El ganado de lidia pertenece al grupo de rumiantes cavicornios, del latín cavus, concavo y corme, cuerno, por tanto de cuernos huecos y persistentes.
La formación de las astas se inicia en el feto hacia los dos o tres últimos meses de preñez en la vaca, para lo cual toma como origen los centros de osificación que dependen del cráneo, que en principio los mismos se encuentran separados del frontal y que empiezan a unirse el primer día de vida del becerro.
La verdad es que no se hacen visibles hasta al menos quince días una vez nace y después se notan bajo la piel a los dos o tres meses aproximadamente imitando en forma a un pequeño botón que está recubierto de sustancia córnea y que, poco a poco, al irse desarrollándose adquiere una forma hueca, al tiempo que el hueso se va ahuecando por reabsorción parcial de la sustancia esponjosa.
En el becerro recién nacido, en el sitio de los futuros cuernos, la piel cubre un mechón de finos pelos más adheridos en esa parte que en las inmediaciones, todavía móvil y flexible, sobre un saliente del frontal del tamaño de un guisante pequeño.
Es a los quince días cuando forma una especie de verruga cada vez más saliente y que aumenta durante los siguientes 15 días. Cuando tiene un mes, los pelos caen sobre esta callosidad y poco a poco se empieza a ver un esbozo del futuro cuerno.
Sobre el mes y medio ya es perceptible, y crece como un centímetro por mes de tal forma que viendo los centímetros averiguaremos la edad del becerro.
A partir de los cuatro meses en los machos y cinco o seis en las hembras, los apéndices pierden movilidad y se fijan al cráneo, al principio tiernos y rugosos, se vuelven lisos y brillantes hacia los nueve meses; éstos ya no son entonces apéndices sino verdaderos cuernos que se alargan cada año sobre el segmento que les sirve de base, dirigiéndose hacia adelante en distintas formas.
En el desarrollo del cuerno influyen diversas circunstancias, las más importantes la edad, el encaste, y la alimentación.
El crecimiento del asta viene a ser de 8 a 12 centímetros anuales, influye en eso según se trate de ganaderías que tengan reses asticortas o astilargas. El crecimiento no es igual en todos los animales les afecta su índice de crecimiento. El crecimiento anual se marca por surcos circulares escalonados sobre la longitud del cuerno, de esa forma permite calcular la edad del animal.
Los dos primeros surcos que separan el crecimiento del primero y segundo año, de una parte, del segundo y tercero, de otra, son muy poco marcados incluso borrados, por tanto el primer surco marcado indica la edad de los tres años. Y los que vienen después un año cada uno. Cuando envejece el animal los surcos de la base se aproximan y se hacen menos visibles, siendo más difícil la apreciación.
Una vez que el cuerno alcanza su completo desarrollo se pueden apreciar en él tres zonas :
- La cepa o mazorca que es donde aparecen los surcos que nos sirven para apreciar la edad del animal, insisto, teniendo en cuenta lo de los tres primeros años no son muy exactos por los motivos expuestos anteriormente.
- La pala es lo intermedio entre la base y la punta.
- La punta es el extremo y es la parte maciza del pitón. En los animales jóvenes se recubre por una lámina córnea, que se retrae con la edad en su extremo, formándose como un dedal al que llamamos "bellota", que después se les cae.
Sobre la punta al ser la única parte maciza del pitón, es sobre la que se lleva a cabo el "arreglo" en los festejos de rejones y festivales, con el cuidado al hacerlo de no pasarse de la punta, de hacerlo daría sangre el pitón.
La alimentación influye notablemente en el desarrollo de las astas, para que las mismas alcancen su máxima dimensión conviene que los becerros no coman piensos, si no se van a lidiar de añojos o erales, se suplementa con alfalfa, pues de hacerlo estaremos reduciendo la longitud de las astas de los mismos.
Otro día les hablaré de las enfermedades que afectan a las astas como el "hormiguillo ", "eczemas " etc.
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