La efemérides la narró así K-hito :
Manuel Rodríguez, natural de Córdoba la sultana, hijo de aquel Manolete, trae un temple, una lentitud y una suavidad en el manejo de la tela que causó asombro.
¿ Cabe torear con más sosiego y finura que el nuevo artista cordobés ?
Se le otorgó la oreja del sexto toro entre grandes aclamaciiones de entusiasmo.
Matando estuvo muy bien, le esperamos el domingo.
Don José Flores Camará tenía una personalidad innegable.
Bajo el aspecto de un hombre seco, frío, duro e inflexible, encerraba una sensibilidad como aficionado que supo equilibrar como nadie lo que la actividad taurina tiene de negocio ponderado y realista.
Su capacidad para el negocio fue tan fabulosa como prodigiosa fue su insuperable afición.
Camará fue un torero sin notable relieve, que al transfigurarse en apoderado demostró que era el taurino más conocedor del toro, del toreo y del torero.
Un año un grupo de aficionados quisieron llevar a torear a Olivenza a Manolete. Le encargaron a un amigo de Camará que hiciera las gestiones, el empresario no tenía intención de ganar en esta ocasión dinero, quería que torease en su pueblo sin importarle si tenía que perder algún dinero.
A la pretensión, le respondió Camará :
Yo no puedo consentir que nadie pierda dinero con Manolete. Con la cabida que tiene esa plaza, ni aún con el " no hay billetes " se cubriran los gastos. En este momento lo mínimo que está ahora ganando Manolete son 200.000 pesetas.
En Olivenza no toreó Manolete, Pepe Luis Vázquez cobró 35.000 pesetas, Antonio Bienvenida 25.000.
Manolete no ha sido el torero que más ha ganado en la historia del toreo. Proporcionalmente y teniendo en cuenta el valor adquisitivo real de la moneda en cada época, ningún otro ganó lo suficiente como para poder adquirir las fincas que pudo comprar Juan Belmonte.
Las 25.000 pesetas, por tarde que cobraba Belmonte en su reaparición en 1925, suponían mucho más que las 200.000 que cobraba Manolete en 1947, la tarde de su última corrida en Linares cobró 250.000 pesetas.
Muy cordobés de temperamento era Camará, pero - era una persona con espíritu asevillanado. Nació y está enterrado en Córdoba, pero vivió en Sevilla, y a ella - por cuanto es y significa en el toreo - la admiró en grado tan superlativo como fue incondicional de José Gómez " Joselito " , que le dió la alternativa en Madrid, el 21 de marzo de 1918.
Ausente de los ruedos Juan Belmonte, en ese 1918 fue Camará compañero de Joselito en casi 60 corridas.
No logró mantenerse a la altura de Joselito y Belmonte.
Tuvo valor y poseyó sobrados recursos como lidiador.
Dejó fama de excelente rehiletero. Dejó de torear como matador en 1926, que retornó a actividades relacionadas con los negocios de la carne.
Cuando actuó Manolete por primera vez - por la noche - en el coso de " Los Tejares " , Camará era el empresario.
¿ Pensó Camará, en 1936, retornar a los ruedos e intentar una reaparición ? Esta no se produjo, pero Camará compitió con Manolete en varios festivales benéficos celebrados en los años 1936, 37 y 38.
En la Edad de Oro del Toreo, los apoderados tenían la misma influencia que los mulilleros y menos poderes reales que los alguacilillos.
Manuel Pineda, apoderado de Joselito - que murió pobre y no vivió rico. Juan Soto era el de Juan Belmonte., Pineda y Soto fueron más bien unos secretarios particulares de los dos grandes colosos y un poco los jefes de sus contabilidades. Facultades de disposición tuvieron, de hecho, muy pocas.
En aquellos años la Comisión de Festejos que organizaba las corridas de la feria de Badajoz, visitaba a Joselito y directamente con éste montaba los carteles. Visitaba después - más que nada por protocolo - a Juan Belmonte, en la seguridad que Juan daba la conformidad. El de Triana se limitaba a decirles : " Yo, como siempre, estoy conforme en lo que disponga José " .
Marcial Lalanda, el veterano maestro, indicaba que tuvo varios apoderados, que en realidad la única función que desempeñaban era eso que ahora llamamos " relaciones públicas " . Marcial Lalanda no comprendía como un torero pudo entregar a un apoderado tantos poderes como los que cedió Manolete a Camará.
El primer apoderado que como tal empezó a sonar fue Dominguín ( padre). Más destacó quizas éste como lanzador de Domingo Ortega y de Cagancho.
Eduardo Pagés ostentó la primicia de firmar exclusivas a los diestros famosos de la época.
Camará erró pocas veces en el saber ver el toro en el campo.
Domingo Ruíz era intimo amigo de Manolo Baena, un gran aficionado en el que toda fantasía tenía acomodamiento, Camará era profundo admirador de las sapiencias de Domingo, que era hondo conocedor de lo que se debe hacer con un torero, si de verdad tiene madera de figura. Ser apoderado - pensó Camará en coincidencia con Domingo Ruíz - es descubrir qué toro le encaja mejor a cada torero en una plaza concreta y en una tarde determinada.
Domingo Ruíz, precursor de Camará en el magisterio del apoderamiento ( lo fue extraordinario de Curro Puya y de otros, y consiguió - caso único que antes de él no tuvo precedentes - que llegara millonario Pepe Luis Vázquez a la alternativa ), no tuvo la suerte de Camará, pues ningún torero se le entregó tan incondicionalmente como Manolete a José Flores Camará.
¿ Que vio Manolete en Camará para una confianza tan ilimitada ?
Sencillamente, José Flores era algo así como un pozo sin fondo en la ciencia y en el arte de saber de toros, del toreo y de toreros. Si, fue Manolete el que le descubrió - cuando prácticamente era Manolete un desconocido - que Camará era un genial apoderado, aunque antes que a él no dirigiera a ningún otro torero.
( Continuará )
Siempre formidables articulos senor cifuentes. Enhorabuena
ResponderEliminarel Chulo :
ResponderEliminarMuchas gracias por su grato comentario que le agradezco. Saludos.
Camará tenía porte de general inteligente y buen estratega...aparte de su gran personalidad!...la fiesta es aparte del toro y el torero...también personajes que sepan "llevarla".
ResponderEliminarAficionado :
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo en todo su comentario que le agradezo. Saludos.
Gracias 🙏 Mariano
ResponderEliminar