Mi agradecimiento a Thomas Turies y a su Terre de Toros, por las fotografías que les muestro.
La afición taurina siempre se ha dedicado a despreciar el presente y mitificar el pasado, cuando José y Juan estaban en la cúspide los aficionados de más edad, decían de ellos que eran unos niñatos, como compararlos con Lagartijo y Fracuelo.
El toreo de la posguerra, no fue el desastre descrito por los críticos de la época, ni la maravilla perfecta de la que ahora se habla. La verdad es que tuvo sus luces y sus sombras, así como sus glorias y sus fracasos. Que se afeitaba y que el toro era más pequeño, estamos en lo cierto, pero no es menos que la picaresca data de mucho antes de la llegada de Manolete, incluso aquel toro se movía más y cogía más que el toro actual.
La verdad que aquellas faenas tan cantadas entonces, en la actualidad quedarían desapercibidas, pues al verlas, te encuentras con infinidad de enganchones.
En aquella época fueron gloriosos Lagartijo y Frascuelo. Guerrita consiguió mandar en el toreo de su tiempo. No tenía rival, él era el mejor, pero en corridas de poca responsabilidad los prefería utreros y gachos.
Machaquito y Bombita no pintaron nada, tuvieron que pechar con todo lo que les echaron. Pero llegó Joselito, creo el toreo moderno, inventó el toreo en redondo, construyó las plazas monumentales, pero hizo una cosa menos buena. En el cortijo Los Merinales se instaló una barbería para adecentar las corridas que toreaban los fenómenos. Los Merinales era un apeadero ferroviario donde se embarcaban todas las corridas de las ganaderías sevillanas. Pero antes de ser encajonados, los toros pasaban por un pequeño tramite. Una menudencia sin importancia que llenó de ira a D. Gregorio Corrochano cuando se enteró.
Corrochano lo hizo público, Joselito se indigna, pues lo considera una traición personal. Durante el año 1919 no se hablan. Los palos que atiza Don Gregorio desde su tribuna de ABC son tremendos. Al final hubo paz. A Joselito no le interesaba tener en contra al crítico más influyente de la historia. En el transcurso de una comida se llegó al siguiente acuerdo Corrochano se compromete a retractarse de lo dicho y Joselito se compromete a torear la corrida del pueblo de Corrochano, Talavera de la Reina. Esa y no otra fue la razón por la que Joselito fue a torear a Talavera el día de su muerte.
Durante la Edad de Plata la fiesta fue muy dura. Había muchos toreros y esa abundancia los hacia débiles frente a los empresarios. Tocaba tragar entonces con lo que había.
Cámara era un partidario acerrimo de Joselito y decía a todo aquel que quisiera escucharle que él apoderaba a Manolete utilizando los mismos sistemas que usaba Joselito.
Decía Paco Galache, gran amigo de Manolete, que comentaba en sus estancias en su finca que el toro afeitado punteaba los engaños y que a Manolete le gustaba que embistieran bien. Don Álvaro Domecq reiteraba lo mismo. Cámara se reiteraba en lo que escuchó a Joselito. " Sé yunque hasta que seas martillo ". Pero cuando seas martillo, pega, pega y pega.
Durante aquellos años la suerte de varas encontró un equilibrio que al día de hoy puede considerarse envidiable. El caballo era español y ligero, pero ya contaba con la suficiente protección para no sucumbir en la arena, y con suficiente estabilidad para que desde él se pudiera ahormar al toro.
Manolete supone la superación del toreo de su tiempo. Fue la culminación del sueño de Juan Belmonte, que dijo : " Un día llegará un torero que estará bien con todos los toros "; ése fue Manolete.
El compañero de Manolete Pepe Luis Vázquez, torero extraordinario que aunaba todo incluso la gracia sevillana. Con Pepe Luis con más valor la pareja hubiera tenido la importancia de José y Juan. Pero aparte de Manolete y Pepe Luis, estaban Carlos Arruza, Luis Miguel Dominguín, El Andaluz y Pepín Martín Vázquez. Por desgracia duró poquísimo por aquella tremenda cornada en Valdepeñas.
Los años cincuenta son los de esplendor de Antonio Ordóñez, auténtico mito en la fiesta. Un hombre que fue capaz de fundir la técnica de Manolete con la estética de Belmonte. A su alrededor estaban Julio Aparicio, El Litri, Manolo Vázquez, Antoñete, Pedro Martínez " Pedrés ", César Girón.....
Con los años sesenta aparecen Diego Puerta con su valor arrebatador, Santiago Matín " El Viti ", que quizá haya sido el mejor muletero de la historia y Paco Camino, desde Joselito no había salido un torero con las cualidades de Paco Camino. Además Antonio Ordóñez seguía dictando sus lecciones..... Este cuarteto clásico era el contrapunto de Manuel Benitez " El Cordobés ", torero de una gran personalidad y técnica prodigiosa. No se puede torear más quieto y más cerca del toro.
Aquellos años, si no de oro, porque había poco toro fueron de plata. Una nueva edad de plata, con tantos toreros importantes como en los años veinte.
Joselito apoyó sin reservas a la casta Vistahermosa en detrimento de las otras, y en aquellos años se consolida definitivamente.
Con Manolete se termina de ramificar : lo de Parladé se distancia de Murube. Además, en Parladé aparecen varias líneas muy definidas y distintas entre sí. La de Conde de la Corte se despega de las ganaderías de Gamero Cívico. Dos ganaderías hijas del Conde la Corte : Juan Pedro Domecq y Atanasio Fernández. Carlos Núñez y Joaquín Buendía, hacen un toro bajito y muy bravo, diferente del toro de Saltillo, más picante y peor hecho.
Buena herencia, en aquellas ferias te podías encontrar con los toros de Buendía, los de Alipio Pérez Tabernero, el cruce de Murube-Parladé de Antonio Pérez, los vegavillares de Galache o Sánchez Cobaleda. los contreras de Juan Antonio Álvarez, los murubes de Urquijo, los parladés del Conde de la Corte.
Fueron unos años de una gran variedad ganadera que contrastan con la monotonía actual.
Pero lo peor fue que poco a poco y sin darnos cuenta, se empezó a seleccionar la nobleza. olvidando la casta. Aquel toro que seleccionó Joselito en que la nobleza y la casta iban parejas, fue sustituido a partir de Manolete por un toro más noble que encastado. Cuando llegó el Cordobés le hicieron responsable de lo descastadas de las ganaderías, cuando conseguirlo por parte de los ganaderos es labor de muchos años, por tanto se encontró con aquel toro, no lo hizo él.
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