"Como torero en activo tengo que estar en condiciones. Ahora toreo becerros y novillotes en festivales, no hace mucho maté uno con doscientos veinticinco kilos. ¡ Vamos de los que sueltan ahora por ahí ! Y en Cádiz el año pasado puse un par de banderillas sentado en una silla, le puedo enseñar la fotografía para que se convenza. Yo seré torero mientras no me falten los brazos y las piernas, y a pesar de la oposición de la familia."
Volvió con el sombrero ancho, que él sabía ponerse como nadie, botas finas, una americana blanca, " porque parece que hoy va a apretar mucho la calor, y sin corbata, Rafael nunca la llevaba, decía, " ¿ Para que sirve eso ? ".
"¡ Nos vamos a dar una vuelta al Roya ! Allí hay una tertulia, ganaderos y toreros. Allí va también Pagés. Y por allí pasan, cuando están en Sevilla, Juan Belmonte y Manolete."
"Ando mucho, las escaleras de casa las subo catorce o quince veces todos los días. Esta es mi gimnasia, y gracias a ella estoy ágil, dentro de lo que cabe. Porque yo, amigo en julio cumpliré sesenta y dos primaveras."
Dice que su familia se oponen a que toree. "Eso salen diciendo ahora. Como he vuelto a ser el niño de la casa, me tratan como si tuviera catorce años."
"Ahora quieren organizar unos cuantos festivales en distintas plazas de España. Serán mis últimas actuaciones públicas. Pero torear, torearé siempre."
¿ Y usted Rafael, por qué se llama " El Gallo ".
"Pues, ¿ Cómo quería usted que me llamara ? ¿ Yo nací ya así ?
" El Gallo " fue mi padre y por tanto, " El Gallo " tenía que ser el hijo de mi padre." Y si Rafael hubiera tenido un hijo, éste hubiera sido " El Gallo " también.
"Mi padre Fernando " El Gallo " fue lo mejor del mundo."
El Gallo guardaba de su padre tan grato recuerdo en el que se unen vulneración, admiración, respeto y un cariño sin limites.
" Mi padre fue lo mejor del mundo. ¡ Cómo he querido yo a mi padre !, que además, fue mi maestro y mi primer admirador."
A los sesenta y dos años, sin más fortuna que su caja de puros " El Gallo " sigue siendo el mismo de siempre. Y cuando cae en sus manos una cantidad pequeña o grande, se volatiza en un santiamén. Genio y figura.
Rafael consumió no una fortuna, sino varias, con la sonrisa en los labios. Con lo que Rafael ganó en una sola de sus más brillantes temporadas de América, un hombre normal cuidadoso de su peculio habría podido vivir ya sin privaciones el resto de sus días. Pasó repetidas veces de la opulencia a la nada, con la misma tranquilidad, con la misma sencillez, fue a América ganó medio millón de pesetas y volvió con lo puesto.
Recién liberado Madrid, le enviaron una carta de un Banco notificándole que tenía un resto de cuenta a su favor.
Fue al Banco y tenía 600 pesetas.
"¿ Pero esto es para mí ?"
Es de usted, naturalmente.
"¿ Y me lo habéis estado guardando todos estos años ?"
Es nuestra obligación.
" Está bien, hombre ; esta bien. Muy agradecido."
De los 6 billetes apartó tres y se los alargó al de la ventanilla del Banco.
Tome usted, amigo. Para café.
El empleado no quiso aceptarlos. Porfió obstinado Rafael hasta que se convenció de que no los cogería.
"Bueno ; entonces, déjelas usted ahí para un donativo."Tuvo que salir el propio director del Banco para convencerle de que debía llevarse su dinero íntegramente.
Se marchó con un gesto infantil de asombro, de no acabar de explicarse aquello, y diciéndoles a quienes le habían acompañado.
"¿ Pero habéis visto ustedes ?"
Y es posible que Rafael " El Gallo " este hombre incomprensible, nunca se haya considerado tan incomprendido como en aquella ocasión
Pero si de su padre heredó, entre otras cosas, un carácter, un modo de ser que él había de aumentar hasta la genialidad, y heredó, sobre todo, el " instinto de su profesión ", ese saber lo que es un toro después de observarlo unos segundos, de su madre, de la inolvidable señora Gabriela. Heredó la gracia, esa gracia Gitana de Rafael, que ha sido inimitable en sus apoteosis y en sus fracasos ; ese duendecillo alegre que le llevaba a improvisar un pase que dejaba asombrados a los espectadores, o que le inducía a dar la " espantá ", también ante el asombro del público, que no se explicaba a que se debía el que saliera por pies.
En la distancia, ningún torero ha conseguido que sus tardes desastrosas permanezcan en la memoria con un recuerdo de simpatía, de pintoresquismo.
Los imitadores de " El Gallo " fracasaron porque se les veía el truco.
La " espantá " sólo se la han consentido a Rafael, con un consentimiento que se percibía, que se olía por encima de los pitos y de las almohadillas.
Y es que la " espantá " en Rafael " El Gallo " era un poema de gracia, un poema de sinceridad. La salía de dentro.
El padre de Rafael el señor " Fernando " era " payo ".
La madre la señora Gabriela era " calé " ; pero " calé " de lo más " calé ", de la familia de los Ortega, que es histórica en el baile flamenco y en el imperio aceitunado de los " faraones ". El padre el señor " Fernando " " El Gallo " cuando paseaba por las calles de Sevilla en su época de matador de toros, hacia asomar mocitas a las rejas. Entonces se iba al café de la Escalerilla. Gabriela Ortega bailaba en la Escalerilla llamado así, porque al establecimiento se subía por una escalerilla de caracol, su dueño era Silverio, el " cantaor ".
Humo espeso de tabaco negro, copas de cazalla, coplas, rasgueo de guitarras, taconeo sobre unas tablas mal sujetadas.
Faldas de volantes y sombreros anchos. Y la Gabriela. La Gabriela, que era bronce flexible, caoba hecha goma, escultura sin escultor, gitana sin pintor. Cada uno de sus movimientos era un cuadro. Sus pies pequeños.......
( Continuará... )
Cada día lo tengo más claro ser "TORERO" importante es tener todas las cualidades necesarias, pero también personalidad.
ResponderEliminarUn abrazo Mariano.
Juan Hidalgo :
ResponderEliminarEfectivamente es así,tiene que ser distinto al resto, destacarse en algo, es el caso de Rafael " El Gallo ".
Un abrazo.