miércoles, 25 de enero de 2012

CASTA VISTAHERMOSA



El primer conde de Vistahermosa, Pedro Luis de Ulloa, compró a Tomás Rivas, su vacada de las más célebres de Andalucía, por 1.774. Fallece en 1776 heredando el segundo conde Vistahermosa Benito de Ulloa. A éste le sucedió en 1.800 su hermano Pedro Luis y en 1821 su hermana doña Luisa, cuarta condesa de Vistahermosa.
En 1.823 fue vendida al Barbero de Utrera, parte de la misma y otras porciones a Fernando Freire, Antonio Melgarejo y Francisco Giraldez.
El Barbero en 1.863, vendió una tercera parte de 927 cabezas a Dolores Monje, viuda de Murube.
Podemos decir que de Vistahermosa surgen dos corrientes la del Barbero-Arias Saavedra- Murube llegando a la de Carlos Urquijo.
La otra corriente arranca de Picavea Lesaca y que en 1.854 vendió unas 800 cabezas a don Antonio Rueda Quintanilla, marqués de Saltillo, de Carmona.
Dentro de la casta Vistahermosa, que prácticamente monopoliza todas las ganaderías de lidia, destacan cuatro encastes bien diferenciados: Murube- Urquijo, Saltillo, Santa Coloma, y Parladé. No tienen tronco Vistahermosa, Partido de Resina, Gallardo y Miura y Prieto de la Cal, que son Gallardo- Cabrera.
Al fallecer Dolores Monje, viuda de Murube en 1884, los hermanos Joaquín, Faustino y Felipe Murube Monje venden la mitad de su ganadería.
Joaquín Murube Monje sigue con la parte que permanece en la familia, mientras que los hermanos Ybarra industriales sevillanos compran la otra mitad por sorteo y ponen como condición para realizar la compra que Faustino Murube Monje les tiene que ayudar en la selección.
Cuando José María de Ibarra, conde de Ybarra, muere en 1878 a los 72 años, sus cinco hijos que administraban los negocios familiares estaban muy unidos.
El mayor José se convierte en el segundo conde de Ybarra, Eduardo, Tomás, Luis y Ramón.

Don Eduardo brillaba en la política y tenía como sus hermanos la segunda religión de la familia inculcada por su padre " el trabajo ", a las seis de la mañana don Eduardo estaba en su despacho.
Don Eduardo Ybarra con 32 años era el tercero de cinco hermanos.
Se casó en 1870 con Guadalupe de Pablo Romero y Llorente una de las hijas de Felipe de Pablo Romero, importante agricultor cuya familia había bajado de Soria a Sevilla.
En 1884 Eduardo Ybarra compra, a titulo familiar, la mitad de la ganadería de Dolores Monje, viuda de Murube, compuesta por 150 vacas, 30 añojos, 50 erales y 25 toros. Una ganadería que en aquel momento era la de mayor renombre de su época, y que los hermanos Ybarra conservaron durante 20 años, esencialmente bajo la dirección de Eduardo, junto con el apoyo de su hermano Luis.
Un año después su suegro se hizo ganadero don Felipe de Pablo Romero.
Y a partir de esta adquisición, la familia Ybarra juega un papel primordial en la expansión del encaste Vistahermosa.
Debutan en Madrid el 8 de abril de 1885, con Lagartijo, Frascuelo y Fernando "El Gallo" padre de Rafael y Joselito.
Gusta la corrida y se presenta una segunda en octubre, en el transcurso de la cual se lidia el gran toro Vallehermoso.
Los toros de Ybarra en la linea de los de la viuda de Murube son bravos y duran más tiempo que los demás, incluyendo a los de Veragua.
Don Eduardo buscaba que sus toros superaran en bravura a los de Murube que compró.
Para sus toros don Eduardo compró una de las mejores fincas " La Cascajera ".
Confeccionaba los lotes de vacas acompañado de Moreno, su mayoral.
Al toro Gitano le acariciaban en el campo y después también en los corrales de la plaza de toros de Valencia, en julio de 1887.
Los toros de Ybarra criados en la " Cascajera " gozaban de fama en todas las plazas.
La camada de 1.905 es la última de don Eduardo Ybarra que vendió la ganadería cuando contaba 60 años de edad en dos partes prácticamente iguales : Una a Fernando Parladé, y la otra a Manuel Fernández Peña, que es la parte que al poco tiempo compró el Conde de Santa Coloma
La otra mitad de la vacada original de Dolores Monje, viuda de Murube, la llevó su hijo Joaquín Murube, evolucionando hacía una mayor nobleza, hacia esa famosa " clase " que disfrutaran los toros de Carmen de Federico y más tarde los de Urquijo, en una época donde el concepto de nobleza era algo muy relativo.
Todas las ganaderías actuales provienen en gran parte de esas dos ramas procedentes de la de Ybarra y Murube.
Fernando Parladé mantuvo la ganadería comprada a los hermanos Ybarra una docena de años, vendiendo ejemplares a la Viuda de Tamarón y a su hijo Ramón Mora Figueroa.



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