martes, 28 de junio de 2016

FRANCISCO VEGA DE LOS REYES " GITANILLO DE TRIANA " ( Capítulo IV )




Bueno....... Antes, un poco como herencia paterna, fuí fuentista.
Sentí por Antonio Fuentes gran admiración. Después.... y dejando a un lado a " Gitanillo ", al que, sobre estimar como un torero excepcional, quise entrañablemente, mis preferencias han ido hacia Antonio Márquez, al que he representado hasta su despedida.
-¿ Cuando conoció a Gitanillo "
- Llevaba ya algunos meses representándole cuando pasó por Madrid camino de Barcelona, entonces le conocí. Pero aun pasaría algún tiempo antes de verle torear.
- ¿ Le sosprendió su arte ?
- Por las referencias que yo tenía y las fotografías que habia visto no podía sosprenderme, que en las primeras corridas tuvo mucha suerte. Es más : recuerdo que por entonces marchaba al rojo vivo su revalidad con " Cagancho " amigo, por otra parte del padre de " Cagancho ", yo me permití el hacer en su presencia un elogio, a " Cagancho " y me lo tuvo recordándomelo mucho tiempo.
- ¿ Cómo se planteó esa competencia ?
- Fue algo natural.
Los dos eran jovenes y con muchos deseos de triunfar, tomaron muy a pecho la cuestión de la rivalidad noble que terminó en una gran amistad.
-¿ Recuerda alguna anécdota sobre la competencia ?
Si. En un momento que " Gitanillo " había sacado cierta ventaja en algunas corridas a " Cagancho ", y como tenía grandes deseos de sacarse la espina.... Sobre todo, no renunciaba a que yo reconociera mi equivocación.
" Usted cree que Joaquín - me dijo una vez- " Gitanillo " torea mejor que yo con el capote. Pues..... ya se convencerá usted de lo contrario. Usted y su amigo de usted.
- Y ¿ Se convenció ?
- Claro. Una tarde - el 2 de mayo de 1927 -, después de una triunfal actuación en Madrid, fuí a verle.
Yo no había querido ir a la Plaza. Cuando calculé que la corrida había terminado, salí y me dirigí al hotel Asturias, donde se hospedaba " Curro ".
Por las tertulias de los cafés de la calle Sevilla se comentaba ya el éxito de " Gitanillo ". Pero yo, sin hacer mucho caso, quise escuchar de sus labios la versión de lo ocurrido. En la habitación sólo estaba su mozo de estoques, Antonio.
Curro estaba sobre la cama descansando. Lo primero que me dijo fue esto . ¿ Qué ? ¿ Sabe usted ya cómo ha " quedao " esta tarde su amigo de usted ? "
- Qué otras competencias  mantuvo " Gitanillo "
- Además de " Cagancho ", actuó mucho con Antonio Márquez, con Chicuelo, con Marcial,
Bienvenida y con Cayetano Ordóñez " Niño de la Palma ", con casí todos ellos quiso la afición enfrentarle. En su etapa triunfal de novillero, mantuvo fuerte rivalidad también con Félix Rodríguez. Ambos terminaron terminaron la temporada de 1926 a la cabeza del escalafón. Félix Rodríguez había toreado cuarenta y cinco novilladas ; " Gitanillo " cuarenta y seis.
- ¿ Qué cuadrilla llevaba " Curro Puya " en aquellos primeros tiempos ?
" El Sangento " y Moyano como banderilleros. De mozo de estoques tuvo primero a Antonio Marroco, el más competente en estos menesteres ; después a Antonio Conde.
El viernes 30 de julio de 1926 se presentó " Gitanillo " en el ruedo madrileño. Su excelente campaña en provincias interesó a la afición, que acudió a la Plaza con lógica esperanza, " Curro Puya " alternó aquel día con " Lagartito " y el caraqueño Julio Mendoza. Se lidiaron novillos de Paco Coquilla y del duque de Tovar. En la reseña de A.B.C. del 31 de julio decían :
Es realmente el gitano un torero que, singularmente, con el capote tiene dominio y facilidad ; pero no parecía ayer la gran figura que en infinidad de Plazas aseguran que es. En otras palabras " Gitanillo " apuntó tan sólo su calidad, bien demostrada después. Y eso que, según puede apreciarse, agrado al público, en su primero hizo un quite precioso.
El público aplaudió mucho al de Triana, y vería con agrado verlo de nuevo en la plaza madrileña.
Tras su presentación en Madrid, el cartel del gitano creció considerablemente. Aquella temporada toreó mucho, aunque se prodigó más en las Plazas andaluzas. En Sevilla toreó el 5 de septiembre, alternando con Mariano Rodríguez ( favorito del público sevillano ) con novillos de Antonio Flores, procedentes del duque de Braganza. Estuvo bien y hubo de pasar a la enfermería.
Al analizar la temporada de 1926, " Don Ventura " escribía así : " Gitanillo " nos ha producido la mejor impresión cuantas veces le hemos visto torear, pues si con el capote lo maneja con arte exquisito, con la muleta ha realizado faenas muy notables y entra a matar con la preocupación de llegar con la mano al morrillo.
En la temporada de 1927, que había de conocer la alternativa del toreo gitano, realizó éste una hazaña singular : despachar tres novilladas en un día. " Curro Puya " no parecía capaz de vencer tan agotadora prueba.Y sin embargo, " Gitanillo " salió triunfante.
Por la mañana toreó en San Fernando ( Cádiz ).Por la tarde en la Maestranza sevillana. Por la noche en Córdoba, empezó a las doce y media de la noche y terminó a las dos y media de la madrugada.
El 8 de Agosto de 1927 tomó la alternativa " Gitanillo ". El acontecimiento se celebró en el Puerto de Santa María y llevó a los aficionados de toda la Baja Andalucía. De Sevilla, Huelva,Jerez, Cádiz.... llegaron, en caravanas, miles de espectadores. El cartel era muy atractivo. Rafael " El Gallo ", Juan Belmonte y el gitano " Curro Puya ".
Se lidiaron reses de Concha y Sierra, que salieron bravos.
El toro de la alternativa de " Gitanillo " " Vigilante " de nombre, lo saludó con cuatro verónicas esplendidas y majestuosas, que pusieron al público en pie. Tras la ceremonia de rigor, en la que " El Gallo " le dió un discurso, el toricantano " calé " se fue al toro y, con los pies juntos comenzó la faena de muleta, naturales, pases de pecho, molinetes..... ; fue toda una lección de buen toreo que terminó con media estocada " en tó lo alto " que le valió al gitano la oreja y una vuelta al ruedo.
En el sexto toro - que apenas asomó por los toriles, sembró el pánico en el redondel - " Curro " cumplió como los buenos, mereciendo, asimismo, la ovación del " respetable ".
El seis de octubre de preparó la confirmación de la alternativa en Madrid. El cartel fue una repetición de la corrida del Puerto.
( Continuará )






C

sábado, 18 de junio de 2016

VICENTE PASTOR ( Capítulo II )



En enero de 1959, en una entrevista en el diario Pueblo, a Vicente Pastor, que lleva una vida de torero retirado, le preguntaban : ¿ como no se ha casado ? - empezó a encontrar que su libertad le venía demasiado ancha y buscó un techo bajo el cual pudiese frotarse las manos a su gusto, fumar un pitillo de tabaco picado y de cuando en cuando jugar una partida de tresillo. Se hizo socio del Círculo de Bellas Artes.
- ¿ Quién le puso a usted el nombre de el Chico de la Blusa ?.
- Eso fue el público. Y la cosa empezó porque, al ver aquello de los toros embolados, me dió la calentura de probar. Entonces me tiré al ruedo como estaba, con la blusa que gastaba para ir al taller y con la tela vieja que llevaba como capote. La gente dijo después que yo toreaba con la blusa, y eso no es cierto. Yo torée con la tela. Me hice popular entre el público, y como nadie sabía quién era yo ni donde venía, empezaron a llamarme el Chico de la Blusa. Mi debut como novillero en la plaza vieja de Madrid lo hice alternando con Félix Velasco y Antonio Olmedo ( Valentín ), en la lidia de novillos de Bertólez.
- Oiga usted Vicente, ¿ que toreros de renombre toreaban entonces ?
- ¡ Hombre muchos.....! Mazzantini, Fuentes, Algabeño, Reverte, Bombita. Éstos estaban en candelero.
- ¿ En su casa no se opusieron a que fuese usted torero ?
- Si, tuve muchas contrariedades con mi padre, Y algún pescozón. Pero cuando le aconsejaron que no me pegara y me dejara torear, lo hizo pensando que ya me desengañarían los toros.
Tomé la alternativa el 21 de septiembre de 1902, me la dió Mazzantini con toros de Veragua.
La tarde de la alternativa fue una buena tarde, y le anunciaron para el domingo siguiente con Mazzantini. Don Modesto, revistero taurino de El Liberal, escribió aquella crónica titulada : Embajadores, siete, hay ascensor. Vicente vivía en la calle Embajadores,7 y tenía ascensor.
Cuando no quedaba bien, al día siguiente salía Don Modesto diciendo en el Liberal " Ayer el ascensor no funcionó bien........"
- Fue a la escuela Vicente.
- Si, fui a la escuela, a las Escuelas Pías de la calle de Tribulete, hasta que al cumplir los once años me pusieron a trabajar de carpintero y zapatero. Estos oficios tuve que dejarlos en seguida, por no tener edad ni juicio para ellos. Entonces me llevaron otro año a un colegio de los Padres jesuitas en el barrio de Peñuelas. Este colegio se convertía los domingos en Patronato para los que lo abandonábamos cuando nos poníamos a trabajar en algún oficio.
- Cuantas cornadas recibió.
- La primera, en Santander, el año 1911, el 30 de julio, con toros de Miura, se arrancó, ya casí muerto, y me dió una cornada en el cuello, me dijo el médico que en este sitio, pudo haber sido mortal.
A los veinte días en Bilbao, un toro de Urcola le dió una cornada en un muslo. Siguió la lidia como pudo cuando volvió a ser cogido.
- La segunda cornada fue terrible ; me atravesó el brazo izquierdo. Entonces las curas eran peor que las cornadas. Traían malas consecuencias. No había adelantos. El peligro estaba en la gangrena y en las infecciones, que hoy con los antibióticos, se evitan.
- Compañeros de cartel :
- ¿ Rafael " El Gallo " ?
- Bien, yo venía toreando con él desde novillero.
Tomó la alternativa ocho días después que yo, en Sevilla.
- Recuerda alguna tarde sobre todas las que ha alternado con él.
- Pues le diré una cosa. A los públicos les gustaba más cuando estaba mal que cuando estaba bien. La gente me dice todavía : " Explique usted cómo era una espantada de " El Gallo ".
Yo contesto siempre que si los demás hiciesemos eso nos hubiesen escabechado.
Mire usted, las cosas como son. " El Gallo ", cuando estaba bien, estaba bien bien. Era muy desigual. En el primer toro estaba bien y en el segundo se tiraba de cabeza a la barrera.
Yo creo que fuera y dentro de los ruedos he sido el más amigo de Rafael " El Gallo ".
Cuando fue a torear a Barcelona en el año 12 ó 13 estaba herido su hermano Joselito. Al salir del tren fui derecho al hotel Oriente, donde se hospedaba para verle. Subí a la habitación y me abrió una señora. Era la madre de los Gallo, la señora Gabriela. Me dijo : " Lo siento mucho, pero está durmiendo ". Yo le contesté : " Bueno, pues haga usted el favor de decirle que ha venido a verle su compañero Vicente Pastor ". Abrió la puerta muy sosprendida : " ¿ Ah, pero es usted ? Tenía muchas ganas de conocerle porque sé que es usted el mejor amigo de mi hijo Rafael ".
" El Gallo era muy desigual es sus " espantadas ", desde luego no eran, como ha creído la gente, por supertición. Una vez fue a torear a Cartagena, a una plaza donde años antes había recibido una cornada El Bete, torero cordobés, al dar un cambio de rodillas. Le tuvieron que amputar una pierna,  y la noticia fue muy comentada entonces, ¿ Qué dirá usted que hizo " El Gallo " ?. Pues pedir que le señalaran el sitio en que había pasado la cosa. La gente dijo que " El Gallo " no iba a pisar aquel terreno en toda la tarde ; pero al torear al día siguiente de decirle esto, se hincó allí de rodillas.
Aquí puede verse que no era superticioso.
" Bombita " y " Machaquito ", plantearon la cuestión de los miuras, que consistió en exigir una mayor remuneración para lidiar los toros de esta ganadería.
- A más peligro, más dinero.
Al retirarse los dos, que eran la pareja fuerte de primera fila, quedamos " El Gallo " y yo.
" La vida taurina de Vicente Pastor estuvo a caballo entre los viejos toreros clásicos, y aquel renacimiento que tuvo la fiesta con la llegada de Joselito y Belmonte.
- Vinieron como una novedad, que levantó mucho a la afición. La base de los carteles fue desde entonces " El Gallo " y yo con José y Juan. Bueno, y también con Bienvenida padre, el Papa Negro, y Cocherito de Bilbao.
- Pero usted ha toreado con Rodolfo Gaona.
Si, Gaona empezó a torear con " El Gallo " y conmigo el año 9, cuando vino de México, en invierno, como base del cartel de la temporada mexicana. Después volví a la temporada del año 12 al 13, cuando un toro de Tepeyahualco me dió una cornada grande en un muslo.
Un toro de esta misma ganadería había matado en México a Antonio Montes.
- De verdad, de verdad, ¿ a qué torero admiró usted más ?.
- No tengo inconveniente en decírselo. De todos los toreros con quienes alterné he admirado más a Joselito, por su completa personalidad.
" Una tarde, al hacer el paseillo Vicente Pastor vió a la infanta Isabel en su palco. Cuando la lidia iba por el segundo toro, alguien se acercó a las tablas para decir :
" La infanta, que suba Pastor al palco, con la espada y la muleta.
" El torero, con su arraigado sentido del deber, contestó :
- Yo no puedo abandonar el ruedo hasta el final de la corrida, porque soy el primer matador. Entérese bien de lo que ha dicho la infanta. ¿ Ha dicho, realmente, que suba con la espada y la muleta ?.
Se fue el hombre del mensaje y al poco tiempo se acercó a las tablas de nuevo.
- Pastor, dice la infanta que le espera con sus acompañantes en el palco. ¡ Ah, pero que suba usted con la espada y la muleta.
- La infanta le dijo a Vicente Pastor : Mira, estos principes son extranjeros y no han visto nunca una corrida. Me estaban diciendo que comprenden que con el capote no cojan los toros a los toreros ; pero les extraña mucho que al entrar a matar no os cojan de todas todas. Quisiera que les explicases cómo matas sin que te coja el toro, para que ellos lo comprendan.
Quiero que hagas aquí una demostración. Tú explicas en castellano y yo me encargo de traducírselo. Yo cogí una silla que había allí, como si fuese el toro. Hice los movimientos de la suerte de matar y la infanta fue diciendo en otro idioma lo que yo explicaba. Entonces, aquellos principes se marcharon convencidos de que no le cogiera el toro. Yo les decía que había que echar la muleta por delante, y que cuando el toro se arrancaba, fijo en ella, aprovechaba este momento para entrar a matar.
( Continuará )





sábado, 4 de junio de 2016

Francisco Vega de los Reyes " Gitanillo de Triana " ( Capítulo III )




No tuvo mucha suerte " Gitanillo " en aquella primera salida. Porque si bien demostró al " respetable" la profunda verdad de su arte, sufrió una cogida que, si no fue de graves consecuencias, le obligó a permanecer en cama dos semanas. Tan pronto como la herida de la pierna cerró, mostró el gitano deseos de volver al ruedo. No tardó en ver realizados sus propósitos. Porque el 15 de junio estaba, otra vez, haciendo el paseillo en la misma Plaza de la Isla, acompañado en esta ocasión de Manuel Muñoz ( el Chiclanero ). El ganado dió buen juego y Curro Vega no sólo confirmó la buena clase apuntada un mes antes sino que obtuvo un franco éxito. Los felices augurios de sus amigos comenzaban a cumplirse.
Aquel triunfo en San Fernando abrió a " Gitanillo " las puertas de la Fiesta y así durante el verano, bien guiado por la mano experta de Domingo Ruíz, toreó algunas novilladas de más o menos cartel de la Baja Andalucía.
En las tetulias taurinas sevillanas iba, mientras tanto, forjándose la fama del joven maestro.
- Dicen que toreó como Juan Belmonte - decía un aficionado.
- Como Juan - replicaba un belmontista entusiasta - no puede torear nadie.
- Pues ese gitano - y a mi me lo ha dicho quien entiende de esto un rato largo - baja así las manos y tiene un temple para el capote.
Y el admirador del todavía desconocido espada se ponía de pie y simulaba un lance de capa que no se parecía en nada a los que iba prodigando por los ruedos " Gitanillo de Triana ".
A esas alturas ya se hacía llamar Curro Vega así " Gitanillo de Triana ". Había entonces en el escalafón taurino otro " Gitanillo " el de Ricla ( Braulio Lausín ), y aquel para distinguirse, añadió a su nombre de guerra el apellido de su barrio.
Mientras " Gitanillo " daba estos primeros pasos por el difícil camino de la Fiesta, en su casa no había, como es lógico, unanimidad al juzgar la profesión elegida por Curro.
Su padre - un hombre celoso de si mismo, orgulloso de su propio esfuerzo .- se sentía sumamente satisfecho de Curro. Sus hermanos - Manolo, Pepe, Antonio y Rafael -, también. En cambio, su madre y sus hermanas Pastora y Manolita, no querian oir hablar de los éxitos de Curro.
- Un día - decía la madre llorando - me lo van a matar por ahí.
- No hay que pensar en eso, mujer - intervenía el padre.
Pero no había forma de convencerla.
La temporada de 1925 se presentaba para " Gitanillo " como decisiva. Llegaba la hora de rivalidar ante públicos más competentes su fama. En otras palabras, había que vestirse de torero en la Maestranza para después, si Dios daba suerte hacer el paseillo en Madrid.
Tenía prisa Curro por verse en la Maestranza, pero...... la ocasión se demoró hasta bien entrado el verano ; concretamente, hasta el 15 de agosto, festividad mariana auténticamente sevillana.
Los novillos fueron de Molina, procedentes de Urcola, y no ofrecieron grandes dificultades a la terna formada por " Gitanillo ", Andrés Mérida y Joaquín Rodríguez " Cagancho ".
El éxito de " Gitanillo " fue completo. Toreó de capa, con lentitud impresionante -  " parece, diría después un cronista, que se para el reloj, se para el corazón y se suspende el tiempo - realizó un quite que armó el escandaló. Con la muleta estuvo también tan artista, que a pesar de entrar a matar varias veces, consiguió la oreja de uno de sus enemigos.
Ahora todo resultaría mucho más fácil.
La presentación de " Gitanillo " en Sevilla, aunque resultó bien, dió lugar al justo enojo de Domingo Ruíz. Curro toreó contra la voluntad de su apoderado, que deseaba presentar al muchacho en una novillada más comoda - el ganado oriundo de Urcola resultaba por entonces peligroso - y al lado de Enrique Torres " El Niño del Seguridad ", que por aquellos días bullía mucho " Gitanillo ", con la ambición de triunfar en la Maestranza, desoyendo los consejos de Domingo Ruíz, dió su conformidad y toreó. Sobrevino así la ruptura entre uno y otro, con la natural contrariedad de los amigos del torero " Gitanillo " , arrepentido, pidió perdón ; y aunque al principio el competente apoderado se resistió, acabó por encargarse de nuevo de la dirección del muchacho.
Dicho queda que el muchacho gustó en Sevilla. Tanto, que aun toreó tres novilladas más aquella misma temporada en la Maestranza. En total sumaría aquel año 1925 trece novilladas con picadores. El éxito de Curro, ante la cátedra del Baratillo, permitía pensar en más serias empresas. Había que arriesgarse y venir a Madrid. Y como entonces, al revés de lo que ocurre ahora, la ilusión de cuantos iniciaban el duro sendero de la Fiesta era convalidar su fama en la Villa y Corte, Domingo Ruíz se dispuso a cumplir los deseos del torero. Sin embargo, hasta bien mediado el año 1926 no pudo    "Gitanillo " hacer el paseo en el ruedo madrileño.
Desde los primeros meses de esa temporada, era Paco Fernández Arranz, aficionado veterano, a pesar de su juventud, el que llevaba la representación de " Curro Puya " en Madrid.
Y él fue, precisamente, quien cerró el trato con la Empresa madrileña.
Fernández Arranz, en su tertulia habitual del Lyon, comentaba evocando los recuerdos de los primeros pasos de " Gitanillo " : - ¡ Como toreaba Curro ! Mire usted..... Yo no digo que fuera el mejor torero, pero si uno de los que han toreado mejor. Y no sólo con el capote, cosa que todo el mundo reconoce, sino con la muleta también. Hace falta desmentir esa leyenda de que " Gitanillo " sólo sobresalía en el primer tercio. Sobran testimonios gráficos que prueban lo que era su muleta. Daba el natural - el natural.... auténtico - como mandan los cánones. Vamos como lo daba Juan Belmonte.
- ¿ Cómo fue - preguntaron a Fernández Arranz - hacerse cargo de la representación de " Gitanillo de Triana ", en Madrid.
- De manera desinteresada, yo había apoderado a otro torero - " Finito de Valladolid "- sin ánimo de perseverar en estos negocios...... ; pero Eduardo Pagés, buen amigo mío, me habló de " Gitanillo ". Y, no sé por qué, acepté. Escribí a Domingo Ruíz, y comence mi labor como representante de Curro.
Le gestioné las primeras corridas sin conocerle personalmente, aunque sinceramente halagado por sus triunfos.
-Le preguntaban también si sus preferencias coincidían con el estilo de torear de " Gitanillo ".
- Contestaba : Si. Yo había militado en el belmontismo.
( Continuará )