Las fotografías que les muestro pertenecen a mi buen amigo Thomas Turies y a su Terre de Toros. Muchas gracias Thomas.
Rodolfo Gaona es el primer gran torero mexicano que cuenta en la historia del toreo, y, desde luego, el torero de más clase que ha tenido México. Y al decir de más clase, no quiero afirmar que sea el más grande, sino el que más calidad ha dado a su toreo. A pesar de Pepe Ortiz, de Carmelo, Silverio Pérez, de Solórzano y Luis Procuna, que son todos ellos toreros de clase innegable.
Qué mejor que al invocar a este gran torero a don Rodolfo Gaona y Jiménez, que nació en León de las Aldamas el 22 de enero de 1888, cuya rama paterna era de origen navarro y la madre mexicana.
Este " Indio Grande ", que abarcó en forma sublime, la época más gloriosa del toreo " La Edad de Oro "
Porque gloria fue competir en los ruedos con Joselito y Belmonte, cuando las corridas de toros y el espectáculo adquiría matices de relieves incomparables que contrastaban, llenos de luz y de vida, entre chisperos y manolas, en una tarde de toros por la calle de Alcalá.
Su notable inteligencia quedó de manifiesto en los estudios primarios. Interrumpidos estos por penuria económica familiar no tarda en ingresar en la escuela taurina que en su ciudad tenía el banderillero español Saturnino Frutos ( Ojitos ), nacido en Fuente del Saz ( Madrid), y que perteneció durante los años de 1885 a 1889, a la cuadrilla del famoso torero granadino Salvador Sánchez " Fracuelo ".
Desde niño " Ojitos ". lo tuvo como alumno en la escuela que dirigía. Ante aquel maestro que los iba enseñando a torear dentro de la más estricta disciplina, surgió un muchacho delgado, serio, y de mirada penetrante, que al correr el tiempo, había de triunfar en las principales plazas del mundo taurino.
Gaona destacó enseguida de todos sus compañeros. Y eso que de aquella escuela salieron lidiadores muy notables, pues no cabe duda que " Ojitos " era un maestro consumado, que supo inculcar en sus discípulos la técnica, la disciplina y la competencia.
El día 1 de octubre de 1905, considerándose capacitado plenamente, se presenta ante el público de la capital en la plaza México, con enorme brillantez. En esa fecha vistió su primer traje de luces. A partir de ahí comienza una serie de novilladas que son otros tantos triunfos. Después de 122 festejos viaja a España. Varios matadores españoles le habían visto torear en México y hablaban de él muy favorablemente, Antonio Fuentes decía : " En México no hay más Dios ni más Santa María que Gaona. Yo le he visto faenas admirables, de esas que cimientan una reputación. Le brindó un toro, que mejor no hay quien lo toree y como lo mató y lo banderilleo.
En México le llamaban " Indio Grande " y más tarde " Califa de León ".
Llegan a Madrid, ahijado y padrino, para emprender y una nueva y dura lucha, más difícil aún de lo que " Ojitos" pensó, guiado por la confianza ciega que en su alumno tenía. Y aquí empieza la ardua batalla. que tuvo que librar el ex-banderillero de Frascuelo..... Comenzaron los comentarios sobre el novel torero. que llegó precedido de una gran aureola, ganada en ruedos mexícanos. A todo esto, paseaba Gaona, a sus veinte años con su varonil figura por las calles madrileñas.
El 5 de julio de 1908 le concede la alternativa Juan Sal " Saleri " en la plaza de Madrid, de testigo Tomás Alarcón " Mazzantinito ", obteniendo un gran triunfo, incluso en banderillas.
El 15 de julio torea con Ricardo Torres y Machaquito en la plaza de Vista Alegre, y Bombita le cede su primer toro. Gaona regresa México, con la seguridad de haber conquistado a la afición española.
En 1911, su temporada triunfal, torea 71 corridas y en 1912, torea 85. Sigue en primera línea después de Joselito y Belmonte.
Gaona fue un artista extraordinario. Con el capote, en su época, tan sólo le pudo superar en finura y fantasía Rafael " El Gallo ", si bien Gaona era más clásico y tenía un retoque más perfecto. Cultivaba unas verónicas elegantes y paradas, parecidas a las de Fuentes, aunque templando más que él e imprimiéndoles una majestad más natural.
En banderillas sólo le igualó Joselito, pues ambos clavaron rehiletes en todas las suertes y terrenos de un modo perfecto y le colocan a Gaona como uno de los mejores banderilleros de su época. Con la muleta fue un portentoso muletero con los toros más suaves y nobles, con los difíciles se amilanó y no tuvo la precisa y férrea exactitud de Joselito, ni la acongojada belleza de Belmonte.
En esos años, me vienen a la memoria dos toreros de segunda fila que, de no morir de forma trágica, hubieran alcanzado mejor clasificación en el escalafón, me refiero a Florentino Ballesteros y Manuel Varé " Valerito".
Florentino nació en 1893 en Zaragoza. En 1916 toma la alternativa en Madrid de manos de Joselito y resultó herido al matar al toro de su alternativa. Torea sólo 45 corridas, pues sufre una cornada espantosa de un toro de Urcola, que le tiene convaleciente todo el invierno. En 1917, no repuesto de esta cornada en el pecho, y toreando la tercera de abono en Madrid con Bienvenida y Joselito, un toro de Benjumea le asesta otra cornada terrible en la misma cicatriz de la anterior que era como una alhaja de muerte y fallece al cabo de unos días.
Manuel Varé " Valerito ", ha sido el último torero que se ha mantenido en primera fila como especialista de la estocada. Nació en Sevilla en 1893. Toreó en cuadrilla infantil con Manuel Navarro y Juan Belmonte, con una actuación deficiente. Le salvó sus excelentes dotes con la espada. El 26 de septiembre de 1918 decide tomar la alternativa y lo hace de manos, de Joselito, que en la misma corrida la concedió a Domingo González " Dominguín ", doble alternativa sin testigo, lo cual no tiene antecedentes en la historia del toreo.
Sus continuos percances, le impidieron torear lo que debía. En 1919 mató 37 corridas, y en 1920 sólo 32.
En 1921 torea 44. En 1942, torea 4 corridas en la feria de abril de Sevilla, el público sevillano se muestra desabrido y colérico. La muerte de Joselito y la retirada de Belmonte hacen menospreciar a los toreros que quedan, en el quinto toro del Marqués de Guadalest recibe una cruel cornada que le ocasiona la muerte al cabo de un mes. ( Continuara )
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