¡ Que espectáculo el del toro en el campo !
Que pena que el aficionado no conozca más al toro en el campo.
A los vaqueros, su disciplina. Al ganadero, su responsabilidad.
Que bonito es el mundo del toro en el campo, donde todo se hace sin prisas, silenciosamente, sin carreras, con el único ánimo de que todo salga perfecto, es entonces cuando se siente el silencio de la dehesa, tan acogedor y tan profundo a la vez y que muchas veces, te invade el alma.
El ver a los vaqueros realizar las faenas de campo como acabo de narrarles, sinceramente es una deliicia.
Todo despacio, en silencio y en paz, todo se entiende con la mirada y los gestos.
Los toros se pelean desde becerros, quizas en la hora del pienso acrecentan sus peleas, pero cuando más lo hacen es al atardecer y al amanecer.
El toro lucha por antipatía, por venganza, por aversión, incluso por otros sentimientos como rencor, el toro sabe " esperar " y vengarse. Los toros " pegones " persiguen siempre a los más cobardes.
Al mandón, al vencedor, con la mirada le ceden el comedero sus compañeros en la comida, quiere mandar en todo, imponer su capricho a los demás.
La sangre solivianta al toro y a la vaca a extremos indescriptibles, al olerla, es tal la excitación que sienten que les provoca pelearse con todo lo que tiene a su alrededor, las peleas son tan duras entre todos los que estén en un cercado que siempre acaban en bajas, por tanto lo primero es borrar los rastros de sangre y alejar de allí las bajas que se hayan producido.
El color rojo molesta a la vista del toro, le fatiga la retina, le ocasiona dolor y quiere librarse del sufrimiento.Otro color que excita mucho al toro es el blanco de los caballos.
La misión de los vaqueros en las ganaderías bravas es dar varias vueltas todos los días del año,a los animales, para comprobar como se encuentran, así los observan y enseguida saben por qué aquel anda alejado del resto. En los repasos minuciosos saben si un toro le han pegado, si anda enfermo, triste. etc.
Tengan en cuenta la gran sensibilidad y conocimiento que tienen los hombres que dedican su vida a la crianza del toro bravo, es sosprendente la memoria de estos hombres, se acuerdan en dónde parió aquella vaca, en que cercado, si era macho o hembra, y sobre todo, ¿ como conocen a los becerros cuando andan por el campo separados de las madres ?
La mirada del toro es larga, fija, intensa.
El toro es miope, bizquea un poco, no ve demasiado bien, mejora mirando de costado.
La mirada del toro en la dehesa difiere mucho de la que clava en el torero en la plaza.
Cuantas veces los toros lloran en plena lidia todos lo hemos presenciado.
El toro tiene muchas querencias naturales, una de ellas, escarbar antes de la embestida, casí todos la consideran como un síntoma de mansedumbre, a veces cabe, otros puede ser buscando la humedad bajo sus pezuñas, al fín y al cabo en el campo lo hacen con frecuencia, por tanto, esa puede ser una querencia natural.
El toro en el campo se siente dueño y señor de la dehesa, y al paso de un jinete, vuelve la cara despacio y lo mira, lo observa un rato, luego continua comiendo hierba, pues sabe que eso forma parte de su universo diario que el conoce a la perfección ; sabe a que hora se apaga el calor de la hierba, la hora que surjen los grillos, la liebre se despega de su cama, tiene memoria, lo demuestran constantemente cuando llega la hora del pienso, si no se les lleva, ellos acuden puntualmente a los comederos y esperan con orden que se lo lleven.. Tienen escogidos sus sitios fijos para echarse, para tomar el sol y donde se resguardan del viento y del frío.
Cuando llega la hora del ataque o pelea ¿ Quién les da la orden de ataque ? ¿ Como lo acuerdan ?
El mugido de guerra que lanzan al emprender la peles se oye a kilómetros, cuando esto ocurre todo el personal de la ganadería acude a la pelea, siempre con la intención de poder llegar a tiempo.
Todos van contra el toro fanfarrón caprichoso, cansados de su presunción a darle la mayor paliza posible, incluso herirlo, matarlo, depende de lo rápido que pueda realizar la huída.
El fanfarrón se conviete en toro abochornado y corre lo que puede con toda la camada persiguiendole, golpeándole, de conseguir la huida hace uso de su prodigiosa memoria y de su sentido de la orientación. Si se sale de la finca comienza un grave peligro y sobre todo si llega a una carretera.
¿ Pobre del que tenga la desgracia de encontrarse con un toro abochornado ?
Para recuperarlo a la dehesa, el ganadero se olvidará de la prisa y los nervios, dejara pasar un tiempo para que el toro poco a poco se tranquilice. Todo eso en el caso de que el toro no se escape a una carretera, donde tendría que actuar con la mayor celeridad, si el toro se encuentra en la finca lo mejor es traerle un grupo de vacas, con lo cual remansará el genio, y se le olvidará lo pasado.
La paciencia es una virtud en el ganadero y la tiene que ejercitar y llevar a cabo en estos casos de peligro extremo, una vez más el dicho del " despacio " y " suavemente ", son dos lemas que no puede abandonar nunca el ganadero.
Pero no podemos olvidar, que el toro, a veces mata, de ahí que en la gente del mundo del toro, muchos tengan superticiones, como por ejemplo el número 13.
En algunas ganaderías, como la de Miura, no se usa el número 13 al herrar a los becerros, quizas por estos motivos enumerados. El toro " Islero ", de Miura, que mató a Manolete, en Linares, nació en el Cortijo El Cuarto en la mañana del 13 de enero.
Los toros de Miura siempre gozaron de fatídica fama, hoy olvidada, entonces de 1861 a 1900 se lidiaron en Madrid, 6516 toros, de ellos 516 eran de Miura.
En algunas ganaderías, tras una cogida mortal, matan a la madre del toro, en este caso, don Eduardo Miura, mandó matar a " Isla ", la madre de " Islero ", en un gesto emocional del ganadero.
¡¡¡Maravilloso relato de sus conocimientos y vivencias Mariano!!!
ResponderEliminarMuchas gracias Juan Hidalgo por tu cordial comentario. Un abrazo.
EliminarUn saludo Don Mariano desde Chennai, uno lo lee con gusto y casi se olvida de lo lejos que esta de casa. Desconocia esa anecdota de Miura. Creo que este año lidian un dia 13. Esperemos que no haya gafada y sea un dia glorioso, por ellos , y por los toreros, y sobre todo por nosotros, los aficionados, que creo que nos lo merecemos.
ResponderEliminarKaparra
Kaparra :
EliminarMuchas gracias por su cordial comentario, y estoy totalmente de acuerdo con usted :
Los aficionados merecemos mucho más de la fiesta, por tanto esperemos que el día 13 lo reciban con la corrida de Miura, precisamente estoy preparando una entrada sobre tan emblemático encaste que espero le guste. Saludos.
Muy interesante entrada de un aficionado ganadero que sabe màs de los toros que los aficionados ignorantes que somos. Como casa vez, muy buena lectura que nos lleva conocimientos enriquecedores
ResponderEliminarGracias y cordial saludo, Don Mariano
Pedrito :
EliminarMuchas gracias por su amable comentario que le agradezco mucho.
Cordiales saludos.