miércoles, 4 de febrero de 2015

MANOLO BIENVENIDA ( CAPÍTULO IV )




En la primera corrida en México cogió a Manuel el primer toro en el primer lance de capa. El animal le levantó tres veces del suelo. Estuvo una semana dolorido por los golpes. Al término de ella su hermano Pepe le envió al campo con prisas. Manuel creyó que lo hacía por la salud física, pero era porque los periódicos publicaron un cable de España en el que se decía que al nacer el primer hijo, él y la madre habían muerto. No se enteró Manuel de esto, lo supo muchos meses después. Cumplió su contrato de seis corridas y estuvo regular en todas.
Manuel volvió cuando le fue posible con una gran alegría porque en Dos Hermanas estaban Carmen y Manolito su primer hijo Dos Hermanas en plena primavera y acariciada por el sol incomparable : la casa. El corazón saltándole en el pecho al cruzar la puerta, y en ella, Carmen con el hijo en brazos.
El chico era guapo, rubio y de ojos azules. Carmen a sus diecisiete años y ennoblecida por la maternidad.
Manolito Bienvenida nació en Dos Hermanas el 23 de noviembre de 1912.
Sintiéndose el hombre más dichoso del mundo, organizó Bienvenida, el bautizo de Manolito, con garbo de millonario. Baile y cante flamenco. Apadrinó al niño el gran sastre Robles, cartagenero, que le acompañó en sus penas durante la curación de la primera cornada.
Todo quiso pagarlo Manuel con el dinero ganado en México, sin pensar en nada, del porvenir, confiado en la suerte. Pero pronto la realidad llamó a su puerta y tuvo que reducir gastos. No era posible mantener y tuvo que reducir los gastos. No era posible mantener aquel plan de las cuatro casas, y redujo la suya trasladándose a Madrid a la calle Carmen, 18,
Allí era difícil sacar al niño para tomar el sol y buscó un hotelito en el Madrid Moderno, en la calle Alcalá, 144.
La temporada en España 1913, se presentaba difícil. Señores de las plazas eran Joselito y Belmonte.
El punto revolucionario era la aparición de Juan Belmonte.
Era un muchacho algo deforme, bajo y endeble, del barrio sevillano de Triana y destacando muy pronto entre muchos por su voluntad. Se informaba de cuantos tentaderos se celebraban cerca de Sevilla y a ellos iba casi siempre solo, para torear si lo dejaban, con un estilo que a muchos  asustaba y a todos entusiasmó, siempre trompicado por las vacas. Unos le compadecían y otros por envidia, le llamaron pelele. En Madrid le decían a Bienvenida : " los que realmente sean aficionados a los toros y tengan dinero suficiente para ir a verlo, deben correr a comtemplar un caso extraordinario, porque si esperan que llegue a Madrid, seguro estoy de que no le verán ".
Afortunadamente se equivocó y Juan Belmonte pasó su larga carrera de torero con varias cicatrices en el cuerpo.
Ya en la decadencia de Bienvenida --, qué triste y brumosa es la palabra --, toreó algunas corridas con Belmonte y fue un entusiasta partidiario de su arte y escuela. Le vió con la muleta tan ceñido, y con tanto arte, que le convenció plenamente.
Mala fue la temporada de 1913, en la que sólo se asomó Bienvenida en Madrid a la plaza de Vista Alegre, con " Corchaito " y " Ostioncito " muy bajos en el escalafón taurino. Manuel estuvo entonces muy lejos de las plazas de toros. Se encontraba inseguro y , como consecuencia, faltábale decisión. Cuantas veces se puso el traje de luces pensó : " ¡ si un toro me mata ! ". Carmen, mis hijos. Pero no torear era ruinoso, porque Manuel no sabía hacer otra cosa que torear. Y confusa la mente, iba a la plaza a la fuerza, a perder a los suyos, como varias veces se lo confesó a su mujer.
Manolito su hijo ya andaba. Allí, en las Ventas, puso su primer par de banderillas a una cabra con un alfiler y un lápiz y el testarazo le conmovió, haciendo asomar lágrimas a sus ojos, que no sabía si eran de rabia o de dolor. Su segundo hijo Pepe nació en aquella casita el 7 de enero de 1914.
Con muy pocas corridas toreadas anunciaron a Bienvenida el 26 de mayo de 1914 en corrida de abono con Vicente Pastor y Juan Belmonte y toros de don Esteban Hernández.
Bienvenida por luto de su madre, muerta en aquellos días, vestía un terno morado y negro, con el capote negro en seda y bordados. Triste traje para una corrida de toros, a tono con su tristeza y desilusión.
Cuando se vestía Manuel, Manolito se acercó y se puso a jugar con los cordones de los machos. Se le llenaron los ojos de lágrimas al padre y exclamó con la más angustiosa sonrisa ; así no es posible arrimarse a los toros.
El primer toro era bravo, boyante. Y le huyó. Su hermano Pepe, que siempre fue fraternal,
susurró : -- Manuel, que estamos en Madrid ; mira que el toro es colosal, duro con él y verás la que armas.......
Mientras triunfaban el veterano matador y el neófito, Bienvenida estuvo peor que mal, ausente. Así transcurrió toda la temporada, la desastrosa temporada. Lo más triste es que no tenía capital y era necesario seguir en la áspera lucha.
Para allegar algo durante los inviernos se iba a México, Lima o Caracas, y en América torno a surgir el torero. En cuanto se separaba de los suyos y el dolor de la ausencia se apagaba un tanto, volvía a ser quien fue. Los éxitos que no pudo tener en España, los logró fuera.
El invierno de 1914, un amigo Arturo Chanz a quien conoció en Lima, tomó la plaza de toros de aquella capital y le puso un cable rogándole que ajustara a dos toreros que no pidieran más de mil duros por corrida, para torear cada uno cuatro. Era muy poco dinero y sólo hablo a " Chiquito de Begoña " y " Alcalareño ", quienes aceptaron las ínfimas condiciones.
Llegaron el ambiente era bueno.
-- Manuel de mi alma, estoy sin una peseta y en tí confió.
La afición limeña anda que arde porque no le agradan los toreros que has traido y si no te decides esto va a ser ruinoso. Figúrate, ocho corridas con esos muchachos........
Sirvió Bienvenida de choque y la censura y mal humor de la gente. Le culparon del futuro fracaso de la temporada " Chiquito " había toreado dos corridas en España y " Alcalareño " tomó la alternativa en Murcia sin confirmarla en Madrid. Le decía el empresario -- arrimate, Manuel, que sólo tú puedes salvarme.
Bienvenida en su primero tuvo una lidia completa y mató recibiendo a ley. " Chiquito " no quiso ni ver a su primero. Manuel no se separaba de él.
-- Pero hombre..... No vas a torear las cuatro corridas.
Mira que no te va a quedar dinero ni para llevar a tu casa un loro.
( Continuará )



Madrid 1914, Bienvenida de luto por la muerte de su madre, alternando con Juan Belmonte.


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