En zootecnia el ganadero es decisivo.
Todas las razas de lidia han mejorado gracias al hombre, al ganadero.
Así nos encontramos con ganaderías de lidia que en unas manos llegaron a la cumbre de la fama, al cambiar de manos bajaron y hasta desaparecieron.
En una corrida la bravura del toro es como la salsa que se le añade a cualquier buen plato.
Me refiero a cualquier buen plato que sin el aliño de su salsa, resulta insípido, una corrida de toros sin bravura, no tiene ni gracia, ni aliño, es pesada nos cansa y hasta nos indigesta.
Está permitido mojar pan en las salsa de ese buen aliño, como se mojan en la bravura capotes y muletas. Lo difícil es dar el punto a la bravura y dar el punto al aliño.
Hoy no se lidia al toro, y si no se lidia dificilmente se apreciará su bravura.
Insisto que mientras la suerte de varas no cambie a mejor, los matadores se integren en el tercio, que no se desentiendan de su participación directa, como si solo tuviera importancia lo que ellos realizan con la muleta, al público que asiste a las corridas de toros quieren ver realizar a la perfección las tres suertes a realizar en cada toro de la corrida.
Recuerdo leer en crónicas antiguas que en las corridas se repartían unos programas a la entrada de la plaza, que en el reverso llevaban un cuadro estadístico en el que se anotaban todo lo que acontecía en la lidia.
Pero como hoy la lidia queda reducida a la faena de muleta parece lógico que los matadores prolonguen cada vez más, como si así justificaran su presencia en el ruedo, pero a la vez se olvidan por completo que la faena a su toro está compuesta de tres tercios, y cuando se realizan todos a la perfección el espectador cambia de expresión, aplaude, se divierte y sale de la plaza dando pases.
Técnicamente el tiempo de duración de la faena de muleta debe conjugarse con el estado y sobre todo con la condición del toro.
Las faenas de muleta ni son mejores por largas, sino por su precisión y su exactitud.
Decimos que se prologan las faenas, como si en realidad las faenas, siempre que sean faenas, se pudieran prolongar al gusto del consumidor, olvidándonos que en esto tiene mucho que decir el toro.
Una faena de muleta, alcanza su eficacia, su razón y su mayor mérito, por su precisión con pases bien ligados y ejecutados, bien rematados. Prolongarla, va en perjuicio, de la propia faena, del toro y de la estocada cosa muy usual en estos tiempos.
Es en el último tercio donde más dificultades se acumulan y que pueden acarrear una buena o mala lidia.
El toreo de muleta es lo más lucido, pero por eso mismo es lo más difícil del toreo. El toro sin querer adquiere resabios durante la lidia. Por eso el último tercio es el más difícil.
El público, el aficionado que asiste a las corridas de toros se fija mucho si el toro abre o no abre la boca, es un síntoma de indicio de fatiga, no ha gastado sus facultades y conserva o no conserva todavía su poder. Por tanto el toro es el que da la medida de la posible faena, número de pases, la mano a emplear, distancia, etc
Como cada toro tiene su sitio y eso no lo puede olvidar nunca el torero, influye su grado de bravura, su poder, sus querencias, que quieren que les diga, por eso torear bien es tan difícil por el gran compendio de cosas a realizar en tan poco tiempo, el torero tiene que tener una cabeza privilegiada que le funcione a la perfección para que en minutos pueda analizar tantas cosas del toro y de la posible faena.
Insisto, que la distancia es importantisima conocer la que necesita cada toro, ni puede ser excesivamente larga ni tan cerca que no exista espacio entre toro y torero.
EL TEMPLE, el principal aliño que se le puede dar a las faenas, con él desaparecerían en las mismas los engañones, los desarmes, y esas faenas atropelladas. Con temple, en las faenas de muleta se produce el milagro de la conjunción toro y torero.
También es verdad que hay toros difíciles de templar sobre todo al principio de las faenas, a esos primero hay que lidiarlos, los broncos, probones inciertos y después el torero encontrará el momento que con temple resuelva los problemas, incluso hay toros escasos de fuerza que en manos de un torero con un buen concepto del " temple " que si lo tiene de pié en los primeros pases después se olvidará de ese problema.
El ejemplo más claro del temple irrumpió de manos de Juan Belmonte, lo prodigaba de una manera tan visible, que el temple se hizo palpable y toros que anteriormente no pasaban, con temple pasaron, ese fue el motivo por el que Juan Belmonte revolucionó el torero de su época.
Después Manolete enseñaba en sus faenas el temple en sus manos y en su ánimo.
Pero sin Juan Belmonte no hubiera sido posible ni Manolete ni tantos otros toreros después a través de los años.
Por eso los aficionados tenemos que exigir temple y lidia, una vez más se lo recuerdo.
Y tantos buenos lidiadores en su casa sin torear, ¿verdad, D. Mariano?
ResponderEliminarEnhorabuena, ha plasmado usted el sentimiento de impotencia que sentimos alunos buenos aficionados al contemplar cómo se les espantan las moscas a los toros o se pican a la carrera, sin poner en suerte, se les administra el unipuyazo, sin probar ni medir a los toros en absolouto.
Por todo ello, muchas gracias.
Juan Carlos :
ResponderEliminarMuchas gracias a usted, por su excelente comentario tan lleno de conocimiento taurino, y, ¡ ojalá ! que todos los que asisten a una corrida pensaran como nosotros, otra cosa sería nuestra fiesta de toros. Saludos.
Magnifica entrada D. Mariano llena de verdades eternas del toreo,¿cuantos pasan de lidia al toro? y hoy el tercio de varases un tramite molesto para muchos, cuando en realidad es el que da y hace al toro, el que marca la buena o mala lidia, aun que casi nunca la vemos, por que parece que lo importante es subirse a los cacharros de la feria, pero no vivirla y disfrutarla en todos su esplendor, puede que algún día la echemos de menos, cuando ya no sea posible vivirla, sentirla y disfrutarla plenamente.
ResponderEliminarGracias por ofrecernos con sus opiniones y relatos lo que nunca debería olvidarse.
En algunas plazas el tercio de varas es casi inexistente. Aquí queda patente que el planteamiento de la lidia ha cambiado. En una crónica de mil ochocientos ochenta y tantos nos sirve para comparar: "¡Magníficos toros, que tomaron cuarenta y siete varas por veinte caballos muertos!” Los puyazos de antes no son como los de ahora, pero la diferencia es notable, sobre todo porque en una crónica de ahora es muy difícil leer algo sobre el tercio de varas, es algo indiferente. tabacoyoro.com
ResponderEliminarJuan y Victor :
ResponderEliminarMuchas gracias por sus excelentes comentarios llenos de sabiduría taurina, pero lo triste es que tenemos a la vuelta de la esquina otra temporada, donde todo será igual o peor que la anterior y así la fiesta no puede engrandecerse. Saludos.
Mi abuelo me llevo a los toros desde bien pequeño y cuando empeze a leer y escribir, era condición indispensable para acompañarlo el hacerlo con un lapiz ó boligrafo, que por cierto por aquel entonces empezarón a popularizarse,y ir rellenando la reseña de la funcion del día, novillada ó corrida, primero se ponia el nombre del toro,el numero y los kgs. había un espacio para el capote luego venía las varas, pares de banderillas, muleta etc y al final un espacio para valorar el juego del toro en general. Hace unos años han vuelto a hacer en Zaragoza un simil de aquel, con la misma portada, pero en el interior solo un breve anuncio del festejo con los matadores, ganaderia y poco más y el resto del panfleto publicidad de restaurantes, bares etc. Yo personalmente hecho en falta aquel de los años en que acompañaba a mi abuelo.
ResponderEliminarSr. Cifuentes su blog sencillamente, magnifico.
Saludos desde Aragón
Aragones
Aragones :
ResponderEliminarMuchas gracias por su excelente comentario que le agradezco enormemente.
Esperemos que lo ponga en práctica alguna Empresa y ¿ que bien vendría anotar la lidia en el programa ?, pues nos dariamos cuenta de lo poco que tendriamos que anotar de la misma. Saludos.
Excelente articulo, de mucha profundidad y sabiduria.
ResponderEliminarEduardo Caicedo s.
Cali -Colombia.
Eduardo :
ResponderEliminarMuchas gracias por su elogioso comentario que le agradezco. Saludos.
Muy buena entrada D.Mariano soy joven pero en las corridas de hoy en dia muchas veces me indigna el ver unas lidias descordinadas, con capotes alocados que capotean al animal trpoecientas veces sin ningun valor y con los tercios de varas como mero transito a la muleta. Da para mucho que reflexionar por que se deberia medir la bravura del animal como toca y el problema a lo mejor es mas general y ya quedamos una minoria de " amantes de la lidia" en lo que abarca el termino o cmo lo querais llamar, por que cuando las plazas se llenan para ver domecqs( como ejemplo y sin menospreciar) corridas en las que no se ve lidiar al toro ni toros con poder será por que los tiempos estan cambiando... Y no a mejor
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