaba y rodaba al fín sin necesidad de puntilla. Tomo la alternativa en 1.923 de manos de Luis Freg, se retiró en 1.943 cuando aún obtenía éxitos con sus estocadas y sus muleteos emocionantes.
Martín Agüero fue un matador valentísimo que manejaba con habilidad y lucimiento el capote y la muleta. Como estoqueador era seguro y rápido, con un valor firme y alegre.
A consecuencia de una cornada le amputaron la pierna en 1.931, y a pesar de su afición y grandes deseos y tanteos, hubo de abandonar toda esperanza de volver a torear.
Y este es el resumen de los tres matadores que componen el cartel que les muestro hoy y que mirando en las distintas revistas que estan en el Museo les he podido preparar para mostrárselo a ustedes.
Les sigo mostrando fotografías de los tentaderos con los alumnos de la Escuela de Tauromaquía Marcial Lalanda, de Madrid y observen en la primera foto como salen las COQUILLAS a la Plaza.
Le acabo de enlazar en mi blog, suerte con el ganado y un cordial saludo.
ResponderEliminarLa condesa de Estraza
Como todas las entradas, una maravilla.
ResponderEliminarQue salida tiene la vaca Dios!
Q envidia de atardeceres!!!! Quien pudiera pasar tantas horas en Encina Hermosa!!!
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