jueves, 31 de diciembre de 2015

INVIERNO, LA DEHESA Y EL TORO BRAVO



En primer lugar quiero desearles a todos un ¡¡ FELIZ 2016 !!
Los augurios para la tauromaquia en el año que comenzamos, de entrada, no son nada halagüeños, esperaremos a ver como se van desarrollando.
El invierno hizo su aparición el 22 de diciembre y durará 88 días y 23 horas, finalizando el 20 de marzo con el inicio de la primavera.
El solsticio de invierno corresponde al instante que la posición del Sol se encuentra a la mayor distancia angular negativa del ecuador celeste.
En Extremadura, el invierno es suave, aunque a veces el viento silba canciones entre los alcornoques, las encinas y el rocio helado de las mañanas.
Hay muchos días en invierno que la niebla nos acompaña todo el día, a veces estamos una semana sin ver el sol.
En la dehesa se aprovecha el invierno para realizar la poda de encinas y alcornoques cuyo plazo de ejecución finaliza el último día del mes de febrero.
En las dehesas de bravo durante el invierno se llevan a cabo los herraderos.
Poco antes o poco después de cumplir el becerro el año de edad se procede a herrarlo, o sea, marcarlo con el hierro de la ganadería, a numerarlo y a señalarlo, en las orejas. El hierro y la señal en las orejas tienen por objeto distinguirlo de las reses de otras ganaderías.
El número, que " también " se marca con hierro, a fuego, para distinguir los individuos de la ganadería.
Tales operaciones se practican en el herradero.
Normalmente las marcas se colocan en el costado derecho de la res. No obstante, en ocasiones, en algunas ganaderías por tradición, disponibilidad o simplemente por capricho, se hierra en el lado izquierdo. Incluso existen ganaderías que hierran a los machos en un costado y a las hembras en el opuesto.
En cuanto a la manera de numerar a los machos, hay ganaderías, que comienzan por el número uno hasta donde termine la camada. Otros, y es lo más frecuente, prosiguen la numeración año tras año.
Son cinco las operaciones a realizar en el herradero a cada animal : muesca o señal identificativa en las orejas ; guarismo o cifra final del año ganadero, colocado en la paletilla ; hierro o señal de la ganadería en el anca o cuadril ; sigla de la asociación a que pertenece la ganadería ; La Unión, Asociación, etc., que se pone en la solapa, y el número individual en el costillar.
Existen dos posibilidades de herraje :
1. En frío, con nitrógeno líquido.
2. En caliente, con hierro al rojo vivo, que es la más frecuente y tradicional.
En algunas ganaderías el herrado se hace a brazo, es decir, enlazando por las patas al animal, derribándolo y sujetándolo en el suelo para, seguidamente, proceder al herrado.
El mayor número de ganaderías realizan el herradero en cajón especial para herraderos, consistente en hacer pasar a los animales individualmente desde la corraleta al cajón, lugar donde quedan suficientemente sujetos y aprisionados para poder realizar las faenas del herrado. El becerro entra en el cajón e inmediatamente se le inmoviliza la cabeza ; se le colocan dos cadenas, una en el pecho y otra en la bragada se le sujeta el rabo y entonces se abren las trampillas móviles laterales para facilitar el acceso de los hierros.
Se tienen dos numeraciones del 0 al 9, así como otras dos de la marca de la ganadería y otras dos de la sigla de la asociación, en algunos becerros hay que utilizar dos hierros al haberse quedado el primero frío.
Alguno como el Duque de Veragua, no numeraba los becerros y los diferenciaba por la forma y el lugar de estar colocado el hierro de la ganadería.
La costumbre de numerar las reses data de mediados del siglo XIX, es decir, del tiempo en que las ganaderías empezaron a tener un carácter más riguroso y una orientación segura. El hierro y la señal de las orejas son costumbre de siempre ; es decir de época anterior a la crianza de las reses con el destino exclusivo de su lidia.
Durante el herradero se aprovecha el momento para realizar las vacunaciones y tratamientos antiparasitarios correspondientes, y cualquier otra práctica sanitaria que el veterinario presente en el mismo estime oportuno, además de cumplimentar la reseña completa de la capa de pelaje.
La señal en las orejas cada ganadero designa la suya, puede ser : punta de espada, horquilla en ambas orejas, zarcillo, rabisaco, hoja de higuera, puerta, despuntada, etc.
A las hembras en el herradeo se les deja los crotales que al nacer se les pusieron en las orejas, a los machos se les quita, pero al lidiarlos se acompañan los crotales con la documentación pertinente.
Normalmente el ganadero observa la mayor o menor resistencia y bravura de cada animal en el rato que dura su herrado, y al inscribirlo en el libro de la ganadería, lo que debe hacerse, precisamente, después de esta operación, anotarlo en observaciones como dato que en algo puede ayudar a los de la tienta para formar juicio de las condiciones de la res para la futura lidia.
Normalmente un día se hace el herradero de los machos y otro el de las hembras.
Una vez herrado el animal se suelta ofertándole la libertad del campo abierto, y no es extraño observar ejemplares que vuelven al cajón de herrar creando a los que se encuentran descuidados momentos de verdadero apuro, incluso alguna paliza.
Tras el proceso de herrado el veterinario levanta acta del mismo que firman el veterinario y el ganadero.
En lineas generales, el herradero es una jornada alegre y oficiosa. Se hace con el ganado bravo igual que con el manso ; solo que en el bravo debemos cuidar, al efectuarlo, que el becerro no aprenda nada, para que vaya virgen, en este aspecto a las plazas para su lidia.
A la hora de colocar los hierros es conveniente apretar, pero no con exceso, al objeto de no cortarle nunca la piel y sólo quemarla.
Es importante comenzar a poner el número bien situado en el lomo, empezando por el final de dicho número, puesto que si tenemos que poner tres números, lo mejor es que el primero se coloque lo más cerca posible de la espalda, pensando siempre que el día que salgan al ruedo, aparezcan lo más perfectamente puestos y no desentonen y sean visibles para todos.
Si el becerro se mueve, el que hierra ha de apretar, al objeto de que esté quieto ; de no conseguirlo levantará el hierro para volver sobre la misma señal a herrar de nuevo, hasta lograr que el hierro han sido " hechos ", estar fijados y bien fijados, en tanto aquella res viva.
En casí todas las fotografías de herraderos, aparece el ganadero sellando sus becerros. Se trata de uno de los signos de posesión definitivos. Además si el refrán clásico es certero y el ojo del amo engorda el caballo, el sello del ganadero sobre su becerro garantiza la casta.







3 comentarios:

  1. ¿ Que opinion tiene sobre la posibilidad de suprimir la señal de la oreja, por bienestar animal. ¿ No cree que con el herrado ( numero, año, ganaderia y asociacion) el becerro esta suficientemente identificado.

    ResponderEliminar
  2. Feliz Año 2016 y que la libertad, la honradez, el equilibrio y la sensatez, nos acompañe en todas nuestras decisiones. Un abrazo para todos los aficionados al TORO.

    ResponderEliminar
  3. Administrador :
    Muchas gracias por su elocuente comentario.
    La verdad que con los cuatro hierros puestos al animal queda bien identificado. Ahora bien, en mi ganadería empecé marcando en la oreja al crotalizar el animal en su primer día de vida. La experiencia me demostró que el hacerlo en el herradero el animal sangra y se descongestiona y nunca tuve bajas, al principio al no sangrar murieron varios en los primeros herraderos.
    Le deseo lo mejor para 2016.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar